Sexo con Marianita 8

Mariana no pintó el domingo ni el lunes. 
Yo no pensaba llamar. Pero ella llamó el martes. 
-No pensabas llamarme?. 
-Estaba medio caliente. 
-Perdón, pero tengo derecho a decidir con quién tengo sexo, no? 
-Absolutamente. Tenés razón en todo lo que me digas. Es una chiquilinada mía. Pero me había hecho la película. Y me quedé con la leche. 
-Yo también estaba enojada. Pensé que te habías ido con esa pelotuda. 

Me gustaba que estuviese celosa. 
-Me fui solo,- contesté. 
-Sí, me dijo Chechu. Pero no le creí. Pero mi hermana me dijo que cuando nos ibamos la vio a ella charlando con otro pibe. 
Era obvio que quería provocarme. 

-Me chupa un huevo si se cojió a otro esa noche. A mi sólo me interesaba para que hiciéramos algo los tres. Vos también te la perdiste,- dije molesto. 
-No iba a haber onda,- me explicó otra vez con tono conciliador. 
-Está bien. Ya fue. 
-Querés que vaya para allá, tengo ganas de verte. 
-Hoy no puedo. 
-Porqué, qué tenes? 
-No te importa. 
-No seas así. 
-En serio, no puedo tengo que cenar con una gente por laburo (era mentira, obvio, pero me quería hacer el duro). 
-Bueno, mañana? 
-Mañana puede ser, hablemos. 

Al día siguiente me llamó y me dijo que si quería ir a la casa, que la hermana salía a cenar y al cine. Fui. 

Me franeleó un rato en su cama, después me hizo masajes. 
-Estás re duro. 
-Si, de este lado también. 
-Me giré y saqué la pija del pantalón. 
-No querés que te haga masajes? 
-Hacéme masajes acá con la boquita. 

Le agarré los pelos y le di por la boca a lo bestia. Se la bancó y al final se tragó la leche sin decir nada. 
-Qué más tengo que hacer para que se te pase la mala onda? 
-Nada. 
-Dale, aflojá. 
-Ya aflojé, me encantó el pete. La chupás re bien. 

Me le chupeteó un poco más. Después bajó y fue hasta los huevos. Pensé decirle que no se gastara, que iba a tardar más in reaccionar, pero mi propia chota me sorprendió. Ella sabía lo que hacía y bajó más hasta pasar su lengüita por la zona de la próstata y yo sabía ya lo que se venía. Me chupó el orto. Iba y venía del culo a los huevos, se comía la pija que ya estaba a media asta, y la puso dura. 

-Chupáme un poquito más el orto bebé!, le pedí 
Bajó y le dio lengua a mi culo mientras con una mano me hacía terrible paja. Después se comió otra vez la pija mientras con un dedo jugaba en la zona del ano. Después otra vez me chupó el culo. Y me puso un dedo apenas en el culo. 

-Sacáme el dedo del orto. 
-No te gusta. 
-No, vení, metétela en la conchita. 

Se trepó de una. Con las piernas a los contados, arrodillada, me cabalgó la pija. La concha estaba supermojada. La pija estaba tensa. 

-No acabes todavía,- me pidió. 
-La querés por la cola? 
-Ayyy, si, ya me conocés. 
-Ponétela. 
-No, un poquito más por acá. 
Me montaba con una energía increíble. Las pendeja se pasaba todos lo días en el gimnasio, tenía las piernas acostumbradas a tanta sentadilla. 

Le chupé las tetas y le mordí los pezones. 
-Mordeme, mordeme las tetitas!!!,- gritaba 
Y acabó. Se quedó arqueada arriba mío con la pija todavía dura adentro de la concha empapada. Quería que siguiera o darla vuelta y mandarsela por el orto. Pero esperé a que se recuperara. 

-Me encanta coger con vos-, me dijo. 
-A mi también. 
Se sacó la pija de la concha y la agarró fuerte. 
-Esta pija!!!, que buena pija que tenés!!! 
-Toda tuya. 
-Este fin de semana te voy a coger a full. Le pedí a Martín que me preste su casa de Mar de las Pampas. Te va? Nos llevamos unos vinos, vamos a la playa, hacemos un asadito para los dos y cojemos a los gritos todo el fin de semana. Terapia de sexo. 
-Me encanta, pero no puedo. 
-Porqué? 
-Le prometí a mi viejo que lo ayudaba a pintar en casa (en realidad pensé si Pia se iba a calentar si no la acompañaba. Preferí no colgarla. La quiero mucho a Pia.) 
-No lo podés correr? 
-No, no puedo, el otro fin de semana vamos. 

Todavía arriba mío, se acomó la pija el la cola. Y jugó a pasársela por toda la raya del culo. 
-Te vas a perder esto? 
-No seas hija de puta. 
Se levantó, agarró la pija y el cuclillas se la acomodó apuntando a la cola. 
-Mirá lo que te hago papi. 
Fue bajando hasta sentarse. La cabeza de la chota empujó y venció la resistencia de su anillito de cuero, y el glande se trabó en ese ojete. 

-Mirá, mirá, mirá como entra. 
-Que ganas de tener la cámara de fotos a mano. 
No aguantó más así en el aire y se sentpo dejando que entrara toda. 
-Uuuuuuuu 
Juntó las rodillas al frente y despegó un poco el culito. Estuvo un ratito así con los ojos cerrados y después abrió otra vez las piernas y la pija se clavó otra vez. 

-Te gusta?, me preguntó. 
-Si, es lo mejor… tu culo en un vicio 
-Se nota que te gusta. Tu pija esta a tope. La siento que me aprieta. No me puedo mover. 
-Movéte despacito. 
-No puedo, me duele un poco. 
-Que pasó, se te cerró de golpe. 
-No, que la tenés enorme y en esta posición la siento más. 
-Levantá un poquito que yo me muevo despacito. 
La empujé con la cadera para que despegara un poco el culo y desde abajo le empecé a pistonear el ojete. 

-Ayy, así, así, despacito 
Me la cojí con la mitad de la pija. Ella se pajéo un cacho pero después paró. 
-Ayy, para, para 
No era de dolor. Pero como que apretaba la cara. Pensé que era que le habían venido ganas de caca. Le agarré la cintura y me la cojí más fuerte. 
-Para Max, pará que me meo. 
No paré. Obvio. Me puse más caliente y le seguí dando. 

-En serio Max, pará que me meo. 
Yo le empecé a bombear el culo mal mientras le decía: “meate!, meate!, meate toda, acabá y meate!!!” 

-Ay, me meo, me meo- repetía ella. 
-Meate bebé, meate, cagate, cagame la pija, hace lo que quieras, pero no te la saco hasta que acabe… 
-Acabá rápido, acabame, acabame 

Le di a lo bestia. Pero tardaba en llegar, en realidad pensaba aguantar. Me gustaba que estuviera perdiendo el control y tenía el morbo de verla mearse. 

-Ay, me meo, me meo,- seguía,- no puedo más, no aguanto. Basta, basta!! 
Pero no se salió. Igual el que no aguantaba más era yo, y le empecé a acabar en el culo con la pija que seguía dura como un yunque. La leche me lubricaba la cojida y la poronga empezó a entrar y salir más facil. El culo se le relajó y ella empezó a gritar. 
-Ayayay, aaaaaaa 

Estaba acabando y se llevó la mano a la argolla. Pensé que se iba a castigar el clítoris para aprovechar mejor el orgasmo como hacía a veces hasta que vi salir un chorrito de pis, le seguí dando le racliente pero ella se paró y saltó de la cama mientras me salpicaba un poco con su meo. 

Le temblaban las piernas y se tambaleaba al caminar. Nunca la había visto así. Le corría el líquido por las piernas mientras se tapaba la concha con la mano. Corrió al baño. Yo la seguí, no me lo quería perder. Se sentó en el inodoro y largó otra meada. Le temblaban las piernas. Metió la mano y se pajeó mientras salía el último chorrito. No paraba de acabar. 

Me vio. 
-Salí de acá, hijo de puta. 
Pero no me fui. 
Se seguía tocando. 

-Estoy toda meada,- dijo finalmente recobrando la cordura. 
-Fue increíble. 
-Ay que vergüenza. 
-Por mi no te hagas drama, me encantó. 
-Menos mal que no estaba mi hermana. Qué papelón! 
-Ningún papelón. Si te hubiese visto seguro que sentía envidia de esa acabada hermosa. 
-Fue increíble. Nunca había acabado así. No lo podía controlar. Se me aflojaron las piernas mal. No me puedo levantar. 
-Quedate ahí que yo voy a buscar algo para secar el piso. 
-No dejá que yo limpio. Aguantá que ya voy. 
-Vos quedate un rato ahí sentada y después bañate. 

Volví al cuarto. En el piso había un caminito de gotas hasta el baño. Tampoco era tanto. Fui a la cocina y traje un rollo de papel y sequé el pasillo y el piso de cuarto, también las sábanas que habían recibido el primer chorrito. 

Después me metí a la ducha con ella. Me preguntó que tan mojado estaba todo. “Va a haber que cambiar las sábanas, están un poco mojadas”, le dije. “Si ya salgo, vos quedáte que yo cambio las sábanas”. 

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