Una Nena En El Gimnasio

Yo soy un morocho de 1,75, y por lo que me dicen soy bastante atractivo, siempre me gustó mucho trabajar mi cuerpo y es por eso que hoy, con 30 años tengo un físico muy parecido al de un pendejo de 20. Como tengo una pequeña empresa y gente que trabaja para mí, tengo mucho tiempo para ir al gimnasio, y es allí donde ocurrió esta historia...
Resulta que de tanto ir entrenar me hice muy amigo del dueño del gym, tanto que él me tiene mucha confianza y siempre charlamos sobre lo linda que están las pendejas del pueblo, pero en particular hablamos de una... Cristi (obvio que no es su verdadero nombre). Cristi nos tenía locos, a los 2. Había comenzado a ir al gimnasio hacía 5 meses, cuando cumplió 15 y su entrenador de hockey le dijo que podía hacer un poco de pesas, yo no la conocía porque yo siempre entreno de noche, porque es más tranquilo, hasta que un día Cristi llego al gimnasio como a las 22hs y el dueño me dijo: "esa es la pendeja que te decía, es re linda, y ahora tiene un físico bárbaro".
Ni bien la ví comencé a hacerme los ratones, era una chiquita de 1,55 mas o menos, tenía el cabello castaño claro un poco más abajo de los hombros y se ataba una colita, ojos color miel con rasgos felinos, una boca rosadita, que me hizo imaginar como tendría el color de su conchita, piel clara bronceada. Sus tetitas a pesar de su edad ya eran bastante grandecitas, como las de esas chicas que despues que tienen terribles pechos! Unas piernas hermosamente torneadas que terminaban en una espectacular cadera y su culito.... ay ese culito, que hermosura para la vista! Todos en el gym se daban vuelta a mirarla!
Con el paso del tiempo, la chiquilla comenzó a ir en ese horario, hasta que averiguamos que era porque habían cambiado sus horarios de hockey y que el padre quería que ella fuese al gym, sí o sí para mejorar su juego!
Yo siempre la miraba y me deleitaba cuando hacía glúteos o sentadillas! Que espectáculo por Dios! Y ella se daba cuenta porque se daba vuelta y yo de propósito me la quedaba mirando un poco más y le sonreía... y la muy trolita también me sonreía! Así pasaron 2 semanas mas o menos.
Un día, Cristi llego al gym con una pollerita-short negra, zapatillas blancas y un topcito rosadito, que hermosas tetas! Era noviembre y hacía calor, no había mucha gente en el gym y todos se estaban yendo. Yo hacía mis ejercicios y me ratoneaba con Cristinita! Y ella parecía jugar conmigo, me miraba y sonreía! Cada vez que sonreía yo era capaz de eyacular!
Ya solo quedábamos 3 personas en el gimnasio, una señora (gorda y fea), Cristi y yo... cuando llegó Martín (el dueño del gym) y me dijo:
"Amigo, tenés que cerrar el gimnasio por mí, me acaban de avisar que soy papá! No sabés la alegría que tengo! Te dejo la llave y mañana paso a buscarla por tu casa!".
"Bueno, dale" le dije, y ahí me dí cuenta lo que podía hacer!
Al ratito de irse Martín se fue la señora, y quedamos Cristi y yo solos en el gym! Cerré todas las ventanas y puertas, y le pregunté:
"Cristi te falta mucho?" y ella respondió: "Una última de glúteos y termino". La miro haciendo su ejercicio, ya un poco transipiradita, y le digo:
”Nena estas haciendo mal el ejercicio!”
Ella me dijo: “Por?”.
Ahí me acerqué a ella que estaba en cuatro patas tirada en el suelo con su piernita levantada:
“Te muestro”. Le agarré con una mano de la pierna, casi de donde comenzaba su diminuta pollerita, cerca de su conchita, y con la otra la rodilla. La calentura se me subía a la cabeza y comencé a temblar por dentro de la exitación. Entonces le levante la pierna 2 o 3 veces lentamente y le dije:
“Así tenés que hacerlo, despacito, y tenés que sentirlo acá y acá.” Cuando le dije esto, le toqué con el dedo en el femoral, y dije para mis adentros: “esta es la mía, acá me juego”. Y le puse el dedo en sus nalguitas diciéndole: “...y acá”. Ella sonrió y se sonrojó diciéndome: “Ah! Así si lo siento!” Yo no aguantaba más, era capaz de arrancarle la poca ropita que tenía, ese culito me estaba volviendo loco. Entonces ella me dijo:
“Pero me gustaría sentir otra cosa!”. Yo estaba sorprendido, no podía creer lo que me estaba insinuando esa pendeja, tenía la verga por la garganta más o menos.
Le pregunté sin dar más vueltas:
“Y que te gustaría sentir hermosa?”.
“A usted!” me contestó la putita. “Yo y mis compañeras siempre lo vemos cuando pasa por la escuela en su auto y nos volvemos loquitas!”.
“Noooooooooooooo!!!! Ya está, es mía” Pensé.
Cristi seguía en cuatro mientras me hablaba, así que le puse mi mano en la cola con mi pulgar donde terminaba la raya de su culito y el índice tocándole la conchita por encima de la ropa, ella cerró los ojos y largó un suspiro (se ve que también estaba caliente), le froté 2 veces de arriba abajo y le dije:
“Esto querías sentir putita?”.
“Sí, así, eso” Me lo dijo todo rápido, como si estuviera por acabar!. Ahí tomé el control de todo, le dije:
“Bueno, pero ahora estás toda traspirada, anda a la ducha, pegate un bañito rápido, vestite y vení, acá te va a estar esperando tu señor.” “Ay bueno! Dale” Me respondió y se fue a las duchas. Me pareció que tardo 2 horas! No podía creer que esa nenita fuera tan puta! Rápidamente apagué las luces del gimnasio dejando encendidas solo algunas pocas y aproveché para usar el agua de mi botella y lavé mi poronga (que no es muy grande tampoco, 17 cm, normal). Fui y me senté en un banco para hacer pecho.
Cuando volvió tenía el cabello apenas mojado (se lo había secado bastante bien). Ahí estaba frente a mí con su pollerita short y su topcito rosado, que hermosas tetas mi Dios!! Redonditas y bien paraditas y atraves del topcito se notaban sus pezones, estaba exitada!
La tomé de la cintura (que la tenía descubierta) y comencé a jugar con su ombligo y besarlo, mientras ella permanecía paradita, casi estática, allí fue cuando comenzó a suspirar y respirar fuerte. Mientras besaba su ombligo le acariciaba las tetas por encima del top con una mano, con la otra la tenía agarrada de la pierna. Deslicé mi mano por debajo del topcito, tocando esos 2 preciosos pezones que estaban como timbres. Le saqué el top y comencé a chuparle y lamerle los pechos, Cristi respiraba fuerte y largaba pequeños gemidos, sus tetas eran rosaditas como sus labios (que aún no los había besado!). Comencé a besarle y pasarle mi lengua por el cuello hasta que la besé. Entonces me dijo:
“Nunca me habían hecho esto”.
“Ya vas a ver lo que te voy a hacer nena” le dije. Me bajé mi short y calza (siempre uso una), y saqué mi verga.
“Que linda que es” dijo la trolita.
“Agarrála y dale un beso, hacé de cuenta que es un helado” le dije. Se arrodillo, la agarró y le pegó una lamida con su lengua, después se la puso en su boca y yo le agarré de la cabeza y comencé a cogerla por la boca, despacio primero, durante unos 5 minutos, después se la iba poniendo más adentro mientras que ella quería sacársela porque no aguantaba.
“Tranquila (le dije), vení, sentate acá” y la senté en el banco inclinado. Comencé a acariciarle la conchita por encima de la pollerita, Cristi cerró los ojos y comenzó a gemir de placer nuevamente, entonces le saqué la pollerita short y la dejé con la tanguita rosadita que tenía puesta, que hermoso que fue eso! Ya estaba toda mojadita, como suponía, tenía una hermosa vaginita con poquitos pelitos color marrón claro. Le corrí a un costado la bombachita y comencé a comerme esa puchita. Le pasé la lengua de abajo hacia arriba por la rayita varias veces, ella seguía respirando fuerte y gimiendo, chupé su clítoris rosadito, y cuando le metí mi dedo en la zanjita escuché..: “Ay, ay, así, sí!!!”. La putita estaba llegando a su primer orgasmo.
“Que lindo!!!” me decía.
La tomé de la cintura y la paré, la dí vuelta y le dije:
“Poné tus manos en el banco”. “Qué va a hacer?” me dijo medio asustada. “No te preocupes, te va a gustar” .
Entonces se dio media vuelta y me dejó ver ese terrible ojete que tenía! Macizos, bien ejercitados, y de un color dorado hermoso. Le bajé la bombachita y le abrí las nalguitas, comencé a dedearle la conchita y a meterle mi lengua en su culito.
“Ay que rico” decía la muy puta!
No aguanté más y le metí la verga por la conchita primero (para que no se asuste del todo), empecé a bombearle mientras le acariciaba las tetas y le mordía suavemente el cuello.
“Ah! Ah! Sí! Así, por favor, así!” decía la nena. La tuve así un buen rato, hasta que acabó de nuevo en un pequeño grito. Ahí la dí vuelta y le dije:
“Besala”
Me la chupó un rato y se la saqué de la boca acabé en sus pechitos. AAAAAAAAAHHHHHHHHH!!!!!!!! Que delicia!!!!!!!
Después de eso Cristi se fue a pegar otra ducha y me dijo que sus amigas no lo iban a poder creer cuando les contara. Yo le dije que no diga nada porque me metería en problemas. Entonces pensé y le dije: “No le cuentes, traelas, aunque sea a una, a quien quieras realmente que sepa, no sé... tu mejor amiga y le mostramos, te parece? Sabés que? Tomá mi dirección, decile que van a ver a un amigo el finde, yo tengo pileta, vayan”. “Ah bueno, dale, pero como es tu nombre?” me dijo. “Soy Pedro”. Y así se fue a su casa tarde a la noche. Y ese fin de semana me cayó una agradable visita.
Pero esa historia se las cuento luego... 

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