Con la hija de mi pareja

Tengo 43 años, estoy casado hace 12 años, y tengo dos hijas… gracias a dios todo ha transcurrido con normalidad durante estos años, no sin pasar por los sobresaltos habituales que suceden en cada familia. 
Aproximadamente unos 16 años atrás, en el ´94, mas precisamente en febrero de ese año, luego de regresar de unas movidas vacaciones en Viña del Mar, conozco a una mujer (que llamare SILVIA, por razones obvias) mayor que yo. 
Silvia tenía por esos entonces 41 años, era divorciada, y tenía tres hijos, MARCOS (ficticio) y SANDRA (ídem) los mayores, mellizos de 20 años y LUCAS (ficticio) de 16, el menor. Luego de dos meses de estar en flirteos, comenzamos a salir. Era una mujer de 1,83 m. de altura, morocha, ojos claros, delgada, lindas facciones pero no una mujer bella, normal diría yo, con reflejo de malos años transcurridos en su cara, pero si deseable. Era muy compañera, trabajadora, muy poco exigente, y por sobre todo, comprendía que si bien lo nuestro no iba a durar mucho por la excesiva diferencia de edad, estaba a dispuesta a vivir ese momento de la mejor manera posible, ayudándome a abrirme paso en la vida. 
Es así, que con el correr del tiempo, conozco a Lucas, que no tiene ningún reparo sobre nuestra relación. También, ya para ese momento, los mellizos tenían conocimiento de esto, pero era Marcos quien se resistía, en tanto Sandra no emitía opinión a respecto. 
Ambos, se encontraban estudiando en Córdoba, por lo que no teníamos muchos problemas de vernos o estar en su casa. 
Al tiempo, decido quedarme en su casa, para “probar”, dado que prácticamente estábamos viviendo juntos. Todo era de maravillas…. Tenía una mujer hecha y derecha, que cumplía sexualmente todos mis “caprichos” y que además, estaba empecinada a enseñarme sus vivencias al respecto. Como te imaginaras, con 28 años era una experiencia soñada, y varios de mis amigotes decían envidiarme por todo lo que estaba viviendo. 
A mediados de noviembre del ´94, Sandra anuncia que viaja, por que ya había terminado con las materias correspondientes a ese año, en tanto que Marcos se opone por completo a venir y decide quedarse en Córdoba. Ante esta situación, hablo con Silvia, para ver que hacíamos… realmente yo no quería cagarle una vez más la vida, y que pasara las fiestas sin uno de sus hijos por mi culpa… a lo cual ella me responde: 
- si el no quiere venir, que no venga, ya es grande y sabe lo que hace. No voy a dejar de hacer las cosas que me gustan y sentirme bien por que el lo decida…. 
Punto… ahí termino nuestra charla, no había nada mas porque hablar. 
Si bien, yo conocía a Sandra y Marcos por fotos, no tenia ni idea como eran, mas allá de lo que su madre me había contado. Sentía cierta intriga de cómo seria el trato que me prodigaría Sandra cuando estuviera en su casa, pero a la vez había algo que me decía que no me preocupara, que todo iba a estar bien. Y así fue, fuimos a recibirla al aeropuerto, de madrugada, y al verme sonrió y me saludo como si me conociera de años, todo muy natural… 
Eso genero mucha tranquilidad en nosotros, era muy tranquilizante saber que a pesar de todo, éramos una “familia” feliz. 
Aquí empieza la historia más importante de este relato: 
Silvia, con muy buen tino, decidió que me fuera a mi casa, para no generar alguna incomodidad con su hija, a lo cual asiento. Pero aclarándome que cuando quisiera me podía quedar a dormir e ir o estar en su casa…. Al fin y al cabo ya estaba casi instalado ahí. 
Una tarde, saliendo del trabajo, me encuentro con Sandra que paseaba, aprovechando el lindo día (que por aquí son pocos). Estaba preciosa, me lleno los ojos, me dio vuelta como una media…. Nada que ver de lo que yo había visto en las fotos, ni cuando ella había llegado. Estaba arregladita, maquillada suavemente (igual que su madre) y vestida muy sensualmente, dejaba ver unos pechos turgentes y bien formados a través de su remera blanca, dos hermosas y bronceadas piernas coronadas por una cola muy firme y redonda (que mas de uno desearía), tenia puesta una pollerita que no llegaba a ser minifalda, pero permitía ver a la perfección cada una de sus curvas. Sandra era también morocha, ojos color miel, muy claros con toques de verde, pelo oscuro largo, labios delgados y media casi como su mama. De más esta decir que tuve que disimular mi asombro ante tal visión, que me derretía por dentro. Charlamos un rato ahí parados, y me pregunto si iba para su casa… 
-No –le respondí- Tu mami no esta, así que pensaba ir a casa y pegarme un baño y después ir para allá. 
- ahh bueno…, porque yo ya estaba pegando la vuelta, me aburrí de caminar. Queres que vayamos juntos, y de paso tomamos unos mates? Y si queres, te bañas allá, total tenes ropa en casa – me dijo. 
- listo – dije, sin dejar de recibir un torbellino de pensamientos ante dicha situación. 
Llegamos a la casa. Estabamos solos, ya que Lucas habia salido. 
- Tomamos mate, café o te bañas? – me pregunto. 
Casi por un instante pensé en bañarme, pero reaccione y me dije que se vería mal ante los ojos de Silvia, que yo estuviera bañándome y su hija en la casa, y encima solos. 
Así que desistí de la idea y opte por mates… 
Estuvimos charlando de todo un poco, estudios, su vida, la mía, mi relación con su mama, y como no podía ser de otra manera de sexo… 
Me entere que estaba sola, que hacia prácticamente un año que no tenia relaciones con nadie, que había tenido una historia inconclusa con una compañera de estudios pero había quedado trunca por la llegada del novio de la otra chica…. 
Demás esta decir que esto ultimo, no hizo otra cosa que alimentar mis ratones… 
No pensaba claramente, esa chica había logrado ponerme en una encrucijada. Si bien, yo estaba enganchado con Silvia; Sandra despertaba mis hormonas y mis más bajos instintos a tal punto de desearla sin prácticamente conocerla. 
En días posteriores, dude en ir a la casa, no porque no quisiera, sino porque no sabia como reaccionaria o como seria mi comportamiento hacia ella .Igualmente, así y todo, nos veíamos muy asiduamente con Silvia y obviamente, con Sandra. 
Pasaron las fiestas y todo transcurría con normalidad, con Silvia la pasábamos de diez, sin ningún tipo de prurito nos mostrábamos ante todos como una pareja estable y así lo sentíamos. Pero internamente seguía pensando en Sandra, en esos pechos, esa carita, esas piernas y demases… ja ja ja 
Cierta noche, organizamos una cena con amigos. Lucas había viajado con su padre, así que en total éramos siete, dos parejas, Sandra y nosotros. Siendo las tres de la madrugada y con algo de alcohol encima (bastante, diría yo) nos quedamos solos o al menos eso pensamos. Nos pusimos cariñosos con Silvia y comenzamos a juguetear en el living, frente al ventanal a oscuras, imaginando que nos veían. Hicimos el amor por un largo rato, en cuanta pocision y lugar imaginable (siempre frente a l ventanal) y nos quedamos dormidos en la alfombra hasta las 6 de la mañana, cuando nos despertamos y nos fuimos a la habitación. 
A la tarde siguiente cuando nos levantamos, muy risueños por lo sucedido en la madrugada, note una mirada y una sonrisa cómplice de Sandra que me descoloco. 
Eso me tuvo pensando durante varios días, pero no me atrevía a preguntarle nada, hasta que ella decidió romper el silencio. 
Tan naturalmente como si se tratara de algo normal, me dijo… 
- que lindo lo del otro día, muy loco y excitante… 
- no se a que te referís!!! – conteste 
- No te hagas el boludo, sabes de lo que te hablo… 
- En serio, no se de que hablas… 
- De mama y vos en el living… 
Quedé helado, no sabias que decir. 
- Los vi, con el pedo que tenían pensaron que me había ido, pero no, estaba durmiendo y me despertaron los ruidos. Y encima la escucho a la vieja gemir como loca, me imagine lo que hacían así que me arrime sin hacer ruido y los vi. 
- Huy, perdona… no sabia que estabas.- le dije casi sin mirarla, se me caía la cara. 
- No hay drama… ya esta!, la pasaron bien - con una risa en la boca, continuo- y los vieron, porque al fin y al cabo era eso lo que pretendían, no? 
- Essteeeee,… y si… esa era la idea… pero no vos…. 
- Porque yo no- me inquirió 
- Y es obvio, no?... como te vamos a dejar que nos veas….no seria normal, no? 
- Bueno…pero igual los vi y estuvo bueno…muy bueno diría yo, me gusto… 
- Ehh, bueno por lo menos te gusto, ojo… no le cuentes a tu vieja que se muere…- le implore. – que sea un secreto a medias, por favor… 
- Dale, - me dijo – viste!!! Ya compartimos algo mas que a mi vieja ja ja ja 
Esa declaración provoco en mi, los mas diversos y casi ridículos pensamientos durante varios días… que sintió?, vio todo? Se toco? Me vi bien? y demás pelotudeces… 
Tenía que sacarme esa espina de encima, pero no encontraba el momento. Una mañana, estando yo en el laburo y sabiendo que Silvia también estaba trabajando, llamo a Sandra para avisarle que iba para la casa, con naturalidad me dijo que me esperaba con mate. 
Fui durante todo el camino pensando como hacer para preguntarle. Me recibió con una remera larga y vieja que usaba como camisón y que dejaba traslucir cada centímetro de su cuerpo, estaba sin corpiño y con una tanguita negra muy perturbadora. 
Me abrazo y me dio un beso en la mejilla muy cerca de la boca, pero sin rozar mis labios, a lo cual respondí con un leve toque en su cintura. 
Para ese momento estaba muy excitado. Como arrancaba? Que le preguntaba??? Que lo parió!!!! Que le decía?... 
Así sin más, le escupí (a lo bestia): 
- contame que te paso con lo que viste el otro día? 
- Nada y todo… me dijo mirándome descuidadamente, mientras cebaba un mate. 
- Como? Explícame eso? Estoy medio tonto hoy 
- A ver…. Como te lo explico? – agrego, acercandose y sentándose a mi lado- 
Nada por el lado de ver a mi vieja, no me molesto… y todo por la situación… me excite mucho… 
- y que hiciste? Pregunte, casi imaginando su respuesta. 
- Nada. Me fui a dormir… 
- Como que nada???? En serio??? – (la bestia estaba a full, por lo animal digo) 
- En serio, nada…. Que esperabas? Que me pajeara? 
No sabia donde meterme, uno es bestia y sabe como responder a esa pregunta, pero no podía decírselo… no podía decirle que si, que hasta me la imaginaba en su cuarto, dándose placer… 
- Mira, no soy una monja, me masturbo seguido, y me gusta mucho hacerlo, pero esta vez no lo hice… ya te dije que me gusto y excitó lo que vi, pero pretendo otra cosa… 
- Que pretendes? – le dije, mirándola a los ojos… 
- Ya te vas a enterar… espera un poco… 
Me cagó, me dejo peor… no sabia que era lo que tramaba. 
Sandra era mas astuta de lo que yo imaginaba… no quería hacerme ilusiones de nada porque corría peligro que Silvia se enterara de nuestra charla y se fuera todo al carajo. 
Pero mi cabeza no dejaba de pensar en como seria estar con Sandra, mis encuentros con Silvia ya no eran de dos personas, sino de tres, estaba siempre ella metida en mi cabeza y provocaba orgasmos cada vez más intensos. 
Días después, sábado por la mañana, estaba durmiendo en casa de Silvia, cuando siento que la flaca se levanta. Era temprano, demasiado para mi gusto… 
- que haces, negra? Le pregunto 
- tengo que hacer unas cosas en el laburo, vos dormí tranqui, al mediodía traigo el almuerzo… 
- bueno negrita… le dije y me di vuelta para el otro lado y ahí quede…. Muerto otra vez. 
Pero la falta del “huesito” en la cama hizo que al rato me despertara y me levante a tomar algo. Casi instantáneamente, la idea de ver a Sandra dormir se me cruzo por la mente, entonces de camino a la cocina, trate de “pispiar” algo en la habitación de Sandra, pero como estaba muy oscura me fue imposible ver algo. 
Debo reconocer, que la sola idea había hecho que me comenzara a erectar. Seguí mi camino y semejante fue mi sorpresa cuando, de improviso, me cruzo con ella saliendo de la cocina, con mate en mano y yo totalmente en pelotas, y encima con mi miembro a full. 
- a la puta…. Perdón…- dije, tapándome como podía… 
- epa… hace tu vida nomás… me respondió, mirando mi desesperación por tratar de taparme. 
- Es que pensé que estabas dormida…-agregue, mientras iba hacia la habitación en busca de los calzones. 
- Esta bien, no vi nada que no haya visto ¡!!! … -siguiéndome hasta el cuarto. 
Cuando entró, yo ya me había tapado con la sabana. Recién ahí pude observar con claridad que estaba vestida con un short amarillo diminuto que marcaba casi intencionalmente su vulva y una remerita ajustada. Una maravillosa visión, para el despertar. 
Se sentó a mi lado y me ofreció el mate que traía en mano… 
- no te pongas mal,… ya esta! – me dijo, y después me dio un beso rozándome la comisura de los labios, como para tranquilizarme. 
Cosa que no sucedió, porque esa acción hizo que más me excitara. 
Estaba confundido, caliente, con taquicardia y tembloroso (cosas que ella notó). 
- porque estas así… 
- Así…como? – pregunte 
- Así… tan nervioso… 
- Te parece poco lo que paso? 
- No jodas… ya esta! Si hubiera pasado al revés no me pondría así… 
- Ahh no!!!! … cuando te pase , contame… -le dije casi desafiándola 
En silencio tomo el mate y se fue a la cocina, a cargarlo de agua nuevamente. No pude evitar ver ese hermoso cuerpo retirarse de la habitación. Estaba preciosa, muy deseable… 
A los gritos le dije que pusiera el agua en un termo, así no tenia que estar yendo y viniendo a cada rato… BUENOOOO! me respondió… 
Estaba buscando mi calzoncillo por el piso (duermo en bolas), cuando regresó. 
- Marce!!!... 
Miro hacia la puerta, y allí estaba ella… desnuda completamente… Mi corazón se paralizo, quede congelado… 
No podía dejar de mirar ese cuerpo que tanto deseaba… y ella como si nada, mostradose ante mi, con un desparpajo total… 
- YYYY!!!! , te gusta??? … mira mi culo – me dijo, dándose vuelta. 
- Claro que me gusta… 
Se acerco a la cama y se metió bajo la sabana, a mi lado, sin taparse los pechos… 
- Ahora te toca a vos… 
- Que cosa? – le pregunte 
- Dejar que te vea bien…. no vas a creer que vos solo vas a mirar, no? 
Sin pensarlo mucho, me levante de la cama y me pare frente a los pies de la cama… 
Allí estaba yo, desnudo frente a Sandra, con mi pene erecto. Vi que no retiraba su vista de mi miembro, casi de inmediato le dije: 
- Te gusta?... queres verlo mas cerca? 
- Dale, veni… -me dijo 
Me acerque y prácticamente le puse el pene a centímetros de su cara. Lo miro como si se tratara de un juguete y sin mediar palabra lo agarro con su mano y comenzó a masturbarme muy lentamente, mirándome a los ojos. 
- mmm… que rico y que duro esta… te gustan los mimitos que te hago? 
Asentí con un movimiento de cabeza, no podía hablar, no quería cagar ese momento con alguna pelotudez. 
- Acostate – me dijo, sin soltar mi pene. 
Obedecí a su pedido. Abrió mis piernas y se acomodó entre ellas. Siguió acariciándome suavemente. La miraba extasiado, no podía creer que era realidad, ella… Sandra, quien había ocupado la totalidad de mis fantasías en ese corto tiempo, estaba ahí, dándome placer, y parecía disfrutarlo. 
Hizo que eyaculara, en pocos minutos… no lo pude contener… (Juro que lo intenté). 
Como si nada se levantó, sonrió y… 
- No te muevas … - me dijo 
Le hice caso,… total…. Ya estaba entregado. 
Volvió con una toalla y muy dedicadamente me limpio. Como un estupido estaba sin emitir palabra y sin hacer nada…solo la miraba. Ponía tanto empeño en ese menester como lo había hecho con el anterior… Juro que veía solamente dulzura de su parte, o al menos eso me parecía… 
- Mira… -me dijo, señalando la sabana mojada, donde momentos antes estaba su vulva- Yo también acabe… 
- ehhh… no jodas!!!! 
- Si, marce, enserio… me calenté viéndote gozar… ya me a pasado otra veces… 
No podía creerlo, era real, había tenido un orgasmo y yo no había hecho nada para que lo consiguiera. 
Me acerque a ella y la bese, apasionadamente. Comencé a acariciarla, recorría cada milímetro de su cuerpo con mi mano derecha, mientras la izquierda sostenía su cabeza y mi lengua chocaba con la suya, frenéticamente. Sus pezones se estremecían cada vez que los rozaba, su vientre se tensaba, y finalmente llegue a su vagina… muy mojada, caliente, dispuesta a recibirme… 
Sandra, me abrazaba con fuerza, y apretaba muy fuerte cuando mis dedos rozaban su clítoris, como podía dejaba salir sus gemidos, dado que no paraba de besarla. Deje su boca, para ir recorriendo su cuello con mis labios y lengua, fui bajando muy lentamente (ni yo, ahora, puedo creer la parcimonia que tuve en ese momento), me entretuve en su ombligo, provocándole algunos espasmos. Para cuando llegué a su vulva, esta estaba más mojada, sus jugos inundaron mi boca, y su clítoris vibraba al roce de mi lengua, mejor dicho… era toda ella quien vibraba. 
Sandra se retorcía de placer, gemía descontroladamente, me pedía que no me detuviera, comenzó a insultarme por provocarle tal goce… al llegar al orgasmo por enésima vez, (no llevé la cuenta, ni me importaba tampoco) me retire para verla, sabia que ese espectáculo era digno de ver y no quería perdérmelo. 
Y ahí me quede, mirándola, extasiado, quería fijar ese momento en mis retinas. Debían haber transcurrido casi hora y media desde nuestro encuentro en el pasillo. Automáticamente me acorde de Silvia, que hora era?, estaría por llegar?... mire el reloj, todavía era temprano… no había problema… y sin decir nada, me recosté junto a Sandra, quien en ese momento giró acomodándose arriba mío. Me beso casi con furia y simultáneamente comenzó a refregar su vulva en mi pene (que todavía no había logrado recuperarse). 
Estaba muy húmeda, producto de sus orgasmos y mi saliva, caliente, dispuesta… 
- quiero que me cojas – dijo 
- rómpeme la conchita… te quiero adentro… ahora, dale…! - continuo 
Sus palabras fueron el detonante para que mi pene empezara a recobrar vida, y en esa posición comencé a ingresar en su ajustada vagina. 
Estuvimos haciéndolo casi hasta el mediodía, no recuerdo cuantos orgasmos tuvimos, pero fueron varios. Es al dia de hoy, que no he logrado nuevamente mantener mi pene erecto por tanto tiempo. 
Como con su madre, recorrimos toda la cama tomando diversas posiciones y accedimos a cada uno de nuestros requerimientos sexuales, por su parte, a que la penetrara analmente y por la mía a que me estimulara, también analmente, con sus dedos y lengua… 
Era mas de lo que me había imaginado, estaba en el limbo, había logrado cumplir la fantasía que me quitaba el sueño y no me pesaba el remordimiento de haberlo hecho con la hija de mi pareja… 
No vestimos cada uno en su habitación, ordenamos toda la casa y nos quedamos a esperar a Silvia como si nada hubiera pasado. 
En estas condiciones de furtividad, tuvimos mas encuentros, desde ir a mi casa, hasta perdernos en un hotel alojamiento; tuvimos sexo en cada momento que podíamos, así fuera parados en la cocina mientras Silvia se bañaba o estaba en el súper. 
No puedo describir mi embelesamiento por esa mujer, la quería poseer a cada momento y por lo que veía a Sandra le pasaba lo mismo. 
Pasó el tiempo y Sandra volvió a Córdoba, a sus estudios, y a los pocos meses Silvia dio por terminada nuestra relación, dado que según su expresión – HAY ALGO QUE NO ES LO MISMO ENTRE NOSOTROS, Y ASI NO PODEMOS SEGUIR-. 
Las cosas terminaron muy bien entre nosotros y todavía nos hablamos (obviamente que no se ha enterado de nada, me imagino). Pero con Sandra la cosa continuo algún tiempo mas, hasta que decidí terminar la situación por que había conocido a la que es mi actual esposa.

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