Fantasia cumplida.

Todo comenzó una tarde cuando fui a la facu para unas clases de apoyo que daba mi profesora. Resulta ser que cuando llego estaba yo solo con la profe, ella es una muy linda mujer, con hermoso cuerpo bien cuidadito, con unos 38 años y casada. 

Saqué mis útiles con las hojas de los problemas y le empecé a decir con cual tenía problemas, ella muy amablemente me los explicó. 
Entre mates, charlas y ejercicios empezamos a hablar de nuestras vidas y entrar en confianza, me reveló que andaba triste porque las cosas con su marido no andaban bien, él lo engañaba con cualquier mina más joven que ella, por lo general siliconadas y muchas veces prostitutas. 

Ella muy apenada no lo podía dejar porque seguía enamorada y se sentía culpable por no poder darle lo que él quería. También estaba un poco necesitada porque el esposo de tanto atender a las otras no tenía tiempo para ella. 

Yo como buen alumno empecé a consolarla y decirle que no se sienta mal y no se tire para abajo ni se deje despreciar por tal persona, que ella era una mujer hermosa y que tenía mucho para dar. 
La cuestión es que parece que la susceptibilidad le pego fuerte, me agarro de la cabeza y me dijo ”-Besame y tengamos sexo ya!”. Yo muy obediente cumplí, fui a cerrar con llave la sala de profesores, la agarre en posición de koala y la tire sobre la mesa. 

Empezamos a besarnos muy apasionadamente, con muchas caricias, por momentos me agarraba del culo, me empujaba hacia su conchita y me frotaba como una yegua en celos 
De a poco empezamos a sacarnos la ropa, y veía ese cuerpo, una piel suave como una quinceañera, unas tetas por demás de firmes por la edad con unos pezones bien duros de tanta excitación. Después de eso se sacó la tanguita y empiezo a meterle mano en su conchita jugosa y depilada, ella empieza a gemir y me agarra la verga rápidamente y me empieza a pajear, rápidamente salta de la mesa, se arrodilla y me petea de una manera muy profesional, iba de arriba para abajo con la lengua jugueteando por todo mi tronco, desde mi cabeza hasta los huevos. 

Yo ya estaba como loco, la levanto, la siento en la mesa y empiezo a recorrer su cuerpo con mi lengua, de pezón a pezón bajando por el ombligo llegando a su espléndida entrepierna. Juego con mi lengua de labio a labio, pasando por ese clítoris durito que tenía y yendo al orificio de la vagina, se volvía loca cuando le metía la lengua y jugaba adentro de su conchita. 

Después de hacerla mojar bien, me levanto y se la meto de una, bombeándola con una potencia como para que no se olvide nunca de mí. 

Entre tanto garche me confiesa que siempre quiso practicar sexo anal pero su esposo era muy bruto y le hacía mal. Yo le dije que se lo iba a hacer con mucho cuidado, entonces agarre, la paré y la puse en cuatro. Saque de su bolso un tarrito de vaselina sólida que ella usaba para los labios cuando no tenía manteca de cacao. Me envaselino bien el dedo y empiezo a jugar con el agujerito, ella hacia caras y se retorcía hasta que le meto un poquito el dedo, agarro más vaselina y sigo jugando. De a poco me decía que no le dolía que la estaba excitando cada vez más entonces agarro un segundo dedito y adentro. Mientras jugaba con su agujerito empiezo a metérsela por la conchita para que tenga doble placer. Cuando ya estaba a full le meto un tercer dedo y me empiezo a pasar vaselina en la verga. 

Le pregunto si le dolía o esas caras eran de placer y me dice “-Dee plaaceeeeer hermoosoo” y ahí nomás le digo “-Te voy a entrar con esta, así que prepárate” “-Dale dale, métela por favor”. Así que sin más preámbulos le meto la chota hasta el final y empiezo a bombearla, ella con su mano se rozaba su conchita para más placer. 
Mientras estábamos entrando en clímax golpean la puerta que creemos que era la directora, ella muy caliente no le importaba nada y me dice “-Seguí seguí, no le hagas caso a la puerta” así que seguí dándole y ella frotándose. 
Yo ya no aguantaba más, estaba por estallar cuando de repente siento que el culo me frunce la verga, ella grita y se retuerce como una babosa con sal. Cuando sentí esa presión en mi verga le di dos bombazos más y fue inevitable no acabar. 

Rápidamente nos cambiamos para ver quien tocaba la puerta pero ya no había más nadie, ella me agradece porque hacía mucho que no sentía tanto placer y que un hombre la haga sentir tan especial y la cuiden tanto 
Yo me fui feliz de haberme cogido a una profesora de esa edad con ese cuerpo terrible, una fantasía cumplida. Y aparte no cabe dudas que la materia la aprobé jaja

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