Don Julián el portero y su sobrino

Me llamo Laura y tengo 24 años, estoy casada desde hace dos años con Alejandro de 30 años, es Ingeniero Agrónomo y trabaja en una planta procesadora de tabaco, nos conocimos cuando yo tenia 18 años, nos presento mi hermano ya que estudiaban juntos y el iba seguido por mi casa, Alejandro es mas bien tímido muy serio y responsable, después de casi cuatro años de novios y poco tiempo antes de casarnos recién tuvimos relaciones sexuales, me case muy joven porque en el pueblo donde vivíamos no tenia muchas opciones, y me tuve que casar ya que a Alejandro lo destinaron como encargado de planta a una ciudad mas grande, y la única manera que podía salir de mi casa era casada. 
Estoy cursando la carrera de educación física, empecé a estudiar cuando nos vinimos a la ciudad, lo hice mas que todo por ocupar el tiempo libre que tengo ya que Alejandro trabaja todo el día, arranca a las 8 de la mañana hasta las 5 o 6 de la tarde cuando no hay algún problema en la planta, vivimos en un departamento muy lindo y cómodo en el centro, es una torre de 10 pisos, nosotros estamos en el quinto desde donde tengo una vista hermosa, además de ello el edificio cuenta con pileta de natación y una terraza hermosa con asador, el portero es un hombre de unos sesenta y pico de años muy agradable, se llama Julián pero todo le decimos Don Julián. 
Los que les voy a contar sucedió casi sin que me percatara de ello, cierto día llego al edificio después de clases, me abre la puerta muy atentamente un joven de unos 26 a 28 años, alto, morocho, muy bien parecido de nombre Fernando, me comenta que esta reemplazando a Don Julián que esta enfermo, le agradezco y sigo mi camino hacia el ascensor sintiéndome observada por el, soy rubia natural de mas o menos 1,69 de estatura y un cuerpo bien formado, producto de tanta actividad física, tengo un buen culo que se acentúa mas por la ropa de lycra que uso y unas buenas tetas que sin ser grandes, están en perfecta proporción con el resto de mi cuerpo, cuando llego al ascensor me doy vuelta y lo veo comiéndome con los ojos, lejos de sentir vergüenza me sonrío y me saludo con la mano cuando yo subía al ascensor, me quede un poco perturbada, ya que nunca me había fijado en los hombres con los que me cruzaba porque no me importaban, pero este me había llamado la atención por su simpatía y por la desfachatez con que me miraba, llegue a mi departamento y mientras me duchaba empecé a fantasear que el portero se me aparecía desnudo y me empezaba a acariciar las tetas, me levantaba con una facilidad asombrosa y me penetraba intensamente dejándome caer sobre su pija, ensartándome de un solo golpe y tomándome de las nalgas hacia que me moviera hacia arriba y hacia abajo, sintiendo como entraba y salía su miembro de mi concha, estaba tan caliente que termine masturbándome y acabando rápidamente, era la primera vez que me pasaba algo así, Salí del baño pensando en lo sucedido y sintiendo esa sensación de culpa por haberle sido infiel a mi esposo con el pensamiento, la verdad que el sexo con mi esposo era bueno pero un poco monótono, ya que teníamos poca experiencia en practicas sexuales y Alejandro no era muy creativo a la hora de hacer cosas nuevas, era yo quien siempre proponía algo distinto, ya que mis compañeras me contaban que hacían con sus novios, y yo lo ponía en practica pero a veces no resultaba, por darme el gusto creo que dos o tres veces me chupo la concha pero sin volverme loca de placer y acabar furiosamente como decían mis amigas, capaz que no sabia hacerlo o no ponía el empeño suficiente, por mi parte le chupe la pija también un par de veces pero a diferencia mía, el acabo a poco de que empecé, bañándome de leche la cara y la boca, debo confesar que me gusto el sabor del esperma, pero no volví a hacerlo porque el no tenia aguante y después nos quedábamos sin coger. 
Todos los días me cruzaba con Fernando y me saludaba amablemente, yo por mi parte le preguntaba como estaba Don Julián y si sabia cuando regresaba, siempre me decía que pronto, su cercanía me excitaba por eso trataba de evitar no pasar mucho tiempo charlando, además me intimidaba la manera descarada en que me desnudaba con la vista, cosa que evitaba cuando iba con mi marido, una mañana llegue a mi departamento después de salir a correr y me desnude para ducharme, cuando abrí el grifo este se salio entero y empezó a salir un chorro de agua que no sabia como parar, atine a ponerme una toalla encima y llame al portero para que viniera a socorrerme, menos mal que esta en la portería y presto atendió a mi llamado, me pregunto que necesita y le comente lo que había pasado con el grifo de la ducha, me dijo busco la caja de herramientas y subo, no pasaron ni dos minutos y sonó el timbre, lo fui a atender sin darme cuenta que por el apuro de solucionar el tema no me había vestido y aun seguía envuelta en la toalla, cuando abrí la puerta él medio se sorprendió al verme, supongo que imagino debajo de la toalla mi desnudez y eso lo calentó, trato de disimular su sorpresa pero pude observar que su pene empezaba a abultar sus pantalones, se dirigió a la cocina y le dije que el problema era en el baño, me explico que primero tenia que cerrar la llave de paso de agua, la verdad que yo no estaba enterada que existiera tal llave, luego de hacerlo entro al baño y empezó a trabajar, yo lo observaba desde atrás preguntando cual era el inconveniente, me explico que se había aflojado la llave y que al girarla para abrir la ducha se había terminado saliendo, con mano experta le puso una cinta blanca (teflón) alrededor de la rosca y procedió a ajustarla fuertemente, me explico que no volvería a tener problemas, volvió a la cocina y abrió la llave de paso, para luego retornar al baño y probar el funcionamiento de la ducha abriendo y cerrando varias veces la llave hasta comprobar que el arreglo había quedado perfecto, yo estaba en la cocina sirviéndole un vaso de gaseosa cuando se asomo por la puerta, le ofrecí la bebida que acepto de buen grado, tomo un poco mas de la mitad del vaso y me lo devolvió agradeciendo la atención, le pregunté cuando le debía y me dijo lo que sea su voluntad, me dirigí hacia la habitación para sacar dinero de la billetera, el me siguió y cuando estaba dentro del dormitorio me abrazo fuertemente desde atrás sacándome la toalla y dejándome completamente desnuda, me asuste por la sorpresa y quise reaccionar, pero el me agarro las tetas y empezó a estrujarlas suavemente mientras me besaba el cuello y me pasaba su lengua por el lóbulo de la oreja, quise ensayar una protesta, le dije soltame estas loco le voy a decir a mi marido lo que me estas haciendo así te despiden, el me susurro al oído que sabia que yo estaba disfrutando y siguió acariciándome sin soltarme, sentí en mis nalgas la dureza de su miembro y mi respiración se fue agitando porque realmente deseaba que no se detuviera, soltó uno de mis pechos y bajo su mano a mi entrepierna para con sus dedos acariciarme el clítoris, cerré mis ojos y me deje llevar por la excitación que me estaba provocando con sus caricias, me puso muy caliente como nunca antes me había sentido con mi marido, me dio vuelta y quedamos frente a frente, trate de pedirle que se detuviera pero no medio tiempo a decir ni dos palabras ya que me beso profundamente introduciendo su lengua en mi boca entrelazándola con la mía, eso venció mi ultima resistencia y me abrace a su cuello respondiendo apasionadamente a sus besos y caricias, lentamente se quito la ropa quedando desnudo, no pude resistir bajar la vista para ver su pene, pude apreciar que era apenas un poco mas largo que el de mi esposo, lo que si me asusto fue el grosor que tenia, lo agarre con mi mano y empecé a masturbarlo sintiendo la dureza y lo caliente que estaba, Fernando me acostó al borde de la cama y se arrodilló frente a mi, abriéndome las piernas para mirar mi concha que a esta altura ya estaba muy mojada, debo confesar que sentí un poco de vergüenza y quise cerrarlas pero no me lo permitió, empezó a besarme la entrepierna y fue subiendo despacio cubriendo con besos alrededor de los labios de mi vagina, respiraba agitadamente cuando de pronto el timbre del celular me volvió a la realidad, era mi marido para avisarme que había invitado a su jefe con la esposa a cenar, que por favor me encargara de todo, Fernando no paro en ningún momento de besarme y cada vez estaba mas excitada, Alejandro noto mi agitación y me pregunto que me pasaba, mentí que había subido corriendo las escaleras, ah bueno me dijo, ni se imaginaba que el portero me estaba comiendo la concha y que estaba por echarme en hermoso polvo, corte el celular apresuradamente porque me estaba volviendo loca con las caricias y deseaba con desesperación que su boca me chupara la concha, cuando finalmente lo hizo cubrió con sus labios toda mi intimidad metiendo su lengua muy profundo dentro de mi vagina, esto fue mas de lo que podía soportar y explote en un delicioso orgasmo que recibió en su boca sin dejar escapar una gota, mi cuerpo se contorsionaba de placer y empecé a gritar pidiendo que no se detuviera, le decía: me estas matando con esa boca divina, seguí por favor que es la primera vez que me hacen acabar con la lengua, no pares de chuparme aunque se me vaya la vida quiero seguir acabando, dicho esto solté otro polvo tan intenso como el primero, Fernando se acostó encima y me empezó a besar tiernamente, sentí como su ardiente instrumento presionaba la entrada de mi concha, a pesar de estar muy mojada no conseguía alojar la ancha cabeza en mi interior, abrí lo mas que pude mis piernas para facilitar la penetración, empujo firmemente y consiguió introducir la punta, en el siguiente embate hasta la mitad, se detuvo un momento para permitir que se relajaran mis partes intimas, finalmente de un solo movimiento me enterró su verga hasta los huevos, grite de dolor por tan dura arremetida, pero era mayor el placer que me proporcionaba su pija y lo aguante, empezó a moverse sacándola casi entera para enterrarla nuevamente hasta le fondo, entrelacé mis piernas alrededor de su cintura gozando de la cogida que me estaba dando, besaba sus labios ardientemente y empecé nuevamente a incitarlo para que me hiciera llegar al clímax, que gruesa es tu pija mi vida, me esta abriendo toda, después la de mi marido va a entrar bailando, por favor no dejes nada afuera metela toda, siento que estoy en el paraíso, me encanta tu verga, soy una puta infiel metiéndole los cuernos a mi pobre marido, pero el no me coge tan rico como vos, por favor llename con tu semen no me hagas esperar mas, Fernando al máximo de su excitación me enterró su poronga hasta el fondo, eyaculando abundante leche caliente y espesa que me inundaba completamente, yo tampoco pude aguantar mas y respondía a cada chorro con una descarga de mi almacén, nunca me habían llenado con tanta leche sentía como se escurría de mi concha mojando mi culo y mis nalgas, no podía parar de acabar, era la primera vez que echaba un polvo tan hermoso y tan prolongado, creo que seria difícil de olvidarme de Fernando y de su gruesa verga que me lleno de tanta felicidad, lo abrace con desesperación como queriendo que este momento no terminara nunca, pero bien dicen lo bueno siempre se acaba, después que se vistiera lo acompañe hasta la puerta y lo despedí con un largo beso, agradeciendo el hermoso momento que habíamos compartido. 
La cena transcurrió tranquila, aunque yo estaba un poco ausente pensando en los sucesos ocurridos, hacia el final de la velada cuando estábamos tomando café, Arturo el jefe de Alejandro me pregunto que opinaba de irme a vivir a una ciudad mas grande ya que lo iban a ascender a mi esposo y lo trasladaban como gerente de una planta importante de la empresa, me tomo medio de sorpresa pero rápidamente respondí que yo lo acompañaba a donde él fuera, Arturo celebró mi respuesta y mi esposo reía emocionado, cuando se fueron me puse a ordenar un poco la cocina, Alejandro paso a mi lado me dio un chirlo en la cola y me dijo me voy a la cama, te espero, le conteste que no tardaba, estaba claro que quería coger, apague las luces entre al dormitorio y me desnude, no termine de acostarme que se monto encima mio, me abrió las piernas y de un solo golpe hundió su pene hasta el fondo de mi vagina, entro sin ninguna dificultad y recordé lo que le había dicho a Fernando, que me había abierto tanto con su verga que la de mi marido iba a entrar bailando, y así fue, como estaba tan excitado por la noticia del ascenso ni cuenta se dio, se movía furiosamente empujando como si quisiera romperme y no tardo en venirse llenándome de leche, todo fue tan rápido que yo ni siquiera llegue a calentarme, pero para no arruinar su alegría fingí un orgasmo, se levanto de encima mio y cayo acostado a mi lado exhausto, pasaron algunos minutos y note que se había dormido, me fui al baño y abrí la ducha (funcionaba perfectamente), estuve bastante tiempo bajo el agua tibia pensando en todos los sucesos ocurridos y me dije a mi misma que lo recordaría como el día de la primera vez, porque había sido infiel y fingido un orgasmo y en ambos casos era la primera vez, habría otra primera vez pero eso se los contare mas adelante, salí del baño y me acosté al lado de Alejandro que dormía placidamente, cerca del amanecer recién pude dormirme. 
Pasaron varios días antes de que me cruzara con Fernando, casi no salía del departamento porque sentía un poco de vergüenza, el día que lo cruce iba con mi esposo y nos saludo a ambos como si nunca hubiera pasado nada, era yo la perseguida porque tenia terror de que mi esposo se enterara de lo sucedido, un día después de almorzar me puse mi bikini con intenciones de ir a la pileta, hacia un día esplendido y tenias ganas de tomar un poco de sol y darme unos chapuzones, como a las dos de la tarde sonó el timbre, antes de abrir me puse una remera de Alejandro, que si bien me quedaba grande apenas cubría mi nalgas, eran Fernando y Don Julián este ultimo me saludo cordialmente y me dijo que su sobrino quería despedirse porque se volvía a su pueblo (no sabia que fueran parientes), los invite a pasar pero el viejo con cara picarona y sin dejar de comerme con la mirada me dijo que tenia otras cosas para hacer y se fue dejándome a solas con su sobrino, cuando cerré la puerta me dijo que iba a estar cinco minutos nada mas porque el ómnibus salía a las tres y aun le faltaba preparar algunas cosas, sin perdida de tiempo me abrazo besando mis labios apasionadamente, me hizo arrodillar delante suyo sacando de su pantalón su verga completamente dura, abrí mi boca introduciendo lo mas que pude y empecé a chuparla con deleite, era tan ancha que apenas me cabía, jugueteaba con mi lengua recorriéndola desde la cabeza hasta la raíz para luego volver a meterla en la boca, con una mano acariciaba suavemente sus huevos, estaban calientes y se notaban llenos de leche, por su parte él acariciaba mi cabello con sus manos, en un momento sujeto fuertemente mi cabeza sin permitirme sacar la pija que tenia enterrada hasta la garganta, el primer chorro de esperma me sofoco y apenas pude tragarlo, los que siguieron gracias a que el había soltado mi cabeza, los disfrute uno a uno saboreando la espesa leche calienta que corría garganta abajo hacia mi estomago, cuando hubo terminado con mis labios limpie hasta la ultima gota de la pija de mi amante y lo guarde dentro de su pantalón, se fue apresuradamente porque se hacia tarde, por mi parte agarre mi bolso y baje a disfrutar de la pileta, saboreando la deliciosa acabada que había recibido en mi boca. 
Mi vida transcurrió normalmente los siguientes dos meses, hasta un día que le pedí a Don Julián que me consiguiera unas cajas para embalar varias cosas de la casa, Alejandro había aceptado el ascenso y teníamos que mudarnos a su nuevo destino, el portero apareció trayendo las cajas, le pedí que dejara dos en la cocina y otras dos en el dormitorio, saque de mi billetera cincuenta pesos para agradecer la atención, me dijo: por favor no lo tomes a mal pero quiero que me pagues con la misma moneda que le pagaste a Fernando cuando te arreglo el grifo del baño, la verdad es que me calentas mucho y quiero cogerte, te prometo que lo vas a disfrutar mucho, yo estaba muda de la sorpresa sin saber que decir, debo confesar que yo también estaba caliente porque hacia bastante que mi marido no me tocaba, siempre estaba cansado, me producía mucho morbo cogerme a Dion Julián, ante mi silencio el se acerco estrechándome entre sus brazos y me beso de manera tierna, sin apuro delicadamente, se notaba que sabia como tratar a una mujer, me deje llevar correspondiendo a sus caricias, nos desnudamos en silencio sin prisa disfrutando calmadamente de cada momento, baje mi mano para tomar su miembro cuando lo agarre pude notar que era muy grande, alarmada baje mis ojos y me tope con una verga enorme, el se percato de la situación, me dijo no tengas miedo voy a ser muy suave, no te voy a lastimar, me senté en el borde de la cama agarrando con las dos manos el terrible miembro, comencé a chuparlo despacio saboreando cada centímetro, mi cabeza estaba a mil imaginando como se sentiría tenerlo dentro de mi vagina, me hizo acostar boca arriba abrió mis piernas e introdujo su lengua preparando mis partes intimas para recibir el formidable miembro con que estaba dotado, trabajaba con su lengua y con sus dedos dilatando las paredes, sin olvidarse de mi clítoris, no tarde mucho en sentir los efectos de sus caricias y gritando de placer eche mi primer polvo eyaculando abundantemente, esto era lo que esperaba Don Julián para meterme su pija, acerco la punta a la entrada de mi cueva empujando delicadamente hasta que consiguió introducir la cabeza, cerré mis ojos disfrutando sentirla adentro a la vez que me inflamaba la idea de tenerla totalmente enterrada, siguió moviendo sin prisa sus caderas ganando terreno de a poco, le pedí que no parara quería sentirla a toda adentro, por favor dame toda tu verga quiero que la ensartes hasta el fondo, la puedo soportar, siento que estoy en el cielo, ahh aaaahhhhh que rico acabo, no pude aguantar mas y me vine de nuevo, al ver el estado de excitación que tenia y sin tenerme piedad de un solo golpe me la enterró completa, grite angustiada al sentime completamente violada por terrible instrumento, pero a pesar del dolor seguí moviendo mis caderas acoplándome a los movimientos de mi amante, estuvimos varios minutos cogiendo sin parar hasta que me anuncio que estaba por acabar, me hundió hasta la raíz su pija y empezó a tirar chorros de leche dentro de mi concha, sentía como uno a uno golpeaban mi matriz, no pude aguantar mas y rendí un generoso tributo que se mezclo con la abundante acabada de mi tierno amante, cuando retiro su pija los jugos de nuestra unión salieron de mi vagina formando un charco con el colchón, se acostó a mi lado aun agitado por el esfuerzo realizado, me dijo que se sentía feliz de haberme cogido, ya que muchas veces en la soledad de su habitación lo había soñado, le pregunte si había sido tal como lo imaginaba, me confeso mejor, mucho mejor, estuvimos acostados sin importar el tiempo, era temprano y aun faltaban varias horas para que volviera Alejandro, me incorpore y me puse a jugar con su miembro que a pesar de estar flácido me excitaba con la sola idea de volverlo a poner duro, sin poder contenerme lo lleve a mi boca chapándolo con dedicación para conseguir una nueva erección, de a poco fue creciendo hasta llegar al tamaño que tan bien me había llenado y conseguido hacerme acabar tantas veces, me puso de cuatro patas e introdujo la cabeza y gran parte del tronco en la primera arremetida, en su segundo moviendo me lo metió todo y pude sentir sus bolas contra mis nalgas, nuevamente estaba empalada en esa terrible verga que me proporcionada una sensación de indescriptible bienestar, bastaron pocos movimientos mas para que mi cuerpo tras varios espasmos, contorsiones y gritos de placer entregara una abundante descarga que lleno el aire de un olor dulzón, me saco su verga y se arrodillo atrás metiendo la punta de su lengua en el pequeño orificio de mi culo, al darme cuenta de sus intenciones le dije que iba a ser imposible que pudiera meter tamaña cosa en un agujero tan pequeño, me dijo: chiquita de mi vida confía en mi, vas a gozar como nunca lo hiciste cuando te la meta en el culo, no te vas a olvidar nunca de mi, dicho esto siguió dilatando mi ano con su lengua y con sus dedos hasta conseguir introducir cuatro de ellos, satisfecho con la dilatación conseguida posiciono su verga entre mis nalgas y con un solo empujón la clavo hasta la mitad, sentí un fuerte dolor y quise hacerme para adelante para sacarla, pero el me tenia fuertemente sostenida por la cintura, empecé a llorar suplicando por favor que me la sacara, le decía me estas rompiendo el culo y me duele, es muy grande tu pija y me esta lastimando, por favor no sigas porque me voy a desmayar, te vas a desmayar pero de placer cuando la tengas toda adentro, relajate porque si te pones dura es peor, cuando tu culo se acostumbre me vas a pedir que no te la saque, así fue de a poco me fui relajando y el tras varios movimientos consiguió enterrarla entera, cuando la tuve toda adentro experimente una sensación desconocida de intenso placer, empecé a mover mis caderas hacia delante y hacia atrás gozando cuan larga era la enorme pija que me estaba desvirgando el culo, con mis dedos me acariciaba el clítoris aumentando al máximo el grado de excitación y locura, no tarde en venirme sintiendo como mis dedos se mojaban con la abundante acabada, sentía mis nalgas golpear en la pelvis de Julián cuando me hundía su verga hasta la raíz, acabe dos veces mas antes de que él descargara en mis entrañas su ardiente leche, me tomo fuerte de la cintura hundiendo hasta el ultimo centímetro de carne en mi culo, disparando hacia mi interior su semen ardiente, yo recibía cada chorro con gritos de jubilo y de intenso placer, cuando hubo desagotado toda su reserva saco el humeante miembro de mi recto, caí exhausta en la cama mientras la leche salía por el enorme orifico de mi culo escurriéndose piernas abajo, realmente nunca había gozado tanto en mi vida, no seria facil vivir sin tener nuevamente relaciones con tan magnifico amante, cuando lo despedí en la puerta pensé que seria difícil olvidar este día, porque fue la primera vez que me hicieron el culo y que disfrute tanto de mi sexualidad. 
Finalmente nos mudamos a otro ciudad, me despedí de Don Julián prometiendo que pronto lo visitaría, con un guiño cómplice me dijo así lo espero, ya que nunca me comí un culito tan rico, ni yo una verga tan grande y sabrosa, dicho esto me fui a mi nueva casa.

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