Silvia, la prima de mis viejos

Yo iba al secundario a la Técnica, a doble turno, cursaba materias comunes de mañana y talleres de tarde. Ella le encontró la vuelta a mis horarios y me esperaba en la esquina del colegio para llevarme por ahí. Había días en los que nos ibamos para la casa de mi abuela que tenía muchas habitaciones vacías y hacíamos de todo ahí. No había rutina, ella siempre que aparecía traía alguna idea nueva, me tenái de juguete. Una tarde, en una de esas siestas tranquilas de todo pueblo, se le ocurrió subirse a cojer al techo. Estabamos en una pieza los dos desnudos, ella estaba en cuatro patas arriba de la cama y Yo parado atrás de ella. Cada vez que se la metía ella me acariciaba las pelotas y cuando se la sacaba se frotaba el clítoris, después de un rato de darle en esa pose la puta se acabó, la pija me chorreaba su afrecho y me bajaba por las bolas. Ella se corrió hacia adelante y se acostó en la cama, Yo me quedé mirándola y pajeándome. Entonces ella me dijo: "¿querés acabar?". Yo le dije que sí por supuesto, pero ella tenía otra idea. "Seguime" me dijo, y salió corriendo por el pasillo que daba al fondo de la casa. Llegamos hasta la pared, allí había una escalerita caracol que llevaba a un altillo, ella subió primero y a mitad de camino se detuvo, me preguntó: "¿cómo me veo desde ahí?" Yo pajeándome todavía le dije "hermosa, hermosa". "Bueno", me dijo, "Vamos acá arriba que Yo tengo un regalito para vos". Nos subimos a un techo de losa que era el de la cocina, en un rincón estaba el tacho del agua que daba sombra, hasta ahí fué ella y se sentó de espaldas a la pared, Yo me quedé de pié mirándola y tocándome la pija, me hizo señas para que me acercara y cuando llegué frente a ella se arrodilló y le empezó a chupar. Se la tragaba toda,y con los dientes me hacía cosquillas en la base de la poronga, cuando ya me acababa se detuvo y me dió la espalda, de rodillas y mirándome por encima del hombro me dijo: "haceme la cola". Yo en mi ignorancia, se me ocurrió decir "¿Qué?". Ella me contestó, "metémela por el culo Serchu" Yo me arrodillé, y me puse atrás. Le acaricié el culo, estaba transpirada por la cogida y chorreda por las acabadas. Le presenté la pija, y empecé a empujar, ella se dió cuenta de mi impericia y se corrió. Se dió vuelta y se acostó de espaldas, levantó las rodillas y agarrándose los cachetes se levantó el culo. Me puse frente de ella y ella me empezó a pajear, me llevaba de la pija hacia ella, me metía la cabeza de la pija en su concha húmeda y se frotaba toda. Cuando estuvo bien caliente y mi pija bien húmeda me llevó la cabeza hasta su culo y la empezó a meter. Empecé a empujar suave, parecía que no iba a entrar, pero de a poco fué cediendo, hasta que entró la cabeza entera, ella gritó, fué una mezcla de grito de dolor y de placer, seguí empujando y ella seguía guiándome la pija con la mano, empujé despacio sin retroceder hasta que le entró toda, ella sientió como mis bolas le tocaban la mano y me las acarició, me miró a los ojos y me ordenó "cojeme, Serchu, cojeme". Yo empecé a moverme, ella se sostenía las piernas agarrándose de las rodillas, Yo con las manos afirmadas en el piso me miraba la pija como entraba y salía por el apretado agujero del ojete. Era celestial, nunca sentí mi pija tan dura como adentro de ese ojete. ella empezó a gemir, entre los gemidos me insultaba, me decía: "maricón, cojeme... dale cojeme, metemela más fuerte" Yo me ponía loco, la metía hasta el fondo y cada vez vez fuerte. Con tanto movimiento ella se empezó a correr, y su cabeza quedaba doblada contra la pared, su espalda rozaba contra el techo de cemento y mis rodillas también. En un momento ella me dijo "pará, pará... sacala", Yo retrocedí y le saqué la pija del culo, entonces le ví como le quedaba el agurejo dilatado del ojete, era algo precioso. Ella se paró y me ordenó que me acueste, me dijo:"ahora voy Yo arriba". Yo me acosté de espaldas, mi pija me quedaba como un mástil, y ella escupiéndose la mano y humediéndose el culo se me sentó arriba, con esfuerzo la metió toda, apoyó los piés en el piso y empezó a subir y a bajar. Yo desde el piso veía como ese culo se tragaba toda mi pija y a ella que se masajeaba la concha y me miraba. Se tiraba hacia atrás apoyando una mano en el suelo y se metía de a dos dedos en la argolla. Yo la miraba y mi pija parecía estallar, me acababa y se lo dije. Ella me contestó: "dale, acabá tranquilo adentro... en la cola no pasa nada". Nunca me había dejado acabarle adentro de la concha, nunca usamos forro, pero la única acabada interna que yo conocía con ella era en la boca, le había acabo encima muchas veces pero nunca adentro. Ella se dejó de pajear y siguió moviéndose, me empezó a pajear la pija estando todavía adentro de su culo. No dí más y exploté, sentía que la pija se me iba adentro de ella, grité y ella me tapó la boca. Una vez que terminé ella siguió unos movimientos más y se levantó, cuando sacó mi pija de su culo pude ver la mancha blanca de mi leche en su hermoso culo moreno. Se reía mientras me miraba. Me dijo: "te gustó, no?. Para la próxima conseguimos lubricante" Bajamos del techo los dos con la espalda colorada por el roce con el cemento, nos metimos en un baño a darnos una ducha y ahí se la metí de nuevo por el orto, le encantaba cojer así. Después se fué, y se hacerle la cola se convirtió en una experiencia inolvidable para mí. 
Hoy pasaron muchos años del inicio de nuestra relación, ella se separó hace algunos años, no somos pareja pero 

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