Mi vecina Parte 2

Estaba tranquilo en mi casa, el calor me tenía incómodo, el short de baño y una remera era mi única vestimenta. 
-¡tengo que comprarme el aire acondicionado!- me dije como si tuviera que convencerme a mí mismo. 
En ese instante sonó mi teléfono, no reconocí el número. 
-¿hola?- mi curiosidad no era demasiada. 
-¿habla mi técnico favorito?- dijo una voz muy sexy. 
Reconocí a Malena, mi vecina. El recuerdo de nuestro encuentro estaba demasiado fresco en mi mente. 
-hola Malena- dije con precaución 
-¿te acordás que te dije que mi notebook tiene problemas?, nunca viniste a solucionarlos- dijo ella en tono de reclamo. 
-no nos pusimos de acuerdo…vos no me avisaste- dije en tono de disculpa 
-¿podés venir esta tarde?, necesito de tus servicios- su voz adquirió un tono picaresco 
-bueno, está bien, ¿como a las 5?- propuse haciéndome el desentendido. 
-te espero, vas a tener mucho trabajo- su voz conservaba la picardía. 
Debo confesar que me sentía con un poco de miedo de no poder repetir la performance con ella, por lo que temprano, cerca de las 4 de las tarde, acudí al sildenafil por las dudas. 
A la hora indicada estaba llamando a la puerta de Male. Cuando ella me atendió no pude evitar mirarle las tetas, su acostumbrada remera ajustada hacía que resaltaran a mi vista. 
-¿estás sola?- le pregunté por lo bajo. 
Negó disimuladamente con la cabeza, por lo que todos mis sueños de otra sesión de sexo se me vinieron al piso. 
-están los niños- me dije. 
Apenas entré me llevé una sorpresa agradable. 
-ella es mi amiga Fernanda- me dijo señalando a una bella mujer, más o menos de la misma edad de Malena, pero de aspecto totalmente distinto. Su timidez y distancia saltaban a la vista 
Si Malena es un manjar para la vista, por el atrevimiento con que utiliza su cuerpo, por como se exhibe, Fernanda parecía todo lo opuesto. Su cara de ingenuidad, y sus modos suaves eran muy atrayentes. Si bien llevaba puesta una falda corta, esta no era tan llamativa como la de Male, y su remera no era tan ajustada. 
Me saludó muy educadamente, totalmente contenida. 
-una santulona que me arruina la fiesta- pensé sin expresar palabra. 
-El es tino, viene a solucionarme un problema en la compu- dijo Malena 
Fernanda sonrió y pareció echarme inmediatamente al olvido, volviendo a una revista que hojeaba distraídamente. Malena fue hasta su bolso, movía su culo al caminar de manera por demás tentadora. Yo no me pude resistir a mirárselo. Al llegar hasta su maletín, ella se agachó de manera que dejó su culo para mi deleite. 
-¿Qué estás mirando?- me preguntó mirándome fijo a los ojos con una sexy sonrisa en su boca. 
Sentí vergüenza por la presencia de Fernanda, que me echó una mirada inquisidora. Por lo que me hice el desentendido, pero de pronto Malena dejó de lado su compu, y se dirigió hacia mí. 
-¿Hay algo que te interese aparte de mi notebook?- me preguntó mientras caminaba. Lo hacía lentamente, moviendo sus caderas de forma insinuante. 
Sentí un calor en todo el cuerpo, mi verga se puso tiesa como nunca. 
-no me provoqués- le advertí 
-ahh, veo que sos muy machito- ella sonreía abiertamente. 
Yo miré a Fernanda, pues no sabía a que atenerme con su presencia. 
-Fer, vení…- dijo Malena 
Fernanda se puso de pie, caminó tímidamente hacia nosotros. Yo estaba por demás sorprendido, por lo que miré inquisitivamente a Malena. 
-¿No es que sos machito?, veamos si te aguantas este partidito- ahora Malena me miraba fijo y desafiante mientras su mano comenzaba a acariciarme la verga, pero por sobre el pantalón. No hace falta decir que ya la tenía dura como garrote.
-huyyy, mirá que enojado que está- Malena mientras hablaba ajustó mi pantalón para que la silueta de mi verga se marcara perfectamente. 
Fernanda rió de manera contenida, y apoyó un dedo, como si quisiera comprobar la dureza de mi pija, que estaba a punto de estallar. 
-¡me da un poco de vergüenza!- dijo tímidamente Fernanda mientras sonreía con picardía 
Malena se acercó a mi oído 
-el novio la acaba de engañar, y el muy idiota le dijo que ella no era buena para el sexo- me dijo suavemente. 
Ahora Malena se arrodilló ante mi, y con mucha presteza me desprendió el pantalón, e hizo que mi verga saltara hacia delante como pocas veces en mi vida, comprendiendo al instante la acción del sildenafil. Fernanda lanzó una exclamación de sorpresa mientras permanecía de pié junto a nosotros. 
Las manos de Male comenzaron a recorrer mi pija, que estaba dura a reventar. Apoyó dulcemente su lengua sobre la cabeza de mi verga, mientras sus ojos se elevaban hacia mí con un gesto entre pícaro y desafiante. Una de sus manos aferró con fuerza mi miembro, mientras con la otra acariciaba mansamente mis testículos, los sopesaba como si quisiera conocer el peso exacto de ellos. Por fin sus labios se abrieron apenas y se introdujo la pija entre ellos. Con la habilidad de quien sabe perfectamente lo que hace, comenzó a succionar, alternando su lengua con sus labios, de pronto miró hacia donde estaba Fernanda, y me dio un pequeño beso en la punta de la verga. 
-vení Fer, yo te voy a enseñar como se ordeña un macho- dijo riendo 
Yo me sentí un mero consolador con patas mientras Fernanda con un poco de duda se arrodillaba junto a Malena. Tomó con una mano mi verga y lentamente se la acercó a la boca, me apretaba demasiado con su mano, mientras su boca permanecía dura. Comencé a pensar que su ex marido podía llegar a tener razón en la falta de habilidad para el sexo en Fernanda. 
Malena pareció observar lo mismo que yo, por lo que suavemente acarició la cabeza de Fernanda. 
-no, así no, imaginate que es un helado a punto de derretirse, tratalo con suavidad- dijo mientras se acercaba a mi verga y me daba un nuevo y dulce beso en la punta, para luego rozarme la pija apenas con su lengua. Yo estaba a mil, un escalofrío me recorrió el cuerpo, haciendo que temblara levemente por la tormenta en mis sentidos. 
Fernanda lo intentó nuevamente, y mientras Malena le acariciaba la nuca, como indicándole el camino, Fer puso más cuidado, con mucha dulzura esta vez comenzó a chuparme, su boca albergó mi verga, y sus manos comenzaron a acariciarme los testículos. Sus ojos se entrecerraban dulcemente. 
-¡así está mucho mejor!- dijo Male poniéndose en el papel de profesora mientras continuaba acariciando a Fernanda. 
Luego se sumó a Fernanda, quien como si le convidara de su manjar, se apartó un poco para darle lugar a Male junto a mi verga, entre las dos se ocupaban de mi verga, y ante un descuido de Fernanda, fue Malena quien le robó un apasionado beso. Fernanda se mostró abrumada y sorprendida. En un principio intentó distanciarse, pero la mano de Malena no se lo permitió, y finalmente Fernanda se entregó al beso que Malena le proponía. Las manos de ambas continuaban acariciándome, y fue en ese instante en que yo sentí que me iba a derramar allí mismo. Tomé a Fernanda de los cabellos e interrumpí el beso, llevándola hasta mi verga. Ella volvió a ocuparse de mí, su boca ahora succionaba con pasión, mientras Malena me masturbaba. Los temblores me sacudieron. 
-¡chupá, no parés por nada del mundo!- lo mío fue un ruego más que una órden 
Fernanda se sorprendió por mi semen, pero una vez más fue Malena la que la acercó a la fuerza a mí. Me derramé sobre su rostro con mucha potencia. 
La risa de Malena me llamó la atención, y ella tomó un paño con el que limpió la cara de Fernanda, que se mostraba un tanto paralizada. 
-éste es tu primer premio- dijo Male a Fernanda. 
Fue la primera vez que vi sonreír a Fernanda, por lo que entusiasmado la hice poner de pié, y la besé con fuerza, mientras mi mano bajaba hasta su entrepierna, apenas hice contacto con su piel, ella abrió enormes sus ojos, pero no se opuso en lo más mínimo mientras yo me deslizaba por debajo de su falda. 
-¡epa, no me dejen afuera!- dijo Male mientras retomaba las caricias a mi verga. 
Sin decir palabra, desprendí la falda de Fer, que cayó al piso lentamente, al igual que sus defensas. Me sorprendí al ver el diminuto cordón que hacía las veces de Tanga. La hice girar y le admiré su precioso culo, el cordón se perdía entre las nalgas, reapareciendo por la parte superior, ya dividido en dos hacia los costados de su cintura. 
-¡Que hermoso culo que tenés, nena!- le dije suavemente al oído, mientras yo apoyaba mi dura verga contra sus nalgas. Una de mis manos la tomaba por el vientre, mientras la otra se introducía por debajo de la tanga, toqué suavemente el clítoris y Fer lanzó un gemido sumamente dulce. 
-¿y, hay diferencia con tu marido?- preguntó Male 
Fer asintió en silencio, simplemente había mucha calentura contenida en ella, y a cada movimiento mío, ella se movía acompasadamente. Introduje mi dedo un poco en su vagina, y ella se respaldó contra mí, mientras apoyaba su nuca contra mi pecho. 
-me vas a matar- me dijo en voz baja 
De pronto, Malena se acercó por delante, y comenzó a sacarle la remera, Fernanda levantó sus brazos para facilitarle la tarea. 
-nunca estuve con una mujer- dijo Fernanda. 
-tampoco con otro hombre que no sea tu exmarido- agregó Male 
Mientras Fer volcaba su rostro hacia mí, para un nuevo beso, Male comenzó a besarle las tetas, las manos de Fer tomaron a Malena, mientras yo seguía masturbándola. 
Fue Malena quien le quitó la tanga a Fer, que quedó completamente desnuda. 
-me van a volver loca- dijo Fernanda 
Malena dejó las tetas de Fer, y comenzó a bajar por su vientre, yo saqué mi mano, para que ella llegara hasta el clítoris de Fer, que la miraba totalmente turbada, yo tomé a Fer por la cintura y comencé a rozar mi verga contra su vagina desde atrás. 
Malena iba desde mi verga hasta la vagina de Fernanda, que ya había convertido sus gemidos en profundos quejidos, los que se repetían cada vez que Male hundía su lengua en ella. Malena se hizo más hacia abajo, haciendo que Fer se agachara un palmo. Acto seguido tomó mi verga y la introdujo en la vagina de Fernanda. Fue solo un poco, pero luego de un Quejido aún más profundo, Fer se volcó un poco más hacia delante, pero por el movimiento yo perdí la penetración. Exaltado la penetré de pronto, quizá un poco violentamente. 
-¡ay, despacito por favor!- dijo Fer mientras volvía su rostro hacia mí. 
Su gesto era de súplica, por lo que yo lentamente pero sin pausa reemprendí la embestida. La penetré completamente, mientras la lengua de Malena jugueteaba en la base mis testículos. 
Malena mantenía una posición por demás incómoda, por lo que se recostó en el piso, y Fernanda la siguió en el movimiento hasta ponerse en cuatro patas, sobre el rostro de Malena que volvió a su tarea. Yo retomé la penetración, un poco desde arriba, haciendo que mi verga se apoyara con fuerza contra la pared de su vagina. En ese instante Malena apoyó un dedo en mi culo. Yo totalmente reticente hice un movimiento repentino hacia delante, provocando en Fernanda una penetración aún con más fuerza que la anterior. 
Fer lanzó una nueva queja 
-¡ayyy, me vas a partir….por favor!- dijo suplicante 
Malena reía con ganas por su travesura, yo la miraba con bronca, pero no podía dejar de moverme. Allí advertí que Fer comenzaba a responder mis movimientos, mientras gemía casi dolorosamente. 
-si…si…partime…así…si…dame verga, mucha verga- rogaba Fer 
Yo la tomé del cabello, arremetí con fiereza, arrancándole más exclamaciones. 
-que buena verga…que buena cogida- decía Fer mientras sacudía sus caderas al mismo compás que mis embestidas. 
Malena se retiró de su posición, y volvió a las tetas de Fernanda que se bamboleaban en vaivén. 
-¿te gusta como te coje tino?- preguntó Male 
-¡si…si…me encanta!- dijo jadeando Fer 
-¿querés más pija?- continuó Malena 
-si…no parés…no parés- repetía Fer 
Yo tomé la inicativa y me detuve 
-no parés hijo de puta, haceme acab…- Fer no pudo terminar la oración, pues yo me introduje en su ano. 
Fer arqueó su espalda, mientras volvía a intentar mirarme. 
-no…la cola no…la cola…- una vez más se vio interrumpida, la queja se volvió gemido. 
Los movimientos comenzaron lentos, pero de a poco se volvieron rápidos y furiosos, ella se retorcía jadeando de placer. 
-partime el culo…partime- pedía ella 
Quizá por el sildenafil, quizá por el tremendo placer, yo estaba maravillado de mi propio rendimiento. Arremetía contra la jadeante Fernanda, y la imagen de ese maravilloso culo penetrado por mi verga me alentaba a no dejar de moverme. 
-¡que maravilloso…que hermoso- exclamaba Fernanda. 
De pronto comenzó a temblar, perdió el ritmo, intentó mirarme, pero sus ojos estaban cerrados con fuerza. Se desplomó sobre Malena y sus gemidos se hicieron intensos, casi contínuos. 
-¡que acabada…por favor que acabada- decía Fer 
Yo lentamente comencé a bajar mi ritmo, y mientras Malena se incorporaba, Fernanda se apoyaba contra el suelo, con su culo aún levantado. 
-¿acabaste?- me preguntó Male 
Yo negué casi sin aliento. 
-yo te voy a hacer acabar- me dijo Malena. 
Apoyó su mano contra mi pecho, indicándome que me recostara. Yo obedecí complaciente, me causó un poco de gracia ver mi verga parada, como si de un pequeño mástil se tratara. 
-podemos izar la bandera acá- dijo Male mientras se subía la falda. 
Hizo a un costado su tanga negra, y comenzó a sentarse sobre mí, de frente. 
-me vas a dar tu lechita, bebé- me dijo mientras mi verga la penetraba. 
Sus movimientos eran constantes, se retorcía y jadeaba. 
-vamos nene, dame la leche- ordenaba ella antela mirada pasiva de Fernanda. 
Malena Apoyó sus rodillas en el suelo, sus caderas hacían movimientos circulares. 
Yo sentí como me derramaba, mis quejas inundaron el aire. 
-si…así…así…dame la leche, vamos nene- decía Male 
Sinceramente creo que nunca había acabado de esa forma. 
-hija de puta, me secaste- exclamé yo agotado 
-así me gusta, yo te ordeno y vos obedecés- dijo Male mientras se entregaba al goce del orgasmo del que ella también era presa. 
Se inclinó sobre mí, sus movimientos fueron más cortos y seguidos. Sus gemidos rápidamente se hicieron sentir. Ella también había acabado. 
A los minutos estábamos los tres tirados sobre el piso, yo entre ambas. Fernanda jugaba con sus dedos en mis testículos. Yo la miré expectante. 
- ¿no te habrás quedado con ganas?- pregunté 
Fernanda asintió sonriendo, y lentamente comenzó a besarme el pecho, iba bajando hacia mi verga, que obedientemente volvió a pararse. 
-soltá a la fiera y aguantatelas- dijo Malena riendo con ganas. 

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