El dia que folle


He descubierto que me gusta plasmar mis vivencias sexuales. Es una forma de rememorarlas y volver a sentir ese gusanillo del deseo mientras lo plasmo en papel, el revivirlo, hace que mi lívido suba y mis deseos fluyan libres.
De unos años aquí, mi sexualidad ha experimentado un gran avance, podía haber sido una mujer semi-complacida y feliz al no conocer otras experiencias dado que sólo he tenido un primer y único novio, a ser una mujer plena, que vive su sexualidad conforme a sus deseos.
No lo he tenido muy fácil, de hecho a día de hoy no lo tengo nada fácil, tengo una vida sólida y encauzada, un trabajo y una familia que atender, pero aprovecho cualquier oportunidad que tengo para dar rienda suelta a mis deseos, me encanta el sexo en todas sus facetas, salvo el sado, o lo relacionado con el dolor corporal, eso no me va mucho, pero nunca se sabe, jajajaja.
A lo largo de los años he conocido diferentes hombres y maneras de satisfacción sexual, unas veces ha sido físicamente y en otras muchas mediante internet, pero todas ellas muy satisfactorias, he encontrado hombres maravillosos y otros un tanto rudos, pero todos ellos me han proporcionado un gran placer, lo mismo que yo a ellos, al menos eso pienso, dado que siempre hemos repetido el contacto.
Yo siempre he sido de cuidar mucho los detalles a todos los niveles, y a todos mis “amigos” les proporciono el mismo trato, siempre que preparo un encuentro con ellos lo hago a tope, procuro ponerme la lencería más sexy , crear un ambiente sensual y darles todo cuanto les haga felices, me encanta complacerles, especialmente si es por Cam, es una forma de compensarles por la distancia, no es lo mismo que tenerles en mi cama y darles con todo mi cuerpo ese placer que tanto les gusta.
Es por eso que en ocasiones me es difícil poder conectarme con mis “amigos”, no tengo el tiempo suficiente para poder poner en práctica mis dotes de seducción, y las cosas mal hechas nunca me han gustado, soy muy organizada en todo.
En ocasiones resulta un poco estresante, pero ya lo tengo asumido y procuro poder realizarlo a mi gusto, ha habido momentos en que sólo disponía de una o dos horas en mi casa y no me ha quedado más remedio que hacerlo en plan burdo, cuando la necesidad apremia no se escatiman medios, jajajajaja.
Por el trabajo de mi marido, hay meses que tengo muchísimo tiempo para mi, el viaja mucho por temporadas, especialmente desde el comienzo de Primavera, hasta mediados de Octubre y tengo las noches libres para mis jueguecitos o para darme una escapada y ver a alguno de mis “amigos” en vivo y en directo.
Cuando me cito con alguno de ellos, la adrenalina corre por mis venas, me siento excitada y un calorcito recorre todo mi cuerpo, cuento los minutos para la cita, me siento como una niña con un juguete nuevo, especialmente cuando es una primera cita e imagino cómo va a ser, que va a hacerme y que voy a hacerle yo, todos los hombres no son iguales obviamente, y cada uno necesita cosas diferentes para disfrutar.
En eso estaba pensando hace unos días. Uno de mis “amigos” de internet venia a Madrid por un tema de negocios y quería verme para conocernos en vivo, tomar algo y si se podía pegarnos una buena follada, como me decía por la cam.
-“Que buena follada te daría ricura de tenerte entre mis manos”.
Manuel es un gallego muy cachondo, tiene algo más de 60 años, es grandote y con pinta de bonachón, le encantan las mujeres, especialmente las rubias y con buenas tetas.
Nos conocimos es una página de contactos, él me hizo un comentario en una de mis fotos y al ver su perfil, decidí ponerme en contacto con él, me respondió casi al momento, nos dimos nuestro mail y comenzamos a chatear, desde el principio conectamos bastante, es un tío muy directo y muy franco, no le gusta que le tomen el pelo y llama a las cosas por su nombre.
Durante casi dos meses hemos chateado y nos hemos visto por cam, hemos encajado muy bien y lo pasamos divinamente con nuestros juegos, le tienen loco mis tetas, siempre me está pidiendo fotos de las tetas, cada vez que me quito el sujetador frente a la cámara, se le ponen los ojos como platos y no deja de decirme.
-El día que te tenga delante te las voy a lamer hasta que grites de gusto , que ricas las tienes putita mía!.
A mí también me apetecía tener un encuentro con él, me ponía muy cachonda verle tocándose el pene para mi, tiene un pene normal, ni grande ni pequeño, pero mi gallego en conjunto es de los que a mí me gustan para follar.
Hace unos días me dijo que venía a Madrid y que si podíamos vernos, al momento le dije que sí, que me apetecía mucho pasar un rato con él y conocerle un poco más.
Los días previos, me tuve que montar una película de cara a mi casa (yo trabajo, pero no vivo en Madrid, vivo a más de una hora ). Tenía que quedarme con alguna disculpa y así poder disfrutar con mi gallego, la única solución que se me ocurrió fue decir que tenía un viaje por trabajo y así podría quedarme más tiempo con él.
Una vez solucionada la cuestión, en los días previos a la cita, salí de compras, necesitaba algo muy sexy para mi gallego. Recorrí varias tiendas buscando algo especial y por fin lo encontré,
Un precioso conjunto de Satén rojo con lentejuelas, pero un conjunto diferente, lo más sugerente estaba en que soltando las lazadas caían las prendas sin necesidad de quitarlas, un simple gesto y te quedas completamente desnuda, muy sexy y cómodo.
Me encantó desde que lo vi imaginé la situación, yo con ese conjunto frente a mi gallego , contoneando mi cuerpo de forma sensual , acariciándome lascivamente, como a él tanto le gusta que lo haga, subida en mis tacones y con mis medias de encaje negro.
Por fin llegó el día D. Quedamos en la cafetería del Hotel Chamartín a las 7.30 de la tarde, una tarde por otro lado de lo más fría en Madrid.
Ambos fuimos muy puntuales, nada más verme llegar, se levanto y me dio un tímido beso en la mejilla, no dejaba de mirarme y sus ojos expresaban el deseo que sentía de follarme.
Charlamos unos minutos de cosas triviales, el tiempo frio del exterior, lo mucho que le gustaba estar allí y que era mucho más guapa al natural que por la cam, por lo que seguro mis tetas serian mucho más ricas, a lo que le respondí que ya estábamos tardando en comprobarlo.
-No quieres que vayamos a cenar primero?
-No cielo, en este momento tengo hambre de otro tipo, tú no?
Se levantó de la mesa y tomándome del brazo, me condujo hacia la recepción del Hotel.
Mientras subíamos en el ascensor comenzó a besarme el cuello, susurrándome al oído las ganas que tenia de follarme una y otra vez, sus manos recorrían mi cuerpo sobre el abrigo, y sus ojos se clavaban en los míos con un deseo incontrolado.
Entramos en la habitación y sin cerrar la puerta ya me había cogido por la cintura y me besaba con pasión, mordiendo mis labios y metiendo su lengua hasta el fondo de mi boca, jugando con la mía, el deseo flotaba en el aire.
Me solté del abrazo y me dirigí al baño, mientras le decía a mi gallego…
-Ponte cómodo cielo, voy a prepararme para ti.
Me metí bajo la ducha y me dispuse a prepararme para mi gallego, perfumé mi cuerpo con mi leche corporal favorita, me puse mi sexy conjunto de lencería, mis medias negras y mis tacones.
Cuando abrí la puerta del baño, mi gallego estaba desnudo sobre la cama, abrió los ojos como platos al verme mientras exclamaba
-Dios que buena estas zorrita, te voy a dar hasta que grites pidiéndome que pare, estas para follarte una y mil veces zorrita mía.
Yo comencé a acariciarme frente a él, eso le gusta mucho, le encanta ver cómo me acaricio mientras le miro, mis caricias fueron subiendo de tono poco a poco, al tiempo que la polla de mi gallego se iba poniendo más y más dura, se levantó de la cama y cogiéndome en brazos me puso sobre la cama, mientras me decía.
-Putita mis, voy a quitarte este bonito conjunto de puta fina que llevas y te voy a follar como nunca te han follado en tu vida.
Soltó los lazos y las pequeñas prendas que llevaba cayeron como una hoja en otoño, dejando frente a los ojos de mi hombre mi cuerpo desnudo en toda su plenitud, que bien hueles putita mía, tu piel huele a putita fina y cachonda. La tienes suave y blanca, todo un bocado para un hombre acostumbrado a algo menos fino. Voy a darte lo que estas deseando, eres una putita caliente como todas.
Me tumbó sobre la cama y comenzó a lamerme las tetas con deseo, sus manos no dejaban de tocármelas, apretármelas como si quisiera arrancármelas y quedárselas, mientras me repetía una y otra vez.
Uhmmmmmmmmmm, que ricas putita, me estoy comiendo unas tetitas de zorrita pija y calentorra, saben a gloria putita.
Yo estaba en la gloria con mi gallego, me estaba dando mucho gustito y me tocaba como imagine debía tocar a las mujeres que pagaba por follar.
Sus ojos lanzaban destellos de lujuria, no dejaba de tocarme por todas partes, pero cuando se bajo a mi sexo, eso fue delicioso, sus dedos abrieron mis labios y su lengua recorrió mi clítoris una y otra vez, sus dedos jugaban en mi sexo, lamiéndolo y mordisqueando mi clítoris, una corriente eléctrica recorría mi cuerpo, estaba caliente y con ganas de gozar con mi rudo gallego.
De pronto se incorporó y dándome vuelta, me puso boca abajo, acariciaba mí culo, me daba azotitos y me lo lamia con voracidad. Yo estaba chorreando , mis jugos bajaban por mis muslos y mi clítoris se contraía de placer, mi amante utilizaba la lengua y los dedos con gran agilidad y experiencia. Yo no dejaba de jadear, mi cuerpo temblaba de gusto , mientras le pedía más y más.
-“Claro que si putita, te voy a dar hasta reventarte el chocho “ “ Te vas a correr de gusto y vas a jadear como una puta caliente”
Sus manos me recorrían entera, me sobaba cada centímetro del cuerpo, se recreaba tocándome  y lamiéndome, sus enormes manos recorrían cada rincón de mi cuerpo, yo estaba en la gloria, tenía a mi gallego maduro dándome gustito del bueno, ya saboreaba el gusto de su polla en mi coño, estaba deseando que me la metiera, quería que me follase , sentir su polla madura en mi coño , como tantas otras he sentido en estos años, quería sentir su barriga sobre mi ardiente cuerpo y su bello restregándose sobre mi piel.
Parece que mis pensamientos fueron leídos por mi gallego, que poniéndome a cuatro patas y sin mediar caricias de cortesía,  me clavo la polla hasta el fondo de mi coño, ummmmmmm, que delicia, esa polla llenaba mi coño húmedo y ardiente, el placer me invadía por completo, sentía dentro de mí un placer que me hacia vibrar de gusto.
Estaba a cuatro patas, con una enorme polla bombeándome una y otra vez, dándome un gusto delicioso y sintiendo unas manos que apretaban mis tetas salvajemente, con deseo y fiereza, como si se fuesen a terminar .
Este gallego empujaba como un salvaje, mientras me dedicaba toda suerte de lindezas, que a mí me sonaban a gloria, desde que mi profesor comenzó a llamarme puta y zorra, me gusto y me encanta que mis amigos me lo digan, me pone a tope de caliente.
Siempre gozo mucho con mis amigos, disfruto con todos ellos, y ellos lo notan, me doy por entero y no reparo en hacer lo que más les gusta, me encanta complacerles y hacer realidad sus deseos de follarse una mujer mucho más joven, soy su putita caliente y complaciente.
Yo siempre he tirado a los hombres maduros, me gustan desde jovencita, nunca he follado con ningún hombre de mi edad, salvo mi marido, pero ellos , lo tienen mucho más difícil, llegando a cierta edad sólo lo conseguirían en la gran mayoría de las veces pagando por follar, yo satisfago mis gustos y deseos y a la vez les doy gusto a ellos.
Mi gallego empujaba una y otra vez, jadeaba como un animal en celo y no paraba de repetir.
-“Putita mía que bien follas, eres todo lo que prometías, caliente, apasionada y muy puta en la cama. Me pones a cien zorrita rica, tienes un chocho sin fondo, voy hacer que te corras de gusto como las perras”.
Mientras bombeaba su polla en mi coño, yo estaba a punto de estallar de gusto, sentía como mi cuerpo experimentaba un placer que terminaría en una corrida bestial.
Mis manos apretaban las sabanas intentando alargar lo máximo esa sensación de placer, jadeaba y me movía al son de la polla que tanto gusto me daba, hasta que ya no pudimos más y todo nuestro goce estallo haciéndonos gritar de gusto, nuestros flujos se mezclaron en uno solo y nuestros cuerpos quedaron sudorosos y gozosos sobre la mojada cama donde dimos rienda a nuestro placer.
Mi gallego me hizo gozar como una perra en celo e hizo que tuviera varios orgasmos, que buena follada me dio, y todavía nos quedaba mucho tiempo para que yo le devolviese el gusto que él me dio, siempre le decía que cuando estuviéramos juntos le haría correrse en mi boca con la mejor mamada que ninguna mujer le hubiera hecho, y eso estaba a punto de pasar.

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