Las aventuras de Yamila

Yamila se sabe hermosa, pues vive para eso. El gimnasio cuatro veces a la semana, y caminata todos los días dan sus frutos, aparte no se fija en gastos a la hora de comprarse ropa, sobre todo lencería. Siempre conjuntos sexys que realcen su culo parado, sus tetas hermosas, su cuidada figura. Su muy cómoda situación económica se lo permite, pues su marido bastante mayor que ella la tiene como a una reina. Para colmo la madre de Yamila vive sola y ella habitualmente usa el pretexto de que va a dormir con mamá, pero en realidad sale a cazar tipos. 
Siempre consigue lo que quiere, sabe cómo usar su sensualidad y su atractivo. Conoce perfectamente en que momento poner un gesto ingenuo, una mirada cautivadora o simplemente hacerse la distraída. Las mismas tretas que usa con su esposo cuando vuelve a la mañana temprano. 
Para ella los hombres son meros juguetes para tomar, jugar y luego descartar, y verdaderamente no tiene miramientos a la hora de elegir un tipo para simplemente garchar. 
Ignacio es el novio de una amiga no tan amiga, una simple conocida que tuvo la suerte de cazarlo antes que ella. El tipo se ha mostrado fiel e inmutable a los primeros intentos de Yamila por cazarlo. Pero ella está decidida a cambiar la situación. No ha ido a esa fiesta en vano. En ese momento “su amiga” está concentrada en una charla con otra mina mientras Nacho en silencio mira hacia otro lado. Yamila lo mira fijamente mientras se lleva un vaso de cerveza a los labios. Nacho parece percibir esa mirada y desvía sus ojos hacia ella. Por un instante permanece fijo, como cautivado, pero luego parece desembarazarse de la trampa que ella le tiende. 
Como si fuera un cazador esperando su presa, Yamila tiene paciencia, pasan 10 segundos hasta que él vuelve a mirarla. Ella ensaya su sonrisa más ingenua, como si una espontánea vergüenza la invadiera, incluso baja su mirada para luego subirla lentamente hacia él. Nacho está en la trampa, su rostro se ha trastocado, de distraído e inmutable ha pasado a Galán de telenovela. 
-¡son tan fáciles, tan iguales todos!- piensa ella 
Ahora Yamila pasa a la segunda parte de su infalible receta. Gira sobre sus talones, busca la zona de los baños, mientras camina hacia el largo pasillo, sabe de sobra que él le está mirando el culo, pues su ajustado pantalón lo demarca perfectamente y eso lo convierte en un destino imperdible de las miradas. Camina lento, sus cortos pasos hacen que sus glúteos se muevan acompasadamente. Le da tiempo a Nacho a que se imagine su diminuta tanga metida en su culo. 
Llega a destino, recorre el pasillo, entra en el baño de hombres, cuya puerta abierta le informa que está desocupado. Espera unos segundos, sabe que su plan no falla. 
Efectivamente es así, Nacho abre la puerta lentamente. 
-Yamila, no me hagás esto, soy un tipo fiel- dice Nacho muy seguro de si mismo. 
-¿y que te hago yo?- Yamila usa un tono de voz entre ingenuo y sensual. 
-me hacés calentar- dice él 
Yamila se acerca a él, ahora su rostro es el de una mujer muy segura de sí misma. Casi lo arrincona contra la pared. 
-no me mirés entonces- 
-es muy difícil- Nacho parece disculparse 
-eso quiere decir que estás caliente entonces- 
Yamila pasa a la acción, su mano derecha acaricia casi imperceptiblemente la pija de nacho, que se muestra dura y parada por debajo del pantalón. Nacho respira hondo, se debate en lucha entre detenerla y abalanzarse sobre ella, pero su duda hace que Yamila continúe la acción. Baja lentamente el cierre del jean de Ignacio, e introduce su mano. Casi sin esfuerzo se desliza por debajo del bóxer y llega a la verga endurecida. 
-huyyyy, estás muy durito bombón- ella le habla al oído 
Nacho quiere hablar, pero no puede, simplemente se está vencido. 
Mientras la mano derecha acaricia la verga, la izquierda desprende el botón del pantalón de Nacho, y la prenda cae pesadamente al suelo. El negro calzoncillo bóxer sigue el mismo camino. La verga se muestra desafiante, dura y parada. 
-¡tenés una buena verga!- dice ella 
-sos una yegua- exclama Nacho en sus últimos intentos de defensa. 
Y es que Nacho en realidad se debate entre la fidelidad y la tentación que es Yamila. 
-mirá como me tratás, yo te acaricio la pija y vos me insultás- 
Yamila disfruta de su habilidad para manejar a los hombres. Mientras le besa el cuello a Nacho su mano comienza a masturbarlo. Ignacio está contra la pared, con los pantalones en los tobillos, totalmente entregado a los caprichos de Yamila. La suave mano de yami sube y baja por su pija. No puede más, intenta besar a quien lo domina. 
-¡epa!, ¿Qué pasa, ahora me querés besar?- dice ella mientras le impide a Nacho el momentáneo deseo. 
La mano de Yamila sigue su trabajo, sube y baja rítmica y lentamente. Mientras la otra va en busca de los gordos y pesados testículos de Nacho. 
-¿estás pensando en tu novia ahora?- pregunta ella 
Ignacio no contesta, se limita a gemir pesadamente mientras Yamila comienza a agacharse. Con su lengua roza apenas la punta de la endurecida pija, un espontáneo temblor sacude todo el cuerpo de Nacho. 
-¿Qué pasa bebé?, ¿te gusta lo que te hace Yami?- dice ella mientras vuelve a esbozar su mortífera sonrisa. 
Nacho asiente. 
Ahora ella inicia una serie de fuertes chupadas, sus labios contornean la verga que entra y sale con fuerza de la boca de Yamila. Pero ella se detiene y se vuelve a incorporar. 
Vuelve a tomar con sus manos la pija, reinicia la masturbación. Besa a voluntad a Nacho que vuelve a temblar, sus jadeos se hacen más intensos mientras acaba. Su chorro de semen se derrama en las manos de Yamila. 
-¿acabaste bombón?- 
-Nacho sonríe por primera vez mientras vuelve a asentir. 
-¿tenés ganas de llenarme la cola?- pregunta ella 
-si, me volvés loco- responde Ignacio. 
Ella disfruta su triunfo, goza tremendamente cuando quiebra la voluntad de los hombres. Nacho la toma de la cintura, intenta girarla y apoyarla contra la pared. 
-¡acá no bebé!, ¿Cómo me vas a coger en un baño?- responde ella mientras se desliga de él 
-¿querés coger conmigo?, en un hotel y de categoría- agrega ella. 
-deshacete de tu novia y me cojés esta noche mismo, sino perdés la oportunidad- sentencia ella. 
Acomoda un poco sus ropas, abre un palmo la puerta para comprobar que nadie la vea y se introduce en el baño de mujeres, lejos del alcance de Nacho. 
Ignacio tarda unos minutos en recomponerse, pero ha quedado con la idea fija de cojerse a Yamila. Cinco minutos después se disculpa ante su novia por la demora. 
-es que no me siento muy bien, habían muchos en el baño- dice él 
-¿Querés que nos vayamos?- pregunta su pareja preocupada 
-si por favor, quiero entrar a mi baño- es la excusa que él pone. 
Yamila desde la distancia ve con satisfacción como Nacho se deshace de su novia y calcula. 
-en un rato lo tengo todo para mí- dice mientras saborea su triunfo. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.