Mi Cuñadita Noelia


Y ésta historia que les voy a contar es 100% X 100% real; les voy a decir que en la actualidad tengo 38 años, soy morocho, alto de 187 mts. y peso 80 Kg., me casé hace 5, tengo un hijo pequeño de 3, pero eso no importa, lo que les quiero contar que la primera vez que fui a la casa de mis suegros conocí a mi cuñada de nombre Noelia, por ese entonces la misma tenía 18 años y estaba cursando el primer año de derecho en la Universidad; era y es un encanto, alta de 1,70 mts. de altura, cabello rubio, ojos azules, pechos medianos y un culo de lo más hermoso que he visto en mi vida.
Nos presentaron y ella es muy simpática, enseguida congeniamos y yo enseguida me calenté, la veía sentada en el sillón cruzada de piernas con minifalda de cuero y botas y les puedo asegurar que tiene unas piernas que enloquecen, ella por ese entonces andaba de novio, con el que hoy es su marido…
Les puedo asegurar que me hice todos los ratones que se puedan imaginar, como yo soy abogado y tengo mi despacho en mi pueblo, y me había quedado sin secretaria, Noelia me preguntó si hasta que ella empezara a estudiar no podía trabajar conmigo y de paso aprendía algo de la profesión que ella iba a estudiar, y mi esposa encantada, que mejor que su hermana trabajara conmigo.-
Así es como empezamos a estar casi todo el día juntos y les puedo decir que para mi era un martirio tener esa beldad todo el día conmigo y no poder decirle nada ya que se podía enojar y decirle todo a mi mujer, o sea su hermana; pero con el transcurrir del tiempo empecé a notar que ella en varias oportunidades se me quedaba mirando cuando pensaba que yo no lo advertía y yo pensaba ésta hija de puta si no fuera mi cuñada le pegaría una apretada, pero me contenía, ella siempre estaba pendiente de mi, si quería un café, y no perdía oportunidad de limpiarme alguna pelusa imaginaria del traje, acomodarme la camisa, la corbata etc., y yo que me mordía por dentro.- Hasta que un día llegó a la oficina y le digo si no tenía inconveniente en acompañarme hasta la ciudad de Rosario, Pcia. de Santa Fe; distante a unos 100 Km. de nuestro pueblo, ya que tenía dos audiencias y mientras yo asistía a las mismas ella iba a dejar documentación a uno colegas; me dijo que no había problemas.-
Así fue que partimos los dos, en el camino la noté media rara, como acongojada, pero no pregunté y dije nada; cuando terminamos fuimos a almorzar antes de volver, le pregunté que le pasaba que la veía mal, primero no me quiso decir nada, pero después me contó que se había peleado con el novio, que era un boludo, que no tenía carácter, que era un infeliz, y que se yo cuantas cosas más, a lo que yo me reía ya que se había puesto nerviosa y se le pusieron las mejillas coloradas de la bronca y lo que me reía se enojaba más y me dijo:
-Claro vos te reís por que no sos el que lo tiene que aguantar. -No claro que no tengo que aguantar, ¿y para que seguís andando con él si es tan tarado? -Por que? Que se yo, será por que lo amo. -Bueno si es así té lo tenés que aguantar como sea. -Si ya sé, pero es que yo la veo a mi hermana, con vos y es tan distinta la relación, que sé yo.
Ahí se me pusieron duras hasta la uñas, y le dije, ¿en que es distinta? no sé, o si sé que sé yo, es que vos sos tan seguro tomás todas las decisiones, te impones en todo.
-Bueno nena no es tan así. -Si es así y a mi me encantan los hombres, tan así, no se, masculinos. -Bueno si vos crees que lo que necesitas es alguien como yo eso se puede arreglar, ¿no te parece? -No se, ¿vos conoces a alguien?, me respondió y yo que ya estaba jugado, le dije: -Mira Noe, si vos querés yo te puedo demostrar, lo que es un hombre que se impone y que es masculino como vos decís.
Me quedó mirando sin decir nada, y yo pensé; acá se pudre todo, me tira el vino en la cara y le cuenta todo a su hermana o sea mi mujer. Y de repente sin dejar de mirarme, me dice:
-Bueno era hora que te decidieras, por qué serás muy machito, pero ya hace tres meses que te busco y vos te haces el boludo, ¿o serás un engaño como hombre? La miré y le dije, vamos yo te voy a mostrar lo boludo que soy.-
Nos fuimos a un hotel y nada más entrar a la habitación nos empezamos a besar, me metía la lengua hasta la coronilla, estaba recaliente, nos desnudamos, ella estaba apurada, pero yo no, así que me extasié mirándola desnuda, era un encanto, encima el hecho de ser la hermana de mi mujer le daba más morbo si cabe.-
-Dani, por favor haceme el amor que no aguanto más. -Espera, pendeja que no es así, que querés, ¿que me suba y te la meta sin más? -No, haceme lo que quieras y como quieras, me dijo Vení mi amor lo primero es lo primero. Y la empecé a besar, a lamerle el lóbulo de la oreja y el cuello, ella temblaba y me decía:
-Mi amor, Ooooohhhh, nunca sentí nada igual, para cuando llegué a sus tetas le toqué la conchita y estaba toda mojada la muy puta. -Ahora puta vas a saber lo que es un hombre de verdad!, le dije al oído y la yegua se excitaba más y más.
Empecé a besarle y lamerme los pezones; la sentía arder de deseos mientras iba aumentado mi excitación sexual y la de ella. Se sorprendió ya que habitualmente su novio no es de mucha franela pero me dijo que le agradaba mucho que lo hiciera. Le separé las piernas y empecé a besarle y lamerme el sexo haciéndole perder la poca cordura que aun tenía. Jamás se la habían chupado antes y se puso como loca.
-Dani, que hermoso lo que me haces papito, el cornudo de mi novio nunca me hizo algo así, me enloqueces papito, seguí, seguí mi macho, por favor dame más, me decía la muy puta.
Mi lengua la recorría por toda su conchita frotándome en su clítoris que lo tenia erecto y palpitante para después meterme en su vagina y revolveme allí adentro, la putita estaba enloquecida y estaba totalmente fuera de control.
-Ayyy, papito Ooooohhhh, acabo, acabo, acabooooooooooooooooooooooooo… -Ayyy mi amor, me enloqueces mi macho ay mi amor pedime y haceme lo que quieras mi macho ayyyyy nunca sentí nada igual.
Entonces le dije, decime que sos mía le ordenaba, “Soy tu puta” me contestaba casi gritando de deseos soy la peor de las yeguas putas y quiero que me cojas ya, decía descontrolada meteme la pija, por favor haceme lo que quieras pero hacémelo ya que me voy a volver loca me rogaba. Yo la tomé de los pelos y le di un cachetazo, me miró con miedo y con ojos de súplica.
-Mirá putita vos vas a hacer lo que yo quiera y cuando yo quiera, te la voy a poner cuando y como quiera y si te gusta bien si no me da igual estamos. -Si mi macho lo quieras, podes hacer conmigo lo que quieras, pero haceme algo ya.
Le volví a dar un cachetazo y le dije que se callara que ya iba a ver que le hacia.- Me miró y se calló. Le agarré de nuevo los cabellos y le obligué a chuparme la pija, como la chupaba la muy puta, me pasaba la lengua por toda la cabeza, el tronco hasta llegar a los huevos, cuando se me paró bien mis 21 cm., se la metí de manera salvaje hasta hacerla gemir de placer, ay mi amor que placer, la tenés mucho más grande que mi novio, me duele, pero seguí por favor seguí mi amor. Los dos nos meneábamos como animales mientras yo le chupaba las tetas.
-Mi amor sentime, me gritaba completamente fuera de control. -Sentime como acabo para vos, sentime que putita soy para vos.
Y yo seguía metiéndosela y sacándosela sin piedad y si entre todas la virtudes que me dieron fue la de demorar en acabar, soy capaz de estar media hora bombeando sin acabar, y la putita me decía.
-Por favor Dani, mi amor, basta, me decía basta, basta por favor que acabo de nuevo, Aaaaayyyyyyy me muero ayyyyy, yo nunca sentí esto mi macho, Aaaaayyyyyyy, acabo Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh.
La yegua seguía acabando como una puta caliente y se dejó caer semi desvanecida sobre la cama. Pero si creía que todo había terminado estaba muy equivocada, puesto que yo todavía no había acabado, así que la di vuelta le puse un almohadón bajo la cintura y le empecé a chupar el culito, se puso como loca y me pedía que por favor parara por que no daba más de gozo.
Le levanté en culo y le empecé a dar cachetazos, mientras le decía:
-Mira yegüita voy a parar cuando quiera, ¿me escuchaste? -Si papi lo que digas, pero es que yo nunca sentí esto, a mi nunca me trataron así, ni mis padres me pegaron. -Y bueno vas a tener que irte acostumbrando puta, ¿o no te gusta?. -Ooooooh, si claro que si me gusta. – Ahora decime si no lo querés adentro putita, le decía obligándola a someterse.
Cosa que comprobé que a ella le encantaba.
-Si papi cogeme mi amor, haceme lo que quieras.-
Le volví a empezar a chupar el ojete y se retorcía y me decía:
-Cogeme de vuelta, metémelo ya, ¡hijo de puta! me pedía descontrolada, que me voy a volver loca de caliente, ¿no ves que ya no doy más? -Callate putita le ordené, si el cornudo de tu novio no te rompió el culo yo te lo voy a romper bien roto y hacete la idea que de aquí en más te voy a coger por el culo cuando quiera.
-Ay, papi no, por el culo no que me va a doler. -Callate puta, le dije y la agarré de los pelos y le metí despacio la pija, gritaba como una desgraciada. -Por favor sácala que no aguanto me duele mucho, Aaaaayyyyyyy, basta me partís en dos hijo de puta, basta por favor.
Ni bola que la di, al contrario se la metí más, con una mano la agarré por la cintura y con la otra le acariciaba el clítoris, al rato empezó a retorcerse como una víbora pidiéndome más y más.
-Dame más papito, rompeme el ojete dame más que acabo, más, más por favor hijo de puta, culeame mi macho, culeame por favor.
Y acabamos los dos en un orgasmo interminable, le llené el culo de leche, nunca acabé tanto como ese día. Se dio vuelta y me empezó a besar y a decirme que me amaba y que quería que nunca la dejara y que iba a ser mía cuando yo quisiera.

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