Mi cuñadita es una putita

Hace poco, en un fin de semana largo, viajamos con mi esposa y mis hijos a Capital Federal para visitar a mi cuñadita (a la que llamaré Yesica) y hacer unos trámites de mi trabajo. Como mi mujer estaba triste por extrañar a Yesi que desde hace tiempo estudia en Bs As, mi suegra nos financió todos los gastos para que se encuentren las hermanas y disfruten de unas mini-vacaciones. 

Nos hospedamos en el departamento de mi cuñadita que queda en pleno centro porteño, en un barrio muy elegante. 

Durante el viaje (10hs) intenté en varias oportunidades que mi esposa me hiciera algunos mimos. Manejé toda la noche mientras dormían los chicos y, entre charla y mates, le suplicaba a mi mujer que me hiciera un pete, aunque sea una paja!!! Pero no pude obtener más que unas caricias en mi pija sobre mi ropa por temor a que se despierten los chicos. Obviamente que comprendí su temor pero quedé re-caliente y en cada parada para cargar combustible todos notaban mi excitación por el bulto que se marcaba en mi pantalón. Viaje empalmado todo el maldito viaje. Hasta llegue a creer que lo hacía a propósito para mantenerme despierto pero no, al final, ella quedó dormida. 

Cuando llegamos a Buenos Aires y nos recibió mi cuñadita nos llevamos una sorpresa por el cambio del look de Yesi que se había teñido de rubia mal (muy rubia, casi amarillo) y le quedaba muy puta. Y la verdad es que ella es muy putita jaja... siempre lo fue.. de disfrutar el sexo a full sin mirar las consecuencias... de plantarte orgias en su depto de estudiante y enterarnos por amigos en común... 

Como siempre Yesi vestía muy provocativa, con una calza blanca tipo pescador semi trasnparente que traslucía su tanguita blanca y un top tipo corpiño deportivo también blanco que se pegaban a sus tetitas praditas, redonditas y duritas. Baba total. 

Nos saludó a todos muy "cariñosa" y para saludar a mis hijos se agachó frente a mi, apoyando su hermoso culito en mi pija. Estoy acostumbrado a su perreo pero esta vez fue muy notorio y con la calentura que traía del viaje la tomé de la cintura y la apreté contra mi pelvis. Sentí como mi verga se acomodaba entre sus nalgas y crecía y crecía hacia arriba. Cuando mi esposa se dio cuenta nos regañó a los dos por el espectáculo en la calle y me miró con furia mientras me decía "no te aproveches"... 

Pasamos unos días espectaculares los cinco, llenos de paseos y actividades con los chicos. 

Por las noches mi mujer no quería hacer el amor por miedo a que nos escuche su heranita o los chicos, con lo que mi calentura crecía día a día. 

Por las mañanas Yesi andaba por su casa como si no estuviéramos allí solo con su pijamas de remera y shorcito de algodon bien pegados a su cuerpito delicioso. 

Una mañana me desperté muy temprano y nos encontramos en la cocina con Yesi mientras todos dormían. El saludo de los buenos días se convirtió en un abrazo caliente... mientras cruzaba sus brazos por mis hombros me besaba el cuello, apoyándome sus tetitas duritas que pinchaban con sus pezones en punta mi pecho. Instintivamente la tomé de la cintura para frotarnos nuestros sexos. Nos separamos un poco sin despegar nuestras pelvis y me dijo "amaneciste muy caliente cuña". Le sonreí confesando "tengo una abstinencia de días, ya no puedo más". "Se nota" me dijo sonriendo y mordiendo suavemente sus labios inferiores mientras miraba hacia abajo como sobresalía mi glande de mi pantalón deportivo. 

No aguanté más mi calentura, arriesgándome a que mi familia despierte y se vaya todo al carajo, le pregunte "querés ganarte 100 pesos?", "que tengo que hacer?" contestó ella mirandome como niña ingenua, "haceme el mejor pete de tu vida"... no termine de decirlo que ya estaba cerrando con llave la puerta de la cocina y se arrodillaba para hacerme un oral delicioso.. mientras lo hacía se pajeaba dentro de su shorcito y me miraba... mi pija apenas entraba en su boquita y acallaba los gemidos que su mano le robaba... lo hacía despacio pero muy apretado... su lengua jugaba dentro de su boca con mi pija masajeandola... sacaba mi pija de su boca... la miraba y besaba toda... la metía en su boquita y tragaba toda.. la sacaba y me pajeaba mientras me preguntaba "te gusta papi"... eso me volvió loco y con un "siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii" acallado la agarre del pelo y le di con todo..le movía la cabeza frenéticamente para que me coja con su boca y en unos segundos después estaba tragando todo mi semen mientras parecía que también ella llegaba a su orgasmo (o fingió el suyo como buena puta)... 

Se paró limpiándose la barbilla con el antebrazo y me pregunto "Donde están mis cien" reclamó su paga con cara de pícara. 

"Si bebe. Aca tenes tus 100. Los tenés bien ganados" le respondí mientras pagaba por primera vez en mi vida por sexo y a mi cuñadita. "Pero... querés ganar otros 200?" Se le iluminaron los ojos azules y con voz de gata Yesi me dijo "msiiii papi, que querés que haga?" mientras me pajeaba suave con sus manos. "Querés que te la chupe de nuevo?" me pregunto mientras se acomodaba de nuevo arrodillada frente a mi pija que estaba como piedra, dura y parada. "Quiero tu culito delicioso" le dije casi soñando despierto con un sexo anal prohibido con mi cuñadita. Yesi me respondió desde abajo con mi pija en la boca moviendo la cabeza de lado a lado para negarme la posibilidad de romperle el orto. "Dale bebe, le tengo un hambre descomunal, lo quiero llenar de carne, lo vas a disfrutar, te lo prometo" le dije casi suplicando. 

Yesi ante mi insistencia se puso de pie y me besó intensamente pegando fuerte su boca con la mia y jugando con nuestras lenguas, sin soltarme la pija que seguía pajeando suave. Le agarré la cabeza de los pelos con una mano y le tiré hacia atrás para besar su cuello y sus tetitas. La solté y, mientras ella me besaba con la misma intensidad que antes, le apreté las nalgas con mis manos abriendo y cerrando su culito. Nuestras respiraciones estaban a full. 

Después de unos minutos de ese franeléo intenso (que nos pusieron como locos) y ante mi persistencia de hacer un anal ahí parados en la cocina (que sería mi sueño hecho realidad) me dijo "Mi culito es solo de mi novio" con lo que me puso a full de calentura y de celos. La masturbé con mi mano derecha dentro de su pantaloncito mientras le chupaba la teta izquierda (que ella me ofrecía levantando su remerita). Quería ponerla loca de deseo y así doblegar su resistencia, pero solo obtuve una corrida que inundó mi mano con sus flujos sin poder acceder a su culito. 

Me sacó la mano de su conchita y la llevó a su boca sin sacar su mirada fija en mis ojos. Lamió sus jugos dejando mis dedos limpios. Se dio vuelta dándome la espalda y pegó su culo quedando mi pija que apuntaba al techo entre sus nalgas. Estaba apoyado contra la mesada de la cocina sintiendo su culito que tanto deseo frotar mi pija y pensaba que me entregaría su anito. Movía sus caderas haciéndome una paja con sus nalgas y metiendo su mano entre sus piernas me agarró la pija y la colocó a través su pantaloncito del pijamas para metersela dentro de su conchita jugosa. Fue una sensación grandiosa sentir el calor de su vagina y el roce en su apretado interior. Parecía que se abría paso mi pija con el empuje que Yesi hacía con sus caderas que apoyaba más y más en mi, en una penetrada bien despacio y profunda que sentí llegar hasta el final de su vientre rozando su útero. Fue espectacular. No podía creer como me follaba mi cuñada putita. 

Cuando sintió que toque su fondo Yesi miró hacia atrás para verme gozar como me follaba y casi jadeando me dijo "Esta no te la cobro papi, dame, dame con todo, partime en dos amor". Y tomando con mis dos manos sus culo la moví fréneticamente para penetrarla a full. Estaba en las nubes. Mi excitación era bestial. Me estaba follando duro una pendeja re-puta que le encanta mi pija dura. Sentía su culito firme rebotar y golpear mis abdominales. Cada tanto la soltaba para sentir como ella sola movía su culito para tragarse con su conchita toda mi pija y aprovechaba mis manos libres para acariciar sus tetitas duras y paradas por debajo de su remerita y pellizcar sus pezones puntiagudos. Cuando estuvo a punto de llegar, Yesi giró su cara para besarme y acallar sus gemidos (y no despertar a nadie), arqueando su cuerpo apoyando su culo en mi pija, sus hombros en mi pecho y alzando sus brazos para abrazarme detrás de mi nuca para pegar mi boca a la suya. Yo también estaba por acabar por lo que la agarré de sus caderas y la clavé más y más rápido hasta estallar dentro de su concha. Llegué primero y cuando lo sinitó estallo ella. Vibramos con todo nuestros cuerpos. Mis piernas temblaban. Fue tan intensa nuestras acabadas que sentía como chorreaba por nuestras pierna. 

Nos quedamos unos minutos así, Yesi apoyada ahora toda su espalda sobre mi y abrazando mi nuca para besarme y besarme. Yo la manoseaba toda sintiendo como seguía vibrando su cuerpo en respuesta a mis caricias. 

Sin decirnos nada acomodamos la cocina y nos fuimos a vestir sigilosos, sin hacer nada ruido para que el resto de la familia no se despierte. 

Mi cuñadita es una puta

Nuestro viaje estaba llegando a su final y me llevaba el mejor de los recuerdo y una de las satisfacciones más grandes de mi vida: el haberme follado a la putita de mi cuñadita en su cocina, en un desayuno lujurioso al extremo, mientras mi mujer y mis hijos dormían a unos metros en los dormitorios. 

Y es que Yessi es una pendeja ninfómana que cualquier mortal quisiera gozar y la tuve una hora para mi. Pero no fué suficiente, quería más. 

Yesi es una pendeja super caliente, con un cuerpo muy firme y bien ejercitado, que sabe como usarlo para provocar y dar placer a quien ella desee. No se priva de follar a nadie sin contemplaciones ni medir consecuencias. Su frescura sexual incontrolable desborda insinuaciones sin reprimirse adelante de nadie, sea su madre, hermana o su novio. Si ella desea lo hace notar y atrae a quien este cerca de sus encantos como sirena seduciendo a cuanto marino pase frente suyo. 

Llevaba años calentandome y provocando las erecciones más potentes de mi vida con sus indirectas y sus roces frente a su hermana, mi esposa, quien no era indiferente a la actitud de su hermanita y me vigilaba atenta a como yo respondía a sus lascivas insinuaciones de esta gata en celo. Esas situaciones de seducción irreverentes me generaban un morbo extraordinario al tener que contener mis deseos más oscuros frente a mi esposa, y me comía la cabeza. 

Después de superar la envidia y los celos que me dio Yessi durante nuestro “desayuno lujurioso” al negarme la posibilidad de que me la follara por su culito porque solo su novio (Raul) disfrutaba de su hoyito por ser de su propiedad (como no..., pense jaja, seguro que todos los compañeros de la facultad ya pasaron por su anito), se me ocurrió una idea morbosa con la cual podría llegar a tener lo que tanto deseaba, follármela duro, sin delicadeza, y romperle el orto a la puta mi cuñadita. La idea era ponerla en evidencia hablando frente a Raúl de lo puta que puede ser y pedirle que me entregara el culito de su novia o ver si lo podía convencer de compartirlo y enfiestarnos con Yessi. 

La verdad que la calentura me nublaba la razón. Era una apuesta muy fuerte. Una acción desesperada. El riesgo de que todo se vaya al carajo era muy alto. Raúl podría reaccionar mal y hacer un escándalo con el que se enteraría mi mujer que me follé a su hermana. Sería un desastre y una separación segura, porque mi mujer es muy posesiva y moralista y no me perdonaría nunca el engaño y mucho menos con su hermanita, por más gata que sea. 

Pero la situación desde el encuentro en la cocina se ponía cada vez más lujuriosa y mi obsesión por poseerla era tal que no pensaba en las consecuencias. Estaba desesperado, en unas horas volvíamos a casa y no había encontrado el momento de estar a solas con la putita de mi cuñadita. Busque miles de escusas para lograrlo, me quedaba despierto hasta tarde (pero mi esposa nos acompañaba), llevaba a Yessi al mercado para hacer las compras (pero mis hijos venían con nosotros), nunca quedábamos solos más de 5 minutos. 

Sumado a mi perversión, mi cuñadita agravaba las cosas con su actitud de puta aprovechando cada segundo a solas para manosearme la pija mientras me decía "la quiero en mi conchita" "me tenes toda mojada papi" y otras frases calientes por el estilo, me apoyaba su culito duro y lo refregaba en mi pija mirandome hacia atrás mordiéndose los labios recordando nuestro encuentro en la cocina gimiendo “quiero desayunar otra vez lechita”, entraba al baño mientras me duchaba y me chupaba por segundos el glande y se iba riendo con perversidad sabiendo que me dejaba con ganas de más, cuando salía ella de ducharse envuelta en su toalla se descubría fugazmente frente a mí para mostrarme ese cuerpito desnudo y cerrarme la puerta en la cara, y miles de situaciones de lo más morbosas y excitantes por lo peligrosa y placenteras. 

Mientras ella jugaba con mi deseo,me estaba volviendo loco de calentura y quería follarla furiosamente. 

Y la oportunidad apareció casual, sin forzar nada, cuando ya estaba perdiendo todas las esperanzas. Después de cenar por última vez juntos en ese viaje, mi esposa me pidió que le hiciera el favor de llevar a Yessi y su novio al departamento que Raúl tiene en el otro extremo de la CABA, ya que le quedaba más cerca de la universidad y al día siguiente tenía clases temprano. Mientras mi esposa me hablaba, su hermanita me hacía gestos lascivos detrás de ella. A todo esto Raúl jugaba con mis hijos sin ver como su noviecita se comportaba como una perra. 

Yessi jugaba con mi deseo a espaldas de su hermana. Se mordía los labios, pasaba suave su lengua mojando su boquita, empujaba su mejilla con su lengua desde adentro de su boca simulando lo que hizo mi pija aquella mañana, se sobaba las tetas. 

Tuve que poner mi mejor cara de poker frente a mi mujer y aceptar con poco entusiasmo su pedido mientras por dentro estallaba de alegría y furia por no poder follármela allí mismo a la putita provocadora. 

Después de despedirnos salimos los tres hacia el ascensor (elevador) donde a los noviecitos no les importó mi presencia y se manosearon refregando sus cuerpos mientras se besaban inténsamente. Su inhibición me provocó una gran erección y no pude sacar los ojos de Yessi. "uy chicos me están calentando, paren un poco" les advertí a lo que ellos respondieron con risas que me contagiaron. Pero Yessi desde ese momento no apartó su mirada de mi bulto y es que parecía que se me iba a salir de mi jeans. 

El camino desde el departamento de Yessi hasta la cochera donde guarbaba el auto fue normal pero mi erección no bajaba y noté que Raúl también iba empalmado. Me imaginaba las escenas más porno que haya pensado con Yessi de protagonista. 

Cuando subimos al auto Yessi se sentó a mi lado con la escusa de indicarme el camino y Raúl se ubicó en el asiento de atrás, justo entre los dos asientos de adelante. Traté de disimular mi ansiedad por el momento que estaba esperando pero se olia sexo (“sex in the air” jaja). 

Cuando creí oportuno le tiré la frase matadora a Raúl: 

- yo: "la verdad que tu novia está cada día más puta" le dije riéndome y mirándolo por el espejo retrovisor. Yessi reaccionó al instante. 

- Yessi: "gracias" me dijo bien gata. 

- Raúl : "jaja siiii, es mi puta, jaja". 

- yo: "entonces cuanto me cobras por una mamada de Yessi mientras manejamos hasta tu casa" presioné para ver hasta donde lleva el juego" 

- Raúl: "por mi te la regalo, si ella quiere te la hace gratis" me respondió mirando a su novia 

Yessi le dió un beso muy caliente a su novio y sin decir nada me empezó a acariciar. Primero jugó con mi pelo en mi nuca, me beso el cuello, acarició mi pecho, apretó fuerte mi bulto, bajó el cierre y me dio sexo oral todo el viaje. Ufff que delicia...Fue muy, muy, pero muy excitante sentir su lengua en mi pija. Raúl se pajeaba en el asiento de atrás, le decía frases como "que puta sos bebe", "me encanta que seas tan puta", "sacale toda la leche a tu cuñado", “hija de puta, no tenés límites, se la estas chupando al esposo de tu hermana” y otras cosas más que no recuerdo. Yessi cada tanto soltaba mi pija solo para responder a su novio de la misma forma “si mi amor, soy re-puta”, “me encanta la pija”, “quiero que me llenen de pijas”, “quiero tragarme toda la leche de mi cuñado”. Mi cabeza estallaba de morbo y mi pija estaba como piedra, brillante por la saliba de Yessi. 

Las calles de Buenos Aires estaban con poco tránsito por la hora, pero en cada semáforo la gente que pasaba caminando frente a nosotros y los que estaban en los autos a nuestro costados se quedaban mirando el espectáculo. La veían a Yessi hundiendo su cabeza entre mis piernas subiendo y bajando cada vez más rápido y cada tanto miraba hacia afuera mientras me pajeaba y volvía a chuparme la verga. Parecía que no era la primera vez que lo hacían. Me daba la sensación que le excitaba a los dos hacerlo en público y con un tercero. Yo disfrutaba a full, con la adrenalina al tope por la posibilidad que nos pare la policía o nos vea alguien conocido. 

Estaba treméndamente excitado pero no podía correrme por los nervios. Mi éxtasis estaba alcanzando niveles impensables y a la vez me sentía intranquilo. Una sensación de mierda, estar a punto de estallar en tu orgasmo y los nervios no te dejan. La quería follar como un animal y no podía mientras manejaba. 

Al no saber cómo llegar al departamento de Raúl, manejaba despacio y sin rumbo. Dimos varias vueltas por la ciudad hasta que Raúl llegó a su orgasmo y dijo "sigamos en casa". Yessi le lamió la mano a Raúl dejándosela limpia de semen. 

Raúl me indicó el camino mientras su novia seguía chupando y estacionamos frente a su edificio. 

Los tres llevábamos una excitación muy notoria, sobre todo a Raúl y a mi que se nos marcaban nuestras porongas en los pantalones, que fueron objeto de miradas lascivas de un grupo de chicas que pasaba por la vereda.. 

Cuando llegamos a la puerta de entrada del edificio le pregunte serio a Raúl 

- yo: "cuanto me cobras por hacerle el orto a tu putita?" 

- Raúl: "200" me respondió ante el asombro de Yessi .. 

- Yessi: “eeeh... tan poco? Creo que mi culito vale más amor” 

- Raúl: “sos mi puta y yo digo cuanto vales, sino se termina todo y la cortamos acá” la amenazó violentamente, lo cual no me gusto, pero tenía tremenda calentura y no quería perderme la oportunidad. A esta altura se notaba que a Yessi le gustaba que se impongan sus machos con violencia, que la dominen como a una potra salvaje domesticada por su amo. 

Se los pague discretamente antes que pueda reaccionar y arrepentirse. Subimos los tres a su departamento. En el ascensor Yessi recibió nuestras manos que acariciaban y apretaban todo su cuerpo. Ella en el medio entre los dos, de frente a su novio que la besaba despacio jugando con sus lenguas. Yo le apoyaba mi verga en el culo y le sobaba las tetas desde atrás mientras imaginaba lo que le iba hacer. Estaba en mis pensamientos lujuriosos cuando llegamos al piso y entramos a la casa de Raúl. 

-yo: “bueno putita, sacate todo y ponete en cuatro que me traés muy caliente y te voy a partir ese orto delicioso” le dije firme a Yessi tomándola de la nuca y empujándola contra el sillón grande. 

- Yessi: “mmm papi, la tenes muy dura y es gordota, me va a doler” me decía como gata mientras caminaba despacio, cruzando las piernas, mirándome fijo a los ojos, con una mirada llena de pasión. 

Se paró frente al sillon dándonos la espalda. Mirándonos con su mejor carita de puta inició un lento strep tease, a lo que respondimos inmediátamente con Raúl sacando nuestras pijas al aire y pajeándonos a full. Liberando nuestros deseos le decíamos miles de guarradas que fluían ante el estimulante show que avanzaba y nos ponían re-calientes a los tres en una escalada de excitación. 

Primero se desató las zapatillas inclinándose hacia adelante, quedando su culito parado y sus piernas estiradas. Escuchaba a Raúl decirle guarradas como “dale puta, apurate que te queremos en bolas”, “no te hagas desear que me va a reventar la pija de tanto sacudirla”, “ese culito es mi paraíso”, pero mi mirada estaba clavada en Yessi y a medida que subía mi deseo (si es que fuera posible porque estaba al tope de mi excitación) solo la veía a ella, mi objeto de perdición y a nada más. Estaba perdido en el tiempo y en el espacio. Solo sabía que estaba a punto de cumplir mi mayor fantasía y gozar del culito de mi cuñadita. 

Después de descalzarse, Yessi apoyo sus manos en su cintura y agarrando el elástico de su calza azul oscuro la fue bajando despacio, muy lento, haciendo pausas. Primero dejó ver el triangulito de su tanga roja, después paro en el medio de su culo, bajó hasta descubrirlo todo, seguía bajando inclinándose nuevamente hacia adelante pero ahora con una vista más excitante de su tanguita perdida entre sus nalgas, y terminó dejando enrollada la calza en sus pies de la cual fue sacando de a uno muy despacio y mientras nos miraba sobre su hombro con carita de nena pícara. 

Que visión más erótica, Yessi parada frente al sillón, apoyando sus manos en el asiento, dándonos la espalda y mostrando como desaparece la tanguita en su culo y reaparece en su conchita. El contraste de la tela roja de su tanga sobre su piel blanca despertaban un cosquilleo en mis bolas que como electricidad se propagaba por todo mi cuerpo. Sus piernas juntas y estiradas, sus muslos marcados, su culo redondo de nalgas firmes, todo era un poema, como una escultura griega, como una escena de película porno, cuantas ganas de tirarme sobre ella. 

-Yessi: “Les gusta? Sigo?” nos decía mientras se incorporaba y se llevaba el dedo índice a la boca. 

-yo: “DIOSSSS!!! Que perra sos!!! Como me calentas nena!!” le dije casi encorvado por tener una mano apretando mis bolas mientras me pajeaba con la otra. 

- Raúl: “Estás para el infarto bebe!” se jactaba de su novia. 

-Yessi: “Entonces sigo sacándome la ropita o no?” seguía con el juego de bebota infernal. 

-Raúl: “Dale, seguí, seguiiiiiiiiii!!!” no aguanto y se corrió otra vez. 

Yessi intentó ir por su leche derramada pero Raúl la paró en seco y le ordenó que se quede donde estaba y que siga con el show. 

Tuve que hacer un gran esfuerzo por no correrme también. Tenía que aguantar lo más que pudiera. Estaba muy excitado pero no podía perder esta oportunidad. Esa noche lo quería todo y no me importaba nada más. Mi obsesión por culearla era inmensa. 

Yessi obedeció a su novio y cruzado sus brazos por delante, tomó su remerita negra y la fue subiendo despacio dejándo su espalda desnuda al descubierto. Como me excitan las mujeres que tienen bien marcada la espalda en “V”. Esa nuca de cuello largo y fino dejando caer su pelo hacia adelante sobre su hombro derecho. Sus hombros y brazos marcados pero finos. Todo, todo me enloquecía más y más. 

Estaba casi desnuda, solo en ropa interior, pero ya quería acariciarla, besarla, morderla, chuparla, penetrarla, succionarla, palmarla, pelliscarla, apretarla, todo al mismo tiempo y en ese preciso momento. Pero tuve la entereza de esperar, de contener mi energía sexual que por instantes sentía que me haría explotar en mil pedazos de tanta presión. Mi corazón entraba en un estado de taquicardia incontrolable que parecía el galopar de una tropilla de caballos salvajes. 

“Dale puta” le indicó Raúl que avance y complazca mi pedido. “Tu cuñado ya pagó y te dió una orden, ponete en pelotas ya y subite al sillon para que te parta el orto puto que tenes, ese orto que es mio y se lo he alquilado al esposo de tu hermana”. 

La tensión que se vivía en ese departamento casi se podía respirar. Raúl y yo desesperados por poseerla y ella que sin prisa se desnudaba sensualmente descubriendo ese cuerpo que ya fue mio una sola vez y que muero por tener de vuelta, esta vez sin restricciones y con la complicidad de su novio. 

No apartaba la mirada de su cuerpo. “Te voy a dar toda la noche” le dije y le prometí “vas ha sentir mi deseo sobre tu cuerpo” “vas a sentir el calor de mi leche llenándote el culo puto que tenes pendeja” “te voy a partir el orto y no vas a poder sentarte en una semana” “a esas tetas las voy exprimir como naranjas y las voy a chupar hasta meterlas toda en mi boca”. 

Yessi no respondía nada, solo sonreía como nena perversa y se acariciaba despacio todo su cuerpo. Desabrochó su corpiño y bajó bretel por bretel de sus hombros hasta tirarlo a mis pies. 

Finalmente mi cuñadita se arrodilló casi desnuda sobre el sillon apoyando sus tetitas en el respaldo, quebrando su cinturita para levantar su culito para mi placer. Uff esa imagen la tengo grabada a fuego en mi mente. 

No pasó ni un segundo que ya me tiré sobre ella y me puse a comerle el culito con la taguita puesta . Que placer. Cuanto deseo reprimido que explotaba en sensaciones excitantes. Tenía a mi cuñadita a mi merced. Cada caricia que mi lengua hacía en la entrada de su anito llenaban con saliba toda su piel. Disfrutaba a full. Yessi gemía como loca mientras con mi lengua juga y mis manos corrían su tanguita a un costado y separaban sus nalgas apretándolas con mucho deseo. Mis dedos quedaban marcados en su piel blanca y firme y cada tanto le daba una fuerte palmada en ellas para ponerlas rojas. 

El olor delicioso de su conchita me invadió mientras le succionaba y mordía el ano, por lo que no pude contenerme. Le mordí el culo agarrando su tanquita y tiré con fuerza hacia atrás rompiendo sus tiritas del costado para después escupirla al suelo, quedando su conchita depilada ante mis ojos. Yessi se quejó por la brutalidad con que arranque su prenda pero de inmediato suspiró y gimió profundo cuando desesperado le metí toda mi lengua dentro, recogiendo sus jugos, raspando sus paredes vaginales. 

Mientras me pajeaba rabiósamente, bebía sus flujos con tanta pasión y gusto que no sabía que pasaba a mi alrededor. Estaba hipnotizado con las sensaciones que provocaba en Yessi, como si estuviera en un trance erótico casi onírico, lleno de morbo y perversión. Solo escuchaba los gemidos de la pendeja de mis sueños, solo sentía su olor, su piel, su sabor. Todos mis sentidos estaban puestos en ella y no me importaba nada más en ese instante. 

Por momentos le hundía mi nariz en su anito mientras dentro de mi boca tenía sus labios vaginales que succionaba y llegaban casi a mi garganta. Entre ellos movía en círculos mi lengua dentro de su conchita lamiendo por ratos su clítoris. Durante unos minutos dejé de pajearme para agarrar con mis manos sus nalgas para apretalas contra mi cara en el medio. Realmente estaba disfrutando de ese culo espectacular y de esa conchita dulce. 

Al saciar mi sed de conchita, y volviendo a pajearme violéntamente, me dediqué a meterle dedos en su anito, a los que movía suavemente para dilatar su esfinter. De una meti dos sin resistencia. Estaba muy lubricada por la chupada anterior y ella relajaba su orto para recibirme. 

Era muy loco porque a mi mano izquierda la movía despacio y suave en su orto y con la derecha me apretaba mi pija mientras me daba sacudidas a toda velocidad. 

Metía y sacaba mis dedos del anito de la putita de mi cuñada y disfrutaba viendo como se abría y cerraba. Cada tantanto le volvía a chupar su conchita y su anito como haciendo una pausa en mis embestidas con mis dedos. Mi saliba resbalaba dentro de su orto perdiéndose en su interior que hacía vibrar el cuerpo de Yessi. 

Estaba en la gloria y Yessi se estremecía toda apretandose y sobandose sus tetitas. 

Después le metí tres dedos a lo que reaccionó con un grito como un chillido de dolor entre jadeos y gemidos. Fué en ese instante que decidi, sin sacarle los tres dedos de su culito, meterle casi toda mi mano dentro de su conchita, con la que acariciaba todo su interior. Fue como si tocara su botón orgásmico porque me inundo todo el brazo con una larga acabada. Nunca deje de penetrarla con mis manos en ningún instante. Yessi gemía fuerte como una perra, como si hubiera corrido una carrera de mil kilómetros. Agitada y casi sin aire me gritaba de placer “Aaaaaahhhh” “Siiiiiiiii” “me matas hijo de puta” “no pares” “soy tu puuuuutaaaaa”. Eso me ponía a full y le daba como loco moviendo rápido mis manos en una paja interminable entre chupadas y mordidas ya en su clítoris. Cada vez más y más fuerte. 

El sillón estaba todo mojado. Parecía una pequeña laguna entre sus rodillas con su leche que bajaba por el interior de sus muslos. Mi cara, mis manos y mi pija estaban empapadas también, impregnadas con los jugos de mi putita. Todo su culo brillaba y sus nalgas mostraban las marcas de mi deseo descontrolado con rasjuños y mis dedos marcado en su piel enrojecida. Su clítoris estaba tan inchado que parecía un dedo pequeño de Yessi. Mi pija estaba dura, con las venas muy infladas y caliente de tanto frotarla y sacudirla con mis manos. 

Yessi todavía se estaba estremeciendo, vibrando todo su cuerpo al ritmo de sus gemidos, cuando de una la tomé firme con mis dos manos por la cadera y de un golpe le enterré toda mi verga por el culo, sin contemplaciones, sin darle un respiro, con movimientos frenéticos, golpeando sus nalgas con mi pelvis, mis muslos contra sus muslos. Sacaba casi toda mi pija dejando solo mi glande dentro de su orto y se la enterraba hasta el fondo, golpeando mis bolas contra su conchita una y otra y otra vez. La agaraba tan fuerte de sus caderas que sentía clavar mis dedos en sus huesos. Yessi estaba quieta porque la tenía sujeta firme, sin escapatoria de mis enbestidas. Me movía tan rápido que cada golpe contra su culo me reventaba los huevos, provocándome una mezcla de placer y dolor que me llevaban a un estado desenfrenado y lujurioso. 

Uuuuffff como apretaba, me exprimía la pija con su orto. 

En mi desesperación por estallar en mi orgasmo, la agarré de sus hombros y apoyando mi pecho en su espalda la follaba como un conejo en celo, como un perro rabioso, dejando caer todo mi peso en ella y moviendo mis caderas a un ritmo cada véz más acelerado. Ella recibía toda mi furia erótica en su firme cuerpito clavando sus uñas en el respaldo del sillon, aprentándolo fuerte. Callaba sus gemidos mordiendo sus labios mientras me buscaba la mirada con carita de nena como suplicando más y más. Estaba gozando el tan deseado culito de la puta de mi cuñadita y se lo estaba reventando a pijasos. 

Yessi acompañaba mi brutal follada apretando mi pija entre sus nalgas sintiendo más intensa la penetrada en su orto y moviendo sus caderas en ritmo contrario al mio chocando más duro. Gemía como loca y cada vez más fuerte hasta que ya eran gritos. Su orto me quemaba la pija que sentía cada vez menos lubricado y más rasposo en una fricción incomparable, sintiendo un calor que se distribuía desde mi pija hacia todo mi cuerpo. Ella gritaba como loca y por momento se mezclaban sus gemidos con un llanto lamentoso. Pero yo disfrutaba tanto que no podía parar de follarla, de romperle el orto. Llegue a morderle la nuca de lo desenfrenado que estaba. 

Entonces su novio se puso frente a ella para llenarle la boca con su pija mientras le ordenaba que se calle porque los vecinos nos denunciarían a la policía. 

Yo estaba perdido y no se cuanto tiempo le di con todo por el culito casi adolecente hasta que le llene los intesntinos de mi leche eyaculando una y otra y otra vez sin parar de follarla y al ratito hizo lo mismo su novio en su boquita de puta. 

Con Yessi caímos exhaustos y sin fuerzas acostados en el sillon mientras Raúl seguía pajeándose detrás del respaldo sobre nosotros hasta que varios minutos después acabó en el cuerpo de su novia.