mi novia, mi cuñada y yo


Mi nombre es Juan, aún no me puedo dormir, miro el resultado de lo sucedido y no lo puedo creer, es más, me parece ser la víctima pero no estoy seguro de ello, pero para que entiendan voy a comenzar desde el principio. 
Hace un tiempo que estoy con Vanina, ella es de ojos verdes, buenas tetas naturales, grandes y paradas, boca de labios gruesos y cola redonda y la verdad es que el sexo entre nosotros es bastante bueno. Tiene una hermana que se llama Verónica, ella es de ojos claros, rubia, boca de labios finos, tetas grandecitas y cola chiquita pero redonda. A pesar de tener rasgos distintos se nota que son hermanas. 
Esa noche yo noté varias veces miradas pícaras en mi cuñada, si hasta caminaba distinto, parecía que movía su culito para mí. En una ocasión yo estaba apoyado en la mesa, casi sentado sobre la tabla, mirando como ambas hermanas cocinaban, y no voy anegar que les miraba el culo a la par comparándolos, cuando mi novia se concentró no sé en que comida, mi cuñada pasó por delante de mí, y haciéndose la distraída me apoyó el culo en mi pija, mi erección fue instantánea, yo me quedé congelado, sorprendido, y más aún cuando ella miró directamente hacia mi pija, sus ojos se abrieron también de sorpresa aunque fingidamente, pero a diferencia de mí, su boca esbozó una pícara sonrisa que a mí me pareció muy sexy. Mi novia no se dio por enterada, pero yo como para sacarme un poco la culpa por lo sucedido acaricié suavemente el culo de Vanina. 
-Juan, está mi hermana- dijo Vanina dando un pequeño saltito. 
Verónica rió sonoramente el comentario de mi novia, y como Vanina siguió con su tarea Vero disimuladamente estiró su mano hacia atrás hasta agarrarme la verga. Esta vez el que dio el salto fui yo, que con la mirada increpé a mi cuñada, ella me miró de reojo y levantó sus hombros en un gesto que a mí me pareció de lo más caliente. Decidí por el bien de mi pareja que era momento de retirarme de la cocina y ponerme a ver TV. 
Llevaba unos minutos recostado en el sillón, tratando de olvidar lo sucedido, pues debo confesar que me había puesto bastante nervioso, cuando ambas aparecieron con la cena. 
Durante la comida y tal como en una mala película cómica Vero me tocaba con sus pies por debajo de la mesa mientras conversaba con su hermana, y yo al borde de un ataque de nervios estaba completamente mudo. 
-Juan, ¿Qué te pasa que estás tan callado?- me preguntó mi novia 
-nada amor, estoy un poco cansado, pero nada más- dije yo tratando de zafar 
-¿viste?, te dije que estaba un poco viejito- dijo Vero desafiándome y haciendo que ellas estallaran en risas cómplices. 
-no te metás con mi novio- dijo Vanina mientras fingía empujar a su hermana 
Mientras ellas jugaban yo inmediatamente me las imaginé a ambas en una lucha en el barro, en tanga, y nuevamente se me paró la verga. 
Las dos se habían puesto de pié y reían graciosamente mientras fingían una pelea cuerpo a cuerpo, Verónica le dio un suave pellizco su hermana en uno de los pezones, y Vanina en un rápido movimiento le dio una fuerte palmada en la cola, lo que provocó que ésta le desprendiera los broches de la camisa de un tirón, ocasionando que Vanina quedara con sus bellas tetas al descubierto. Totalmente reaccionaria, ésta tomó a su hermana de ambos brazos, la inmovilizó y le levantó la remera hasta el cuello, lo que hizo que yo por primera vez viera las hermosas tetas de mi cuñada, eran un poco más pequeñas que las de mi novia. 
-¡chicas!- atiné a decir solamente yo totalmente estupefacto. 
Ambas se detuvieron, me miraron a la vez. Vanina advirtió que mi verga estaba totalmente erecta y se evidenciaba a través de mi pantalón. 
-¿te calientan las tetas de mi hermana?- me dijo en falso tono de reprensión 
-no…es que…yo- realmente no supe que contestar 
Vanina comenzó a acariciar suavemente las tetas de Verónica, colocó uno de los pezones entre sus dedos y lo pellizcó levemente, a su vez Vero deslizó una de sus manos por debajo de la falda de Vanina hasta la vagina, ambas habían adoptado gestos y poses de estrellas porno y exageraban un poco al mirarme. 
-¿a vos te calienta mi novio?- preguntó mi novia a su hermana 
-mm, no sé, tendría que probarlo- dijo pícaramente Verónica 
Ambas se acercaron a mí, Vanina me desprendió el pantalón que cayó rápidamente al piso, mientras ella terminaba de bajarme la ropa interior, lo que hizo que yo en un instante me encontrara con la verga evidentemente dura, erecta y al descubierto. 
-la tenés más hinchada que de costumbre- me dijo Vanina, mientras Vero me miraba fijamente a los ojos. 
-¿no tenés ganas Vero?- continuó diciendo mi novia a su hermana 
Yo no entendía nada, allí estaba con ambas hermanas arrodilladas delante mío y lo que era más increíble, mi novia invitaba a su hermana a ponerse mi verga en la boca. Verónica muy lentamente abrió sus labios y se fue acercando hasta mi pija mientras Vanina me la sostenía con una de sus manos, ya que con la otra me hacía suaves cosquillas en los testículos, finalmente vero comenzó a chupar, cerró sus ojos como para concentrarse en el sabor de mi miembro, mientras Vanina nos miraba alternativamente a ambos. 
-¿me convidás?- dijo Vanina a Vero riendo 
Ambas se colocaron a cada lado de mi pija, a la vez iban y venían con sus bocas desde la base hasta la cabeza de verga, y a veces entrelazaban sus labios en unos besos muy calientes. Vanina me hizo el gesto de que me recostara en el piso, donde la gruesa alfombra nos hizo de suave cama. 
-te estás portando muy mal, me vas a tener que convencer de que no te abandone- me dijo mientras se terminaba de desnudar, yo pensé que iba a sentar arriba de mi verga, pero en cambio, colocó su vagina sobre mi boca, yo como enloquecido comencé a pasarle la lengua en la zona del clítoris, olvidándome momentáneamente de Verónica, pero el olvido no fue prolongado, pues de pronto sentí como Vero se colocaba encima de mi pija, y apoyando sus manos en mi vientre comenzaba a sentarse muy despacito. Sentí como mi verga se abría paso a través de su vagina, y como ambas comenzaban a gemir a la par, yo no podía parar de gozar y debo aceptar que a pesar de mi “buen rinde” como amante, no pude aguantar por mucho tiempo, pues Vero que parece que también estaba hambrienta de “carne” comenzó a gemir más profusamente que su hermana, sus movimientos se hicieron más rápidos, y sus gemidos se convirtieron en los quejidos mas dulces que escuché en mi vida, clavó sus uñas en mi panza en el momento en que el orgasmo la hacía temblar y mientras su hermana la volvía a besar dulcemente. 
Siempre necesito unos minutos para recuperar fuerzas luego de mi primera acabada, pero esa noche mi verga permaneció intacta en su dureza, por lo que apenas hubo acabado, Verónica se hizo a un lado y Vanina ocupó su lugar, ahora con mi cara “liberada” pude ver como Vanina se sentaba sobre mí, y mientras comenzaba a moverse sus tetas seguían el ritmo de su cuerpo, dando leves bamboleos por el movimiento. Vero ahora comenzó a besarme en la boca y yo con mi mano comencé a acariciarle el culo, lo sentía suave y firme al tacto, y su lengua tremendamente movediza recorría mi boca entrelazándose con la mía. No se cuanto tiempo estuvimos así, pero de pronto comencé a sentir los dulces gemidos de Vanina que indicaba que estaba gozando como loca. 
-¿vos nos querías tener a las dos?, acá estamos – decía Vanina sin dejar de gemir 
Llevó una de sus manos hacia mis huevos, y mientras no dejaba de moverse, comenzó a apretarlos suavemente, eso me vuelve loco, y mientras Vero colocaba una de sus tetas en mi boca, acabé salvajemente ya por segunda vez. 
-te has portado bien, dijo Vanina, ahora te vamos a cumplir una fantasía que se vos tenés- 
Ambas se pusieron en posición de perrito, dejando sus culos a mi vista. Yo estaba como loco, y mi verga no me iba en saga, esa noche parecía de piedra y yo sentía que podría acabar mil veces más. Me puse de pie, miré detenidamente para grabar esa gloriosa imagen, y para mi deleite ambas hermanas comenzaron a besarse, yo lentamente me aproximé a Vanina, puse mi verga contra su vagina, procuré que se lubricara con sus propios “jugos” y luego la apoyé contra su ano, Vanina se quejó suavemente, incrementando sus quejidos a medida que yo empujaba, Vero con sus manos mantenía abiertas las nalgas de su hermana y ahora me besaba a mí. Embestí furiosamente contra el culo de mi novia, sintiendo como sus apretado agujerito hacía cierta presión en torno a mi pija, ella una vez más comenzó a temblar, 
-dame así, dame duro, partime por favor – decía Vanina prácticamente fuera de sí 
Mis manos se apretaron en torno a su cintura cuando ella emitió un largo gemido indicando que estaba acabando por segunda vez. 
Verónica se puso nuevamente en cuatro, esperando su turno, debo confesar que yo ya estaba bastante agotado, pero no podía dejar pasar la oportunidad de hacerle la cola a Vero, por lo que sin pausa me coloqué ante su hermoso culo, intenté empujar suavemente, pero el estrecho culo ofrecía resistencia 
-despacito que no lo hecho nunca- me dijo Vero 
Cubrí con mi saliva mi pija, y reemprendí la embestida, esta vez entré más fácilmente, arrancando en ella verdaderos quejidos de dolor, mezclados con gemidos de placer. Fui más paciente, moviéndome lentamente, incrementando mis movimientos por instantes, para luego volver a la suavidad. 
-me vas a volver loca, dijo Vero mientras rápidamente comenzaba a evidenciar su segundo orgasmo, a la vez que yo también comenzaba a acabar por tercera vez. Me moví unos instantes más hasta que los tres caímos rendidos al piso. 
Ambas hermanas se quedaron dormidas, yo acá estoy con una a cada lado mío, abrazadas ambas a mí, mientras yo miro el techo totalmente incrédulo por lo que acaba de suceder. 

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