La violación de Silvina

Silvina estaba en su casa, sola, viendo tele, esperando a su
novio, pensando en lo bien que la estaba pasando desde la pasada semana.

Tan solo 7 días atrás era una nenita de 15 años que ni
siquiera se animaba a decirle sus sentimientos a Joaquin y ahora cada ves que
tenían un rato solos se entregaban el uno al otro con una pasión increíble.

En la tele no había nada y Silvina decidió ir a bañarse.
Cuando ya estaba desnuda, a punto de entrar en la ducha, sonó el timbre. Como
estaba sin ropa, se envolvió en una toalla y fue a abrir. Era Pablo, un muchacho
grande, de color, amigo de Joaquin. Silvina le preguntó que precisaba a lo que
él respondió que quería hablar con su amigo, ella le dijo que no había llegado,
que lo esperara en el sillón. El negro se sentó y Silvina se fue a bañar.

Cuando salió de la ducha, fue a su cuarto a vestirse. Se puso
una bombacha roja tipo tanga que había comprado para darle una sorpresa a
Joaquin, unos jeans apretados y una remera justa sin sutien. Su plan era que
Joaquin arreglara rápido sus asuntos con el negro para después estar solos y
poder disfrutar.

Se perfumó y fue al living, se sentó y comenzó a hacer
zapping con el control.

El negro al verla quedó deslumbrado, Silvina era perfecta,
sus curvas lo excitaban de manera incontrolable. Enseguida sin poder evitarlo
tubo un enorme erección, intentó disimularlo, pero su miembro no era
precisamente pequeño y la tarea se dificultó.

Silvina lo noto inquieto y al mirarlo noto la erección, quiso
hacerse la distraída, pero era difícil, su pene era realmente enorme.

Para hacer algo Silvina se paró y fue a buscar agua, al irse
el negro se quedó embobado con el perfecto culo de la joven, lo cual acrecentó
su erección.

Silvina volvió y antes de sentarse el negro se paró la tomó
del brazo y la besó. Ella se soltó y le dio una cachetada:

S.- ¿qué haces?

N.- tas bárbara pendeja.

S.- no me toques.

El negro la empujó y la tiró en el sillón, Silvina se puso
nerviosa, quiso pararse pero el negro la volvió a empujar y le dio una fuerte
cachetada.

S.- ¿qué haces?

N.- Te voy a hacer un poquito de lo que el Joaco me contó que
te hace.

S.- no por favor, no me hagas nada.

Pablo se le tiro arriba y empezó a besarla y acariciarla por
todos lados.

N.- que rica que sos pendeja.

Silvina llorando le pedía que la dejara.

El negro le levantó la remera y lamió sus pezones dándole
pequeños mordiscos.

N.- tenés unos pezones deliciosos.

S.- por favor dejame, no seas malo.

El joven seguía acariciando y chupando los pechos de Silvina
cuando decidió pasar al siguiente nivel. Se bajo el pantalón y dejó al
descubierto un pene de increíbles dimensiones. Lo agarró con una mano y con la
otra tomó la cabeza de Silvina.

N.- comételo, pendeja, comételo todo.

S.- no, no, correte.

N.- dale chupámelo un ratito.

S.- no, salií

Silvina no se la quería chupar por lo que el negro se corrió
un poco y se agachó para desabrochar el jean de la joven.

Cuando terminó de desabrocharlo comenzó a quitárselo
descubriendo la tanga.

N.- mira la tanga que tenés, que puta que sos.

S.- me la puse para Joaquin.

N.- no perra te la pusiste para mi.

Pablo la levantó sin terminar de sacarle el jean y la tiró de
espaldas sobre el respaldo del sillón. Se puso detrás de su víctima y comenzó a
frotar su pene contra la vagina de Silvina cubierta por un hilito de la tanga.

Inevitablemente la chica se humedeció por lo que el negro
colocó la cabeza de su descomunal pija en la entrada de la concha y empezó a
presionar.



Poco a poco fue entrando, cada centímetro de verga que
entraba en la concha de Silvina le desprendía un grito de dolor. Cuando toda
estaba adentro el negro se la

sacó y empezó todo de nuevo.

S.- sacámela, me estas matando

N.- si puta vas a saber lo que es un pija de verdad

S.- me duele mucho sácamela

N.- ni lo sueñes

El negro se la cogía con demencia la sujetaba de las caderas
y se la sacaba y metía con fuerza, la concha de Silvina estaba que reventaba, la
semana pasada era virgen y ahora tenía terrible pene destrozándola.

Cuando el joven estaba por acabar se la sacó y la colocó en
la entrada del ano de la chica.

S.- no por favor por el culo no.

N.- claro que si pendeja te lo voy a romper como tu
noviecito.

S.- la tenes enorme, me vas a matar.

N.- quedate traquila, te va a gustar.

S.- si queres te la chupo, pero no me la metas en el culo.



Al negro le gustó la idea y abandonó la cuevita trasera
de Silvina y dándola

Vuelta puso su pene a la altura de la cara:

N.- dale, cometela todita

S.- no me entra es muy grande.

N.- dale puta, abrí la boca bien grande.

Silvina haciendo un gran esfuerzo comenzó a devorar el enorme
pedazo de carne negro que tenía delante.

El negro se la empujaba hasta tocar el fondo de la garganta
de Silvina haciéndole dar arcadas.

De pronto Pablo dijo:

N.- mirame puta.

Cuando Silvina levantó la mirada vio como el negro le sacaba
fotos con una cámara digital mientras ella se la chupaba como la más barata de
las putas.

El negro dejó la cámara y comenzó a coger la cabeza de
Silvina.

Ella sabía que estaba por acabar, y así fue. El primer chorro
de semen le dio con fuerza en la garganta, ella intentó zafarse y lo logró, pero
quedó enfrente de la pija, por lo que los siguientes chorros de leche le dieron
en la cara y el pelo.

N.- tas de viva putita, límpiamela.

S.- ¿que?

N.- Que me lamas la verga hasta que quede bien limpita.

Silvina llorando y con la cara llena de semen tomó la pija
del negro y la lamió como un helado.

N.- Bien putita, ¿te gusta no?

N.- ahora relamete la leche que tenés en la cara.

S.- no, por favor dejame limpiarme.

N.- lamete puta.

Silvina con los ojos llenos de lágrimas comenzó a sacar la
lengua y tragar el semen que le chorreaba por los pómulos.

El negro acercó la pija a la cara de la joven y con la cabeza
de la verga recogía los restos de leche a los que Silvina no llegaba y se los
ponía en la boca. Silvina sin otra opción volvía a lamer la lechosa pija.

Toda la limpieza de su verga puso a Pablo a full otra ves.

N.- ¿vamos a coger un ratito más?

S.- ¿no fue suficiente ya?

N.- claro que no, falta lo mejor.

El negro cerró la puerta del living con llave y fue a la
cocina, en seguida volvió con un frasco de aceite y se lo untó en toda la pija.

S.- ¿que haces?

N.- me lubrico la verga.

S.- ¿para?

N.- para que no te duela pendejita, ¿no soy buenísimo?.

N.- ponete como al principio, echada en el sillón dándome la
espalda.

Silvina obedeció y levantó sus caderas ofreciéndole la concha
al negro para que así la pija entrara derecha y no le doliera tanto.

El negro se acercó y nuevamente comenzó a frotar la cabeza de
su pija entre los labios vaginales de la resignada Silvina.

N.- ¿estas lista?

Silvina dijo que si levantando un poquito mas sus caderas.

Pero el negro saco su verga de la concha y la puso en la
entrada del culo.

S.- no, por favor me dijiste que no

N.- ¿y vos me creíste?

El negro se afirmó y le metió media pija de un saque. Silvina
creyó que se moría, el dolor era inmenso.

S.- sacámela, sacámela.

N.- no puta, no

S.- ahhhhhhhhhh

N.- si puta gozá, gozá

S.- me lastimas, sacámela.

N.- ni en pedo brisca.

S.- Ahhhhhhh, me rompes el culo, sácala

N.- no puta te voy a coger hasta dejarte el orto como un
balde.

El negro presionó y se la metió toda, Silvina se desmayó de
dolor.

El negro tomo con fuerza sus caderas y se la cogió como si
fuera un muñeco de trapo, Silvina rebotaba de un lado a otro con la verga
siempre hasta el fondo de su ano.

Pablo le tiró con agua que había en la mesa y Silvina
recuperó el conocimiento para darse cuenta de que todo era real, el negro se la
seguía clavando por el culo.

Él se la sacó y la dio vuelta para que ella se sentara en su
pija, Silvina quiso sentarse de tal forma que el negro la cogiera por la concha.

N.- por ahí no putita.

S.- no seas así

N.- no puta, te toca culito

El negro la levantó, la tomó de las caderas y le pasó un
largo lenguazo por la concha

N.- que rica concha que tenés

S.- si, chupame la concha, ¿no te gusta?

N.- me encanta, pero tu culo es más rico

La apretó con fuerza y la bajo hasta que su ano toco la
cabeza de su pija.

N.- dale pendeja, cojéme

Silvina bajaba lentamente introduciendo de a poco el
gigantesco pene en su dolorido ano cuando el negro presionó y se la metió toda
de un saque.

S.- ahhhhhhhhhhhh, no aguanto más

N.- si te gusta puta, sos la mas puta de todas y tenés un
culo ideal para que se lo cojan.

N.- dale subi y baja como sabes.

Cuando Silvina subió intento zafarse, pero fue peor porque
cuando la tenía casi afuera el negro la agarró y se a metió toda de un golpe.

Silvina se dio cuenta de que lo mejor era moverse lo menos
posible. Se sentó completamente en la pija guardando dentro suyo los 27 cm. de
carne.

Cuando tubo la verga completamente dentro comenzó a mover sus
caderas de forma circular.

N.- ves como te gusta

Silvina dejaba escapar sollozos de solor.

S.- ahhh ahhhh ahhh

N.- puta, sos una puta.

S:- ahhh ahhh ahhh

N.- movete más pendeja puta

S.- ahhh ahhhh ahhh

N.- así baratita, te acabo, te acabo

S.- ahhh ahhhh ahhh

La joven sintió la pija del negro como una manguera, la
cantidad de leche era increíble, quiso soltarse pero el negro la apretó para que
toda la leche se le metiera bien adentro.

Silvina creyó que se desmayaba de nuevo pero no fue así. El
negro terminó de eyacular y le sacó la pija, luego la empujó y la dejó en el
sillón.

Mientras el negro se vestía Silvina pudo ver como él le
tomaba fotos mientras ella yacía tirada chorreando leche por el culo.

Pablo se acercó y le mostró en el visor de la cámara las
fotos que le había sacado.

N.- ¿son lindas no?

S.- sos un hijo de puta

N.- ojito con decirle a alguien porque todas estas fotos
pueden salir a la luz.

Silvina se puso a llorar sabiendo que no podía hacer nada.


El negro se paró

N.- nos vemos, decile al Joaco que lo llamo después.

N.- no te olvides, ja ja.

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