"Casados...

Ya habiendo pasado varias semanas del “affair” entre integrantes de la familia Argento y el matrimonio Fuseneco, habían quedado algunas secuelas sexuales. Moni estaba desesperada por volver a probar el pedazo de Dardo; mientras que el mismo Dardo tenía intenciones de encamarse nuevamente con Paola. 
María Elena poseía una amargura mayor a lo cotidiano, pues Dardo no intentaba tener sexo con ella. Cosa que ya había pasado antes cuando Dardo se obsesionó con una amiguita uruguaya que había llevado Coky a casa. 
Pepe continuaba con su rutina de la zapatería y las campañas del Racing Club. 
En tanto, los hermanitos Argentos seguían sus vidas cotidianamente. Coky y sus pajas a escondidas dedicadas a María Elena y demás. Y Paola y sus aventuras sexuales por todo el barrio. 

Cada tarde, Dardo tocaba timbre en casa de los Argentos, a la vuelta de su laburo. Pepe lo recibía y preparaba unos mates para convidarle. Dardo se sentaba abriendo las gambas, mostrando el bulto. Moni se sentaba en el otro sillón, mirándole continuamente su atributo. 
Incluso, Moni se acercaba al televisor moviendo el culo sugestivamente hacia la cara de Dardo, mientras que Pepe le insistía que se vaya a cocinar. 

La calentura de Moni iba a aumento. Pepe no deseaba cogerla; y su angustia sexual crecía. Por lo que un jueves por la tarde, mando a Pepe a cuidar a Paola y a Coky durante el recital de las pastillas del abuelo. Recital del cual, tenían entradas gratis. Moni tenía la casa para ella sola durante un par de horas. Espero a que sea el horario de siempre, y Dardo tocó el timbre. 

-Sí, quién es?- Preguntaba Moni, haciéndose la desentendida. 
-Soy yo, Dardo. Puedo pasar? 
-Sí, Dardo. Pasa!- Abriéndole la puerta. 
-Hola Moni. Como te va? Esta Pepe? 
-Ay, no se… Me fijo. Sentate, que ahí te traigo algo para tomar. Cafecito? 
-Bueno, Moni. Pero mira que estoy algo apurado. Si no está Pepe, lo dejamos para otro día. 
-Y que tenes que hacer, Dardo?- Preguntaba Moni, desde la cocina. 
-María Elena quiere redecorar la sala. 
-Ah, mira vos… Bueno, sentate y tomamos un cafecito! 

Al cabo de finalizar el café, Dardo parecía impaciente ante la no llegada de Pepe. 

-Moni, seguro que viene Pepe? 
-Mira, Dardo, Pepe no va a venir hasta dentro de dos horas maso menos… Es el tiempo que tenes para poder hacerme tuya!- Mientras se manoseaba las tetas por encima de su remera ajustada. 
-Uy, Moni, no te pongas así. No creo que sea conveniente. 
-Yo creo que si es conveniente.- Moni sacó un mazo ablandador de carne, de madera –O me gachas, o hago que me garches!- Pegándole en la cabeza al pobre Dardo. 

Una vez inconsciente, Moni comenzó a desvestirlo. Le abrió la camisa, refregó sus manos por su cuerpo estructurado. Le desabrocho el cinturón y bajó su pantalón, con bóxer incluido. Tenía en su poder la verga de Dardo. No aguantó ni un minuto más. Se llevó a la boca semejante poronga, incluso estando “muerta”. La degustaba de arriba abajo. Con el vaivén de su mano, forzaba la erección de Dardo. Moni siguió un poco más, pero ahora, saboreándole los testículos, uno a uno en su boca. El pene estaba en su magnitud. Moni se quitó la calza de animal print, puso a un lado su micro-tanga roja, liberó sus hermosas tetas y se ubicó sobre Dardo, hundiendo su pene dentro de ella. Al cabo de unos segundos de cabalgata, Dardo comenzaba a recobrar el conocimiento, encontrándose dos grandes tetas frente a sus ojos. Reaccionó tomando un pecho y llevándoselo a la boca. Moni se alegraba de que Dardo se despertara con el mejor de los ánimos. El polvo era estupendo. Moni lo disfrutaba a más no poder, con un ritmo frenético. 

-Dale, Dardo! Haceme tuya!- Le gritaba Moni. 

Dardo puso uno de sus dedos en la boca de Moni, quien lo ensalivo completamente. Ella intuía que era lo que Dardo tramaba. Pues el destino de ese dedo era el ano de ella. Moni sentía como el dedo rozaba su orificio, dilatándolo. 
Dardo ubicó a Moni en cuatro, sobre uno de los extremos del sillón. Colocó su miembro en la entrada de su culo, y se lo incrustó de prepo. Moni sufría, pero de placer. 

-Ay, si, Dardito! Como me gusta! Partime toda! 
-Aguantatela que te la mando entera!- Advirtió 
-Ay, duele! Si! Ay!!! Ay!!!- Gemía Moni. 

Su sueño estaba cumpliéndose. La gran verga de Dardo, llenándola por todos lados, y solo para ella. Al cabo de unos minutos, el final se hizo anunciar. 

-Uy, Moni, acabo! 
-Sí, Dardo! Llename el culo de leche!!! 

Dicho y hecho. Dardo eyaculó dentro de la cola de Moni. Luego de que Dardo sacara su miembro de allí, comenzó a brotar leche del culo. Moni tomó lo que pudo con las manos y se lo llevó a la boca. 

-Mmmm… Me encanta tu leche con sabor a mi culo!- Mientras le guiñaba el ojo. 

Dardo le dio un beso en la mejilla, y comenzó a vestirse. 

-Bueno, Moni. Creo que se me hizo tarde. Otro día regreso, y si no está Pepe, te pego otro garche. Gracias por todo!- Dijo, mientras se iba directo a su casa. 

Moni se quedó en el sillón, hurgando su culo. No podía creer como se lo había dejado. Se acomodó la tanga, se puso nuevamente su calza, y se rindió culo para arriba en el sillón. Pensaba que sin dudas, este había sido el mejor polvo de su vida. 



En cuanto a Pepe y los chicos. Estaban arribando al lugar. Llegaron al estadio. Al pasar por los cacheos, Pepe notó como las policías mujeres, manoseaban el delicado cuerpo de Paola. Esa visión lésbica empezaba a gustarle a Pepe; y también a Paola, quien no se quejaba de ninguna mano de más. Al entrar al “campo”. Coky y Paola querían ir hasta adelante. Aunque ya estaba bastante lleno, aun se podía llegar. Así que Los tres enfilaron hacia adelante. Coky encabezaba la fila y Pepe se ubicaba atrás, actuando de padre “cuida”. No pudieron llegar al vallado, pero si quedaron a tres personas de este. 

El recital ya había empezado al momento en que se llenó el lugar. La gente saltaba de un lado para el otro a medida que sonaban las canciones. Olor a porro, cerveza y sudor corrían por los aires. Pepe se notaba asqueado, y rezongaba para sí que en sus tiempos la música era diferente. Coky se separó de ellos, buscando alguna “rollinga” a quien apoyar. Pepe, al verlo, simplemente pensó que era un boludo y que se iba a topar con alguna con novio que lo cagaría a bifes. La gente se empezaba a amontonar hacia adelante. Los cuerpos de Paola y Pepe estaban pegados. Pepe notó que su pene quedo apoyado entre las nalgas de su hija. 

-Perdona, Paolita. Soy yo, papito! 
-Sí, papi, no hay drama! 

La gente continuaba saltando y amontonándose. Pepe cubría con sus brazos a Paola para que no se cayera ni fuera empujada. Lo que provocaba que cada choque que haya, Pepe incrustara su verga sobre su hija. La calentura de Paola había comenzado. El siguiente tema hizo que todo el público se enloqueciera. Paola empezó a saltar, refregando su culo contra la pija de su padre. Pepe iba notando como su miembro se iba endureciendo a medida que las nalgas de su hija se acomodaban. 

-Bueno, Paolita, creo que es mejor que no saltes tanto.- Intentó convencerla Pepe. –Miremos el show tranquilitos. 
-No, papi! Yo quiero saltar! Me gusta saltar!... No te gusta cómo salto? 
-Sí, a papi le gusta como saltas!... Pero tampoco papá es de hierro! 
-Ay, papucho!- Acensándose al oído. -Pero si me encanta sentir una buena pija dura en la cola! 

Pepe se tiñó de todos colores. Su hija estaba provocándolo. Lo estaba excitando. Y encima disfrutaba de su pija enterrada en la cola. “Si es puta, que sea puta nomas” pensó. Acto seguido, las refregadas de Pepe eran cada vez más intensas. Paola sentía como se iba humedeciendo toda. Pepe acomodaba la pija entre los dos cachetes del culo de Paola, y ella se movía hacia arriba y abajo, y endurecia y ablandecia el orto, atrapándole la pija a Pepe con sus nalgas. 

-Ay, papucho! Que rica pija que tenes! 

Al oír esto, Pepe comenzó a sobarle las tetas a su hija. Paola, por su parte, bajo con su mano y le rozaba la pija a su padre. Le bajó la cremallera, y sacó su pija. 

-Ay, Dios! La puta madre!- Exclamaba Pepe. 

Paola se bajó la calza blanca y se acomodó a un costado la bombachita rosa que tenía. 

-Metemela, Papucho!- Le exigió Paola. 

Pepe acomodó la verga en la entrada de la concha de Paola, y de una se la metió. Paola largó un grito ahogado. Pepe la sujeto de la cabeza y del vientre. Al oído, le decía que lo iba a disfrutar, que era un ratito nada más. La argolla de Paola cedía con cada embestida de Pepe. La gente a su alrededor no percibían nada, ya que parecían dos más en el “pogo”. Antes que terminara el tema que sonaba, Pepe sacó su verga de la vagina de su hija, y vació tres grandes chorros de semen sobre la cola de Paola. Al terminar el tema, ambos se arreglaron. Y disfrutaron del show, como padre e hija. 

En cuanto a Coky, seguía rebotando entre pogos, culos y cachetadas. Al finalizar el recital, los tres partieron rumbo a su casa. 



Eran cerca de las dos de la madrugada, Coky había quedado algo caliente del recital, y estaba tirado sobre el sillón de la sala mirando una película porno. Paola se acercaba sigilosamente desde atrás. 

-Qué haces Cokito?... Qué estas mirando? – Haciéndose la boluda. 
-Eh… Nada Paolita. Una película… de acción. 
-De acción? Ah, si… Hay mucha acción. 
-Sí, Paolita. Esa mujer tuvo un accidente y ese hombre le está dando respiración boca a boca… Pecho a boca… Cachucha a boca. 
-Ay! Mira, que lindo esa técnica de reanimación. De cachucha a boca! 
-Sí, pero creo que no voy a mirar más. 
-Por qué, coky? 
-Y porque si! Es aburrida!- a la vez que se levantaba intentando disimular su erección con un almohadón. 
-No creo que sea aburrida. Quédate sentadito y miremos.- Agarrándolo del brazo, sentándolo a la fuerza. –Uy, qué tenes ahí? Qué escondes? 
-Nada, Paola! Es mi pitulin, que me dice que tengo que ir al baño. 
-Si? Y te vas a tocar? Pensando en la peli?... o en María Elena? 
-Callate, tarada!... No ves que no me voy a tocar! 
-Si! Te vas a tocar! Y yo te voy a ver! 
-Qué?... Qué me vas a ver? 
-Sí, Cokito! Quiero ver cómo te sacudís la nutria. Quiero ver a mi hermanito hacerse una buena paja! 

Acto seguido, Paola agarró a Coky del cuello de la remera, y se lo llevó para el baño. 

-Dale, Coky, mostrame la pija!- insistió Paola. 
-No, Paola! Esto no está bien! 
-No te hagas el buenito y moral. Si te vi más de una vez llevarte tangas mías o de mamá! 
-Nooooo!- La cara de Coky se transformaba, sabiendo que lo habían atrapado. 
-Dale!- insistió fuertemente, bajándole el jogging. –Apa! Mira vos! Que bultito tiene mi hermano!- La mano de Paola recorría la zona. 

La erección de Coky era inminente. Su pene salía de su bóxer. Mientras que Paola acomodaba a Coky sobre el inodoro. 

-Bien, Coky! Que pedazo!... Ahora mostrame como te la sacudís. Quiero verte brotar la lechita. 
-Bueno, Paola, si insistís! 

Coky comenzó un frenético sube y baja con su mano sobre su miembro. Los ojos de Paola estaban abiertos de par en par. Ella estaba asombrada por ver a su hermano hacerse una paja. 

-Y en que pensas, Coky? 
-Eh? 
-Sí, nabo! En qué pensas, cuando te tocas? O en quien pensas? 

Paola se colocó a la derecha de Coky. Pasó un brazo por su espalda, y llevó su mano hasta la mano de Coky con la que se estaba tocando. Ambas manos subían y bajaban por su pene. 

-Pensas en María Elena?- Susurraba al oído 
-Si- Contestaba tímidamente 
-Y que le haces a María Elena? 
-Le chupo las tetas… Le como la cola… Que me ensalive la pija, y se la meto toda! 
-Mmmm… Si?... Y en quien más pensas? En mis amigas? 
-Uy, si! Tus amigas, todas merecen una buena garchada! 
-Ajam! Y te las cogerías a todas, no? 
-Si! Si!- rindiéndose a la paja. 
-Y con alguien más? Con mamá te tocas? 
-Uy, si, Paolita!- Se confesaba 
-Qué pensas con mamá, pervertido? 
-Que me haga una buena turca con esas dos tetas! Y acabarle todo en la cara! 
-Sí, Coky!... Y… En mí, pensas? Te gusta masturbarte conmigo? Con tu hermanita? 
-Uf, Paola, no te das una idea! 
-Si? Y que me harías?- Paola aumentaba el ritmo de la paja de Coky. 
-Te haría la cola! Me pone loco cuando andas en short por la casa. Se me para de una… Te imagino sentadita, abierta de gambas esperando esta poronga… La queres?- Con su mano empujó la cabeza de Paola hacia su miembro. 

Paola empezó a chuparle la pija a Coky. Sus labios se apoyaban sobre toda la circunferencia del pene. Con su boca hacía aparecer y desaparecer la verga de Coky. Con la mano, giraba hacia atrás y hacia abajo. Coky no daba más. 

-Ahí viene Paolita! Tomala toda!- Apartó la boca de Paola de su pene, y apuntó a su cara. - Puta de mierda!!! 

Coky vació toda su jalea láctea sobre la cara de Paola, quien apenas pudo tragarse unas pequeñas gotas. Su cara estaba cubierta de blanco. Ella se recompuso, se miró al espejo, y con su mano llevó los retazos de leche hasta su boca. Luego se limpió, y salió de allí con la mejor cara de alegría que podía mostrar. 

En cuanto a Coky, quedó petrificado en el baño. Esperó unos minutos, y se dispuso a darse una ducha. Estaba feliz. 

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