UNA RECIEN CASADA 2




Suena el despertador y Guillermina despierta sin imaginar lo que está a punto de pasar el día de hoy. Toda la noche no pudo dejar de recordar los sucesos de la tarde anterior que poco a poco han ido despertando esa hambre de sexo que no sabe que lleva oculta.
Es pasado del medio día y después de tomar un baño escoge lo que se va a poner, debe de ir a comprar algunos víveres a la tienda y comienza a observar su ropa:
-mmmm creo que esta licra azul me va bien con esa pollera sin tirantes, ya hace tiempo que no las uso pero el día de hoy hace un calor de los mil demonios-
Las prendas que ha seleccionado se amoldan de manera perfecta a su anatomía, la licra se le pega tanto que deja ver su delicioso trasero y la pollera sin tirantes le hace resaltar su pecho. Su camino va sin problemas sin más que un par de piropos por parte de algunos atrevidos en la calle mientras la joven va pensando:
-me parece que ayer Don Luis se pudo haber aprovechado de la situación, lo bueno es que es todo un caballero y lo único que hizo fue ayudarme a aprender cosas de la vida, aunque creo que a Beto no le gustaría saber lo que me está enseñando-
Nada más al entrar al edificio donde vive Don Luis sale de su departamento acompañado de dos vecinos: Juan y Pablo, dos viejos igual de perversos que él y los tres suben las escaleras de manera sigilosa, para no llamar la atención de los demás vecinos y poder lograr su cometido.
-No se vayan a alocar idiotas, esta es una oportunidad de oro y no quiero que lo echen a perder, ustedes nada más me siguen la corriente, entendido?-
-entendido Luis pero no te vayas a comer solo el pastel jajajaja-
Al llegar a su domicilio deja las bolsas en la cocina, y escucha como suena el timbre, por lo que rápido acude a ver quién llama a su puerta y cuando la abre ve a los tres viejos cochinos:
-¡Don Luis, Don Juan, Don Pablo! Pasen por favor, no se queden ahí en la puerta, pero ¿qué no es un poco temprano Don Luis? Aún no hago mis deberes-
Don Luis la observa de arriba abajo y en su mente perversa se aloja una idea que no se le había ocurrido:
-¡pero mira nada más niña como vas vestida! Es un verdadero peligro que salgas así a la calle, te pueden pasar un montón de cosas, esto no se puede quedar así, tenemos que “darte” algunos consejos mi niña, ¿verdad muchachos?-
Y diciendo esto cierran la puerta mientras Guillermina se ruboriza, no sabía que vestirse de esa forma pudiera llegar a ser tan “peligroso” como dice el viejo:
-¡Ay Don Luis, que pena! No acostumbro vestirme así pero es que hoy hace demasiado calor y salí a la tienda, pero dígame ¿qué es lo que pasa con mi ropa? Dígame por favor, que me come la duda-
-Pues mira, algo de lo que debes tener cuidado es de que lleguen por atrás y te punteen y ni siquiera te des cuenta, es algo común en estos días-
-¿puntear Don Luis?, quiere decir que es algo como lo de ayer ¿o es algo diferente?-
Don Luis esboza una ligera sonrisa, su plan comienza a dar frutos y sin perder el tiempo agrega:
-exacto, pero si es en la calle debes estar preparada para lo que se “te venga” encima, mira, ponte de espaldas y piensa que estás en la parada del bus o del metro-
Dice esto mientras camina hacia Guille, que ya empieza a sentir ese pequeño cosquilleo en su juvenil cuerpo, por lo que simplemente se limita a obedecer.
-¿así Don Luis?-
Y mientras dice eso adopta una postura provocativa, que no pretendía pero que por su cuerpo y edad le sale de lo más natural. El viejo ya está a su espalda empalmado y comienza presionar su erección contra el trasero de su vecina.
-¿sientes como te presiono levemente? Eso se llama puntear, ahora cuando te pase esto en la calle lo que debes hacer ya lo sabes, a ver dímelo-
- Pase lo que pase nada de líos Don Luis, yo calladita-
Mientras tanto el viejo se regocija punteando a la nena, tomándola por la cintura y dándose gusto haciéndola sentir su erección que pugna por salir del pantalón, ante la atónita mirada de los otros dos viejos que al estar observando semejante escena ya están también excitados y más que listos para entrar en acción ante la punteada que dócilmente consiente Guillermina
-ves que fácil es que te hagan esto, por eso es que debes tener cuidado con lo que te pones ¡ah! Pero eso no es todo, posiblemente te pongan el garrote aquí en tus nalguitas niña, que rico es hacer esto en la calle ¿verdad muchachos?-
-¿garrote Don Luis? ¿qué es un garrote? Y pues si, no se siente tan mal Don Luis, es por lo que no veo que tiene esto de malo-
Guille de manera involuntaria ha parado un poco el trasero, dejándose llevar por esa rica sensación que le hace sentir el viejo sucio de Don Luis. Sin dejar de puntearla el viejo comienza su “explicación”
-El garrote mi niña, es el órgano sexual masculino, se le llama garrote, pene, verga, pistola, boner, palo, polla, verdolaga y otros nombre más, pero ¿es que nunca has visto alguno mi niña, el de tu maridito si que lo habrás visto verdad?-
Guillermina se vuelve a sonrojas y con tímida voz contesta
-Si Don Luis, algunas veces el de veto pero nunca he visto uno más de unos segundos, es que veto es un poco penoso y no me gustaría que pensara que soy una pervertida-
-Nooooo! Eso no mi niña, no puede ser malo que veas uno, pero mira, para que veas que te tenemos mucha confianza haremos esto: nosotros nos sacrificaremos y te enseñaremos como son los nuestros para que te des una idea de cómo son y no te vayas a quedar con la duda, a ver muchachos, todos sáquensela y dejemos que las vea esta lindura-
Y dicho esto Don Luis se separa de la jovencita y baja sus pantalones hasta el piso, mientras le da a Guille vuelta para que pueda ver las erecciones de estos degenerados, que sólo sonríen para sus adentros pero con una fingida cara de compungidos, en tanto la licra de la nena ya se encuentra manchada y húmeda, que por el color del que está hecho ya se observa la mancha en su trasero a simple vista.
Al voltear la jovencita se encuentra con las pollas de Don Luis, Pablo y Juan, que ansiosos están por poder tocar a la linda vecina.
-¡Pero que cosas son esas Don Luis! Pero si parece que me están apuntando con un rifle, no puedo creer que así de grandes sean-
Esto dice Guille cuando ve las pollas de sus vecinos, su inocencia no le permite ver que lo único que pretenden estos viejos es calentarla a más no poder para hacer con ella lo que les venga en gana. El primero en hablar en el viejo Juan:
-Nunca he hecho esto por nadie, mi esposa es la única que me ha visto así Guille, espero que sepas guardar el secreto-
-No se preocupe señor Juan, jamás de mi boca saldrá nada de esto, puede ser que los demás no vean con que sinceridad ustedes hacen este sacrificio y mucho menos a mi esposo le diré-
Guille no deja de obsérvalas llevándose la mano a la boca, se encuentra impactada porque nunca antes había tenido a su disposición tantas pollas, y su cuerpo comienza a resentir los cambios de temperatura que no es más que producto de su excitación, y sin decir palabra alguna en su mente se amontonan un sinnúmero de pensamientos.
-¡dios! No puedo creer el tamaño que tienen, son tan grandes y les cuelgan unas cosas como sacos, nunca había pensado en el tamaño que podrían llegar a tener y se ven tan lindas así, como me gustaría que Beto no fuera tan tímido y me dejara ver la suya, pero aún no se cómo puede ser malo ver esto, me pregunto como funcionan, voy a preguntar-
Los viejos no pierden el tiempo y con sus manos han comenzado a pajearse para motivar a Guillermina a que sucumba en sus redes
-Don Luis, y que es lo que ustedes están haciendo con sus manos y porque están tan paradas, si les disgusta hablar de eso no me molestaría que guarden el secreto…pero en verdad me gustaría saberlo-
Pablo no quiere quedarse atrás y es el primero en responder:
-¡ah! Eso es sencillo hermosa, nos la estamos cascando o  pajeando, como quieras llamarle, para que sigan igual de duras, ¿no te gustaría comprobar que las tenemos duras?-
Guillermina siente curiosidad por tocarlas pero no se ha decidió a hacerlo, tiene pensamientos encontrados, ya que no puede descifrar si eso es bueno o no, pero su curiosidad necesita satisfacerla y decidida da un paso adelante del viejo Pablo y con movimientos lentos va acercando su mano pero la retira de un golpe, no está convencida de hacerlo
Pablo con mucha confianza alarga su mano y toma la de su vecinita, que dócilmente se deja llevar y la coloca alrededor de su polla erecta. Guille al contacto siente la suavidad y calor que emana de ese miembro viril.
-pero que cosa tan suave señor Pablo, y parece como si saltara, déjeme tocarla por un rato, bueno si usted quiere-
-Adelante hermosa, pero déjame enseñarte que debes hacer, sujétala con firmeza…si, así…ahora haz que tu mano se mueva de adelante hacia atrás suavemente…eso, sigue…muy bien estás haciéndolo bien-
Guille sin dejar de mirar la polla del viejo está moviendo su mano lenta y delicadamente, haciendo una linda paja en cámara lenta, mientras los otros dos viejos sonríen al ver que su plan está dando resultados.
La jovencita siente que el calor que al principio la sofocaba ahora es más placentero, y observa como la cabeza de la polla comienza a humedecerse por su toqueteo
-Don Luis, ¿qué es eso que se ve como agua? ¿para que sirve? ¿esto es hacer una paja? Se siente bien hacerlo, espero no estarlo haciendo mal-
-No te preocupes mi niña, tu sigue con la paja, lo haces muy bien y eso sólo es humedad para evitar que se reseque, pero que te parece si ahora le haces una paja con la otra mano a Juan, es muy normal que una mujer haga estas cosas con sus amigos y vecinos, es una muestra de amistad y al final siempre les damos un regalo a las chicas que nos hacen una paja, es como una recompensa-
Sin pensarlo Juan se pone al lado de Pablo y la jovencita por instinto lleva su mano al falo que tiene frente a ella, y cuando lo aprisiona con su mano, empieza a mover ambos penes con poca habilidad pero con mucha decisión, mientras Don Luis se coloca a su espalda y coloca su verga entre las nalgas de Guillermina, que no repara en Don Luis al estar tan entretenida pajeando esas dos pollas
-Eso mi niña, en verdad para ser la primera vez lo estás haciendo muy bien, ¿segura que nunca habías hecho esto antes?-
Mientras habla el viejo ha comenzado de nueva cuenta su labor de punteo en el trasero de su linda vecinita, observado como con su pene recorre los canales de esas suculentas nalgas y como poco a poco va dejando más esmegma en ese grandioso trasero
-no Don Luis, es mi primera vez, y si es algo raro pero me gusta, aunque ya me están empezando a cansarse mis manos-
-ahora- dice el viejo Juan –tu mano has que recorra de adelante hacia atrás y acaricia esa bolsita que ves ahí-
-¿esta señor Juan? Se siente chistoso, que esconde esta bolsa?-
No ha dejado de sobar esas pollas y con las dos manos se entretiene sobando los testículos de los dos viejos que ya han comenzado a sudar por la excitación que les provoca la tersura de las manos de la nena
-son los guevos hermosa, y ahí guardamos el regalo del que te hablamos, pero para que salga tienes que esforzarte en la paja y hacer que salga, así que hazlo más rápido-
Guille son espera más y mientras Don Luis sigue punteándola comienza a mover sus manos de manera frenética, haciendo unas pajas monumentales y dejando que la sensación de excitación se apodere de ella. Su mente no la deja pensar en otra cosa:
-esto es cansado pero se siente bien, están tan duras que espero que no las vaya a romper, pero no se porque me siento como si tuviera fiebre, ha de ser por el calor que hay, pero que lindas son, me gustaría jugar con ellas todo el día pero no puedo pedirles que estén aquí todo el tiempo, debo ser considerada con mis buenos vecinos, a ver si sale el regalo del que me hablan-
El primero en eyacular es Pablo, su semen sale directo hacia la mano de Guillermina y algunos restos se alojan en su pollera, que sorprendida observa como ese líquido viscoso y caliente va cayendo hacia el piso, mientras Juan la ayuda con su propia mano a que el movimiento sea más rápido y termina corriéndose también en los dedos de la chiquilla
Guillermina no ha dejado de mover sus manos y Don Luis es el último en correrse en el juvenil trasero, esparciendo a lo largo de las maravillosas nalgas de la nena su esperma, y dejando por unos segundos su ya nada firme polla entre las nalgas de la vecina
Guillermina retira lentamente sus manos y por instinto las eleva hasta sus ojos, para observar detenidamente lo que escurre entre sus dedos, un olor desconocido le llega a la nariz pero que no le desagrada le llena el olfato
Lentamente los viejos comienzan a recomponer sus ropas mientras Guille sigue en su labor de observadora, nadie ha dicho nada pero la mirada de los viejos se cruza de manera que deja ver la complicidad que existe entre estos viejos
-que pena Don Luis, no me fije en que tal vez usted también quería que le hiciera una paja, espero que no esté enojado conmigo-
Guillermina se sonroja y se apena porque por unos minutos olvido a su “buen” vecino Don Luis, que simplemente se ríe y no deja de observar el manchado trasero de la jovencita
-No se preocupe mi niña, usted estaba ocupada pero dígame que le pareció esta nueva experiencia-
-extraña Don Luis, pero me agrado, aunque si no tengo ni idea que es esto que tengo en las manos que ya no está calientito y se siente frío y pegajoso-
-eso es esperma, semen o leche ni niña, usted debe recordarlo y referirse como la leche, es más fácil así para que no se le olvide, y ya nos tenemos que ir pero antes de eso, siéntate para darte la parte final de la lección-
Guille al tomar asiento puede percibir como una ligera humedad le cubre el trasero y escucha con atención sin dejar de ver a los ojos a Don Luis
-una paja es como el agua mi niña, no se le niega a nadie, siempre que alguien te pida que se la hagas debes hacerlo pero en un lugar en donde no los vea la gente, no tiene nada de malo pero es mejor hacerlo en privado y no siempre terminamos en las manos, eso se llama correrse o eyacular, a veces nos gusta hacerlo en la cara o en otra parte del cuerpo pero sin obstáculos, es decir sin ropa, para que la sensación sea mejor para los dos-
-¿cómo en que partes Don Luis?-
-Pues en la cara, en tu trasero, en tus senos, o donde queramos, recuerda eso no lo decides tu sino el hombre al que le haces la paja, yo me corrí esta vez en tu trasero sobre tu ropa por ser la primera vez pero no siempre va a ser así, tienes que experimentarlo para que sientas como es. Ahora nos retiramos y espero que sepas guardar el secreto sino al rato todas las vecinas van a querer que lo hagamos y no tenemos tiempo para todas, solo para ti por ser nuestra vecina consentida-
-¡gracias por enseñarme Don Luis! Y gracias a usted Juan y Pablo por ayudarme, no sé qué haría sin vecinos como ustedes. Pero algo no entiendo, en donde me puede pasar esto y cómo puedo saber con quién hacerlo, no creo que con gente desconocida sea correcto, lo mejor sería con gente que ya conozca para evitar malos entendidos ¿verdad?-
-así es mi niña, no con todos solo con quienes ya conozcas, pero ahora es común que en cualquier lado ocurra como ya te había dicho, en un autobús, en tu cas, en la casa de uno de tus vecinos, en una fiesta, en una disco, en el edificio o en el metro, ya te mostrare como es eso de otros lugares pero por ahora nos vamos y trataré de venir más tarde para ver si se te ofrece algo, y para que no se te olvide, apunta todo lo que te voy enseñando en un diario, para que lo consultes cuando tengas dudas-
Salen del apartamento los tres viejos y van sofocando sus risas, para que no sean escuchados por la inocente Guillermina, que en su recamara se desviste y lleva a su nariz la licra manchada de semen que ya se ha ido secando pero que deja ese olor característico que logra encender a Guille de nueva cuenta.
-Ya le enseñare a esta lindura algo más y le perforare sus agujeros hasta que me pida más, jajaja-
Es lo que piensa Don Luis mientras se despide de sus amigotes, pero sin sospechar que en la cabeza de Pablo y Juan también se ha alojado la misma idea: disfrutar de la jovencita a sus anchas y sin estorbos.

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