La muy putita y joven secretaria


Katia es mi secretaria personal, ella es una pequeña y deliciosa rubia de 21 años con una carita muy linda, ojos celestes, grandes y vivarachos, boca pequeña pero de labios gruesos y voluptuosos, tiene la nariz tan respingada que levanta sus labios dándoles forma de corazón y le dejan entreabierta la boquita mostrando unos dientes perfectos y blancos como la leche, en fin es la fiel imagen de un ángel de la perversión.
Hace tres años se ganó el puesto por sus cualidades, en ese momento yo buscaba una secretaria eficiente y muy inteligente que me ordenara todo mi relajo y que tuviera harta experiencia y capacidad organizativa, así que yo entrevistaba a varias chicas cuando apareció ella, currículo en mano y presentándose casi de imprevisto en mi oficina mientras acababa de despedir a una de las candidatas.
- Hola, buenos días, vengo por lo del trabajo
Dijo asomando su dulce y pícara carita por la puerta de mi oficina.
- Buenos días, pase usted señorita, adelante.
Le dije un poco incómodo porque evidentemente no tenía cita, pero me gustó su aspecto así que decidí omitir la regla y entrevistarla en ese momento, aunque ya tenía una candidata perfecta, una chica de muy alto grado de eficiencia, joven, con experiencia y muy seria.
Ella cerró la puerta tras de sí y alcancé a notar que ponía el pasador a la puerta y luego entró muy segura de si misma, sonriendo me entregó su hoja de vida.
- Buenas tardes, me llamo Katia M…. y vengo por la plaza de secretaria de la presidencia, dijo con un gran aplomo, que me gustó mucho.
Y en lugar de dirigirse a la silla de entrevistada pasó hasta mi escritorio y dándole vuelta a mi sillón se puso de rodillas me bajó el cierre de la bragueta de mi pantalón, hábilmente liberó mi polla de entre mis piernas y procedió a realizarme la mamada de mi vida.
- Revise mi hoja de vida y verá mi experiencia y habilidades mientras le muestro mis otras cualidades.
Me dijo mientras se quitaba la blusa dejando al descubierto sus firmes y redondos senos, su esbelto y delicado torso, con gran soltura me pajeó la verga y abrió la boquita sacando su deliciosa y rosada lengua que acarició mi polla en forma deliciosa mientras me miraba con sus celestes ojos y sonreía perversamente.
Yo comencé a ver las hojas que me había entregado y pude darme cuenta que apenas tenía 18 años, luego no pude leer más pues sentía descargas de placer en todo mi cuerpo debido a las caricias que su lengua daba a mi polla y que hacían estremecerme cuando lamía a todo lo largo, del tronco hasta la cabeza para luego comenzar a tragársela chupando pulgada a pulgada, pujando dulcemente y sin dejar de mirarme con esos ojos llenos de malicia y deseo.
Katia me bajó los pantalones liberando del todo el enorme tronco en que se había convertido mi verga al contacto de sus ardientes labios y hábil lengua.
Se quitó la faldita que usaba y pude ver que la ropa interior era algo de lo cual ella desconocía su uso o no le importara, así en cueros con sus tacones altos como única vestimenta, se subió a mi escritorio y sin mediar palabra se puso frente a mi, abriéndose de piernas y colocándolas en mis hombros me tomó por los cabellos atrajo mi cabeza hasta su perfectamente liso coño del que comenzaba a brotar una dulce miel a la cual no me pude resistir, comenzando a lamer como un perro toda esa deliciosa y depilada cuevita de placer, mientras ella se retorcía sobre mi escritorio y con sus dos manos me halaba la cabeza dentro de sus piernas hundiéndome más y más en ese manantial de placer que era su coño.
Yo estaba ebrio de lujuria al lamer sus jugos, saborear su coño y abrirle las piernas para meter la lengua dentro del botoncito rosado y pulsante que era su culito, humedeciéndolo con mi saliva y con sus propios jugos que seguían brotando de su deliciosa conchita.
Mi lengua era absorbida por las pulsaciones de su ano y yo la empujaba dentro de ese agujerito prohibido para luego sacarlo y lamer hacia arriba introduciéndose en su coño del que brotaban jugos lubricantes que hacían mas fácil la penetración de mi lengua y dedos.
Mientras le lamía el coño, con un dedo le taladraba el culo, mientras ella gemía y se abría las piernas con sus manos en una extravagante y gimnástica posición que solo he visto hacer en el circo, estirando sus piernas hacia atrás dejando al descubierto su coño y culo ofreciéndome ese banquete de Reyes a mi solo.
Me levanté de la silla y tomándola de la frágil cintura le penetré por el culito mientras ella aparentemente estaba en éxtasis, ponía los ojos en blanco y gemía, como una puta decía sucias palabras que me ponían más y más cachondo.
- Ay.. siiiii , dame por el culo… Asi.. papi.. así….. me vuelves loca con ese garrote.
- Métemelo asiiiiii. Ayyyy! que Ricooooooo! Que puta soy!
- ¿Te gusta asi verdad puta? le decía yo ya encandilado y sometido al máximo de excitación.
- Si, Papi.. así me gusta, duro y grueso, ayyyyy! gemía entre pequeños grititos de placer mientras se estiraba más las piernas en esa extraña y excitante posición en la que sus piernas quedaban marcando las 10 y 10 y su culito totalmente penetrado por mi verga que estaba a punto de explotar.
- Soy tuya, soy tu perra para lo que quieras… soy tu Puta esclava!
- Siiii, eres mí puta, mía para cogerte por donde quiera….!
- Si Papi, métemela por donde quieras, rómpeme el culo papi, que así me gusta…
Esta pequeña y pervertida Puta tenía el culo más delicioso que yo había saboreado en mi vida, toda ella era una eficiente y perversa máquina de sexo y placer, diseñada por algún demonio para la perdición de todos los hombres.
Tomándola con mis manos de su delicada cintura yo culeaba dentro de su apretado ano presa de un delirante paroxismo sexual hasta que a punto de terminar, comencé a gritar:
- Me vengo! Me Vengo!
Katia, rápidamente se incorporó y sacándose mi polla de su culito se bajó del escritorio y me sentó en la silla metiéndosela toda en la boca y pajeándomela con sus mano derecha hasta que exploté en un orgasmo increíble, eyaculando dentro de su boca, agarrado a los brazos de mi silla y en medio de mis convulsiones, literalmente ella me ordeño la verga con su boca, sacándome toda la leche y tragándose todo lo que mi polla le ofrecía en torrenciales pulsaciones, como si se me hubiese abierto una arteria llena de semen.
La pequeña y dulce Katia era una experta en estos menesteres pues no derramó ni una sola gota y me chupó la polla hasta dejarla totalmente seca y limpia.
Al terminar de beberse toda mi leche, se sacó mi polla de su boca y emitió un sonoro eructo que nos arrancó carcajadas a los dos.
-Brrrrrrrp. Ahhhh!
- Buen provecho! le dije riéndome.
- Gracias, papi, ya me diste el almuerzo: un salchichón con leche. Jajaja.
Me dijo mientras me miraba con salvaje lujuria y tomándome enérgicamente del cabello con una mano me besó apasionadamente, dándome a probar de mi propia leche, mezclada con su saliva, explorando con su lengua hasta lo profundo de mi garganta.
Me sorprendió la forma natural en que ella hacía cualquier tipo de perversión y me inducía sin que pudiera ni siquiera pensar en lo que hacía, tenía un poderoso magnetismo animal y salvaje que me ponían inmediatamente a sus pies.
Luego diligentemente se vistió, me colocó en su sitio el pantalón, arregló mi corbata, limpió y ordenó el relajo que teníamos por nuestra entrevista, por último limpió mi escritorio hasta dejarlo sin una sola señal de lo que acababa de pasar en mi oficina, revisé mi reloj y apenas habían transcurrido 14 minutos desde que entró, demostrando ser la eficiencia en persona, era la entrevista más corta que había tenido y en ese pequeño lapso de tiempo me dio una muestra de lo que ella era capaz.
- ¿Cuando empiezo?
Me preguntó Katia con plena seguridad de que había pasado muy por encima de cualquier otra prueba, lógicamente la contraté y hasta la fecha doy gracias de haber tomado esta decisión pues ella es en realidad muy eficiente en su trabajo, muy organizada y hábil para manejar todo tipo de situación que en mi empresa se dan a diario, por otro lado, el placer que me proporciona no tiene comparación, porque jamás cae en la rutina y siempre aparece con una nueva sorpresa ya que tiene una fértil y perversa mente obsesionada en el sexo, en todas sus variantes.
Además me ha ayudado a conseguir buenos y fieles clientes gracias a su poder de convencimiento, porque ningún hombre o mujer le pueden negar nada a esta pequeña y corrupta chiquilla.

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