A MI NOVIA LE GUSTA MOSTRAR 3

 Señor, yo le aconsejaría que se siente en esa silla y espere allí mientras le hacemos probar la cama a su mujer, me dijo el viejo.
Lo cual obedecí, un poco porque con su mirada Marcela me lo estaba pidiendo y otro porque de la calentura que tenía ya no podía mantenerme en pie.
– Haber nena mostranos como dormís, le pidió el viejo.
Entonces Marcela se desabrocho los botones del pantalon y se los sacó, dejando al descubierto una disminuta bombachita blanca metida casi por completo en su precioso culito.
Se acostó culito para arriba y mirándolo al viejo le preguntó ¿así esta mejor señor?
– Si nena, ahora debes estar bien caliente mostrandonos el culito. Tu amiga me contó que te encanta mostrarlo y yo estaba impaciente en verlo. Veo que a tu marido no le molesta, asi que abrilo bien para nosotros.
Entonces Marcela se puso en cuatro, levantó bien la colita y la puso a merced de quien quisiera mirarla. Mientras el viejo y los empleados se bajaron los pantalones y dejaron ver tremendos miembros totalmente erectos. Esto puso como loca a Marcela que comenzó a meterse un dedo en la concha y a gemir desesperadamente. Se notaba que se había reprimido por mucho tiempo y que ahora estaba más desenfrenada que nunca.
– ¿Tenés ganas que te rompamos la colita nena?, dijo el viejo
– Por favor, chupemela señor, suplicaba Marcela mientras se corria la tanga hacia un costado exhibiendo su oyito abierto.
El viejo no se hizo desear y rapidamente dirigio su lengua al precioso agujerito, mientras los otros comenzaron a meterle mano por todos lados y uno de ellos le ensarto la pija en la boca, la cual mi novia acepto gustosa y comenzó a mamarsela en forma frenética hasta que el tipo no aguantó más y le lleno la boca de leche. Mientras tanto se turnaban con el culo, salia uno y se lo chupaba otro, le sacaban la boca y le insertaban primero uno, después dos y hasta tres dedos. La manoseaban por todos lados. Le sacaron la remera y le chupaban los pechos. Ella solo gemía y pedía mas pijas.
Yo solo miraba como once tipos disfrutaban de la puta de mi novia y me masturbaba y acababa y volvía otra vez a masturbarme.
– Salgan todos, ordenó el viejo de pronto. Cambiense y sigan trabajando que para ustedes se acabó la fiesta.
– No me deje asi señor, por favor necesito una pija en mi colita, le decía Marcela mientras lo miraba con cara de desesperación.
– Si haces lo que te digo, la vas a tener.
– ¿Te gustó mi hijo no?, vi como lo mirabas cuando entraste. Bueno ahora te vas a cambiar, lo vas a ir a buscar al salón de venta, lo vas a traer para acá y adelante mio y de tu marido le vas a pedir que te rompa la colita.
Marcela se levanto, se limpió con una toalla que le acercó el viejo, se vistió y salió caminando hacia la parte de adelante. El viejo me miró y me ordenó que me subiera el pantalón y que hiciera como que nada había pasado.
– Va a ver como le va a calentar que su mujer de la nada le pida a un tipo que le rompa el culo, me dijo.
La idea me había gustado asi que le hice caso.
Me paré junto a el viejo y el hacía como que me explicaba las ventajas de la cama, cuando llego Marcela con el hijo.
– ¿Que necesitás papá?, preguntó
– La señora necesita que le hagas un favor, contestó.
– Usted dirá señora
– Decile nena, ordenó el viejo.
– Quiero que me rompas la colita delante de mi marido y de tu papá, dijo Marcela, mientras se bajaba el pantalón y le mostraba el culito desnudito.
– Vi como me lo mirabas cuando me conociste. Vos me calentas mucho y yo necesito una pija adentro, asi que por favor rompemelo, agregó.
El muchacho no entendía nada. Me miraba a mí y lo miraba al viejo mientras tocaba con vergüenza la cola de mi novia.
El padre le ordenó que se desnudara y Marcela hizo lo propio y se tendió en el colchon. El pibe se acostó a un costado y comenzaron a besarse y tocarse por todos lados. El viejo volvió a sacarse los pantalones y yo hice lo mismo. Mirabamos la escena parados al costado.
– Que puta es su mujer, mire como le gusta la pija de mi hijo, me decía el viejo. Tenía razón Marcela se la tragaba con todas las ganas, y el viejo cada tanto le metía un dedo en el culo enloqueciendola cada vez más.
– Mire como se traga el dedo, que buen culo abierto, seguiá diciendome el viejo.
– Vení nena, chupamela a mi, mientra mi hijo te abre mas ese culito.
Automaticamente Marcela se incorporó, se puso en cuatro, paro la colita y se metió la pija del viejo en la boca, mientras el hijo se puso detrás y la ensartó hasta el fondo. No les puedo explicar como gritaba y se movía. Estaba que reventaba de la calentura. Pedía más y más. El viejo la insultaba, le decia puta, perra, culo abierto y ella se ponía mas a full. Estuvieron asi largo rato, donde ella habrá acabado por lo menos 5 veces, hasta que el hijo le lleno todo el culo de leche y al segundo el viejo le hizo tragar toda su esperma.

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