me empomé a mi jefa en la oficina

Era un Jueves como cualquier otro de principio de mes, siempre la primer semana de cada mes suelo quedarme despues de hora porque debo preparar la acreditaciones de sueldos del personal, si bien no es una empresa muy grande cuenta con mas de 200 empleados y aunque trate nunca puedo terminar a tiempo, si no es por una cosa es por otra. Ese día mi jefa se quedó hasta mas tarde porque ella estudia portugues y habia estado afuera por vacaciones 2 semanas, emtonces estaba recuperando horas y por un tema de conveniencia la profesora venía a la empresa a dictarle las clases. 
Poco mas tarde de las 19.00 veo que la dueña de la empresa sale de su oficina y me pide si puedo acompañar hasta la puerta a su profesora, le digo que no hay problema y la llevo hasta la salida. Cuando regreso a la oficina siento en el ambiente un olor a perfume muy fuerte, ya conocía el aroma, era el perfume que usaba Marisa, mi jefa. No sospeché nada en ese momento, las mujeres siempre antes de salir se llenan de perfume aunque sea para ir al quiosco. Me siento en mi escritorio, sigo con lo mio, al rato, Marisa se me acerca por detrás y me pregunta si me puede hacer compañía, porque tenía que hacer tiempo hasta las 9 p.m. porque se iba a juntar con unas compañeras del secundario, por supuesto le dije que no me molestaba. Mientras trabajaba empezamos a hablar de boludeces, como le había ido de vacaciones, adonde iba ir a comer esa noche y tantas otras boludeces. 
La verdad es que nunca me fije en mi jefa como mujer, si bien es muy atractiva, no es mi tipo, es muy superficial, son de estas mujeres que se cuidan demasiado y siempre están pendientes por estar perfectas. Ella tiene 34 años, los lleva muy bien y eso que es madre de 2 hijos, actualmente esta separada, es rubia, mide cerca de 1.70, tiene muy buen cuerpo, los pechos son pequeños para mi gusto, pero los tiene muy firme producto de que se los operó meses atrás, pero tiene una de las mejores colas que ví, redonda, paradita y bien formada, a la que le dediqué unas cuantas pajas en mi horario laboral. Suele vestirse muy informal, a veces la vemos venir con musculosas, jeans muy apretados, botas hasta la rodilla, es muy gata, es la tipica mujer malcriada, la empresa fue de su padre, y bueno siempre tuvo todo muy fácil. 
Ella me pregunta si estaba de novio, le contesto que sí, que en un mes cumplíamos dos años juntos, me contó que desde que se había separado, estuvo con varios tipos pero solo salidas de una noche, me estaba sintiendo algo incomodo, mi jefa mayor que yo me contaba sus intimidades como si fuesemos amigos de varios años, mas que nunca tuvimos una relación muy fluída, típica relación de jefe y empleado pero mas relajada por su forma de ser. Traté de cambiar de tema pero ella seguía insistiendo. Me preguntó si la atendía bien a mi novia, la verdad ya me molestaba hacia donde iba la conversación y le contesté con honestidad, cuando me arrinconan suele salir agresivamente, le contesto que no le gusta mucho la poronga, que es muy timida en la cama y que no lo hacemos tan seguido, se calló por unos instantes. 
Entonces arremete, me separa un poco del escritorio y se sienta en mi regazo, dandome la espalda y me dice que ella es muy distinta a mi novia, que ama la pija y si es por ella viviría solo para coger, estaba usando un pantalon de vestir blanco ese día, que le marcaba muy bien el orto y dejaba ver su pequeña tanga. Mi pene se puso como piedra en pocos segundos, y se dio cuenta y empezo a acariciar mi miembo con su cola, haciendo movimientos circulares, cuando empezaba a apretarle los pechos, me dice que espere, que no le apriete los pechos que le habían quedado muy sensibles despues de la operación, me pregunta si tenía preservativos, le contesto que no y sale corriendo a su oficina, la muy puta trajo una tira de tres. Me baja el cierre del pantalón mete la mano por la cremallera y me saca el pene hacia afuera, abre un preservativo se lo pone en la boca y me lo intenta poner solo con sus labios, le costó bastante, se ayudo un poco con los dientes y encima que me hizo pelota la cabeza de mi pija rompió el condón, la re putié por dentro, abrio otro e hizo el mismo procedimiento, me despedazó el pene pero sentir sus labios descendiendo por todo mi pene lentamente fue una de mis mejores experiencia sexuales. Me escupió el miembro, y con su mano derecha esparció toda la saliva por este, comenzó a chuparla, primero se dedico a la cabeza, jugaba con sus labios y lengua sobre esta, le agarré de la nuca para hundir mi chota en sus garganta pero no se dejó, ella sola fue comiendose toda mi pija de a poco, estuve a punto de acabar pero le saqué mi pene de su boca a tiempo. La rescosté sobre la mesa, le saqué sus zapatos, luego su pantalón y por último la tanga, la cual rompí sin querer. Me devoré su coño, le daba lenguetazos por todos lados, hasta que comenzé a ser mas metódico, con mis dedos la penetraba y con mi legua jugaba con su clitoris, ella gemía muy fuerte, pegaba alaridos de placer, quizás fingía, no lo sé, no me considero el gran amante, antes de mi jefa siempre estuve con chicas muy recatadas en la cama. Ella se retorcía se sacó la remera que tenía puesta y se arrancó el corpiño, por dentro decía, me ganó de mano la muy puta, entonces, me pidió que la garche, ella se sienta sobre es escritorio, me pongo en frente de ella y la penetro de un saque, se la incrusté toda, le bombé como si mi vida dependiese de eso, estaba muy excitado, ella estaba empapada de sudor al igual que yo, ver ese cuerpo muy bien formado, bronceado y todo sudado me partía al medio, entonces tomo la iniciativa, la acuesto boca arriba, pongo sus piernas contra mi pecho y le vuelvo a entrar a su vagina, ella me pedía mas, ella se acariciaba sus pezones, tenía adelante mió una tremenda puta y la iba a tratar como tal, fue cuando retiré mi pene de su vagina e intenté penetrarla por el orto, pero fallé, ella se levantó de su posicíon y me tiró una cachetada que me pego de lleno, junto con insultos de todo tipo. 
Ya había hecho mi ataque y no me iba a ir sin romperle el orto, le sujeto su brazo y la pongo de espaldas a mí, ella forcejeaba, pero en vano miro casi 1.90 cm, era una pelea desleal. La inclino contra el escritorio dejando su cara y sus pechos contra la mesa y su perfecto orto mirando hacia mi, con mi mano izquierza hundía su cuerpo contra la mesa y con mi mano derecha agarré mi miembro y lo perfilé a su ano, estuve varios minutos tratando de entrar, pero para mi sorpresa era muy estrecho, hubiese jurado que la enfiestaban todo el tiempo por el orto, pero no era así, y por el otro lado no la lubriqué, solo con los jugos vaginales. Despues de varios intentos fallidos, en parte por como ella se movía evitando mi miembro, pude clavarle mi cabeza una vez adentro le entré como un desquiciado, ella me insultaba y lloraba, luego me suplicaba que pare, pero era como un soldado con una misión que cumplir y no me iba a retirar hasta acabar, la culeé por 10 o 15 minutos hasta que sentí que el preservativo se me llenó de leche, me quedé sin aire un par de minutos, mi jefa se quedo en su posicíon inherte solo lloraba como una niña, cuando retiro mi pene de su agujero veo que tenía sangre, por dentro pensaba que le había partido el orto. 
Ya había cumplido con mi meta pero mi pija seguía muy tiesa y ella estaba inmovil, entonces decidí descargarme devuelta, pensé en cambiar de preservativo pero me dio vergüenza pedirle otro a Marisa, entonces la incrusté de vuelta con el preservativo que tenía puesto. Le empezé a empomar con la misma intensidad, ya no lloraba, estaba ahí inmovil, sin emitir ni un sonido, como si estuviese dormida, me calentaba igual, sentía como salía leche de su ano, mi preservativo perdía leche por la misma presión que ejercía y veía como chorreaba su concha y caía por sus piernas, me voló la cabeza ver eso y eyaculé nuevamente, pero esta vez fue distinta, no sentía que acabé en el condón había acabado dentro de su orto, ella tuvo una especie de espasmo, me fije si se había caído al piso pero no lo ví, se me salió dentro de su culo, no dije nada. Me empezé a cambiar ella se levantó, parecía un zombie, no podía dejar de ver el pedazo de agujero que le dejé en el orto, fue un silencio incomodo, ella terminó de vestirse antes que yo y se fue sin mirarme, la miraba alejarse, viendo un caminar distinto, efecto de un orto roto. Esperé unos minutos para no cruzarme con ella en el ascensor, y partí, me tomé un taxi, no daba para viajar en colectivo, estaba destruido y muy transpirado. 
Esa noche pensé en ella toda la noche una mezcla de calentura con cargo de culpa por abusarme de ella, despues de todo era madre, decidí volver al trabajo a terminar con mis tareas mas urgente y renunciar la otra semana. 
Pasaron dos días sin que me hablase y ni mirase, no esperaba otra cosa, hasta que me llamó por teléfono para que me acerque a su oficina. Me pidió que entre y que cierre la puerta. Yo comencé por pedirle perdón, me dijo que ya había pasado y que no quería pensar en eso, que actuó mal el otro día, que ella busco la situación que me había provocado y se fue de las manos, que se sentía humillada, me pidió que todo siga como siempre, pero le comuniqué que no me parecía bien seguir, que fui un animal y que ella no se lo merecía, y que la proxima semana iba a renunciar, consintió y me deseo suerte.

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