GUILLE Ahora me cogieron en el cine

Días después de aquella experiencia en el metro, mi vida seguía igual que hasta antes de eso. Regrese con Pepe y seguimos nuestra rutina. Me aplique en mi trabajo y trataba de no volver a tocar el asunto.
Pasaron cerca de dos meses y una tarde me llamó Luis Rey, me dijo que necesitaba hablar conmigo sobre "aquello" y me negué, pero me amenazo con decírselo a Pepe y no tuve más remedio que acceder.
Nos vimos en una cafetería y cuando llegó me saludo normal, hablamos del trabajo y un rato después me dijo que para no decirle a Pepe lo que habíamos hecho que lo invitara al cine y que se olvidaría de todo. No estaba entusiasmada de ir al cine con él pero por miedo y mi falta de experiencia acepte.
Me llevó a un cine que se encuentra aquí en República de Cuba, el título de la película no era muy conocido por mí, cuando entramos el que recibía los boletos me miró de arriba abajo y sonrió. No entendía porque así que le respondí con una sonrisa.
Cuando entramos no había más que cinco personas y el lugar estaba sucio, descuidado y feo. No había más que planta baja y nos sentamos en una orilla hasta el fondo. Se apagó la luz y comenzó la película. Hasta entonces comprendí que era un cine porno y trate de levantarme y salir, pero Luis Rey me tomo por el brazo y me sentó. Me dijo que se hacía lo que él quería y lo que quería era eyacularme.
No podía creerlo, me estaba chantajeando y no podía hacer nada. Me dijo que me relajara, me acomodo en el sillón y me dijo que después de eso ya no me molestaría más. Le pedí su palabra de honor y me contestó que sí. Mientras en la pantalla se escuchaban los gemidos y veían las escenas él me empezó a besar tiernamente mi oreja. Sentía como me empezaba a recorrer un escalofrío y aunque quería cerrar los ojos no pude.
Mientras lo seguía haciendo me excitaba, empezaba a sentir mi humedad y de pronto pude observar como se tocaba su miembro por encima de su pantalón, sabía que la tenía parada. Me decía cosas como –que bonita estás, tu cuerpo es sensual y tienes unas chichotas fenomenales, está como para darle a un regimiento, tu culo lo tienes muy sabroso, se que eres una putita, una golfilla sucia que se esconde con cara de mustia-, para eso ya estaba húmeda y separe ligeramente las piernas.
Me beso apasionadamente y coloco su mano en mi pierna, ya llevaba puesto un vestido floreado hasta la pantorrilla con botones atrás, con saco largo, como soy convencional no uso tangas ni escotes, y ahí fue cuando me dijo –quiero ver tus chichotas putita-, me quito el saco y lo colocó en un costado. Comenzó a desabrochar uno a uno mis botones del vestido pero seguía mordiendo mi oído, me seguía diciendo cosas que me encendían.
Era muy extraño, estaba aturdida por las ideas encontradas en mi cabeza, algo me decía que me fuera pero también me decía que me quedara. Una vez que término bajo el vestido hasta la cintura, tenía mi brassiere que casi quería explotar, mis pechos duros y los pezones erectos por la excitación. Cuando me di cuenta ya teníamos auditorio, los cinco hombres que estaban ahí se habían acercado a nosotros y nos estaban viendo, Luis desabotonó mi sostén y lo guardó en su saco, y fue cuando mis tetas quedaron al aire libre, expuestas, con mis pezones duros y erectos apuntando hacia el frente, me dijó que me dejara y que no intentara taparme. En ese entonces tenía unas medidas aproximadas de 97-64-99, porque era un poquito gordita, no mucho pero algo si.
Para ese entonces ya no era dueña de mí y empezó a besar mi cuello,, yo no cerré los ojos por un malsano y perverso pensamiento: me estaban viendo unos desconocidos y dos de ellos ya se estaban masturbando lentamente y los otros acariciando sus paquetes sobre sus pantalones, me sentí la más puta y caliente de las mujeres porque era el centro de atención y en ese momento no había más que mis tetotas, mi excitación y esos hombres, era un cerebro impresionante.
Luis no me había tocado los senos todavía, disfrutaba que fuéramos observados con ojos de lujuria y con sus vergas erectas y desafiantes. Me dijo –quiero comerte el culo perra, párrate y voltéate-, lo hice y mientras subía la parte posterior de mi vestido me apoye en las butacas de adelante y me quito mis pantis, que eran normales no tangas y las guardó también. Con sus movimientos hacía que mis senos se balancearan en el aire y en la oscuridad fueran apreciados por todos lo que estábamos ahí.
A cada embestida de su lengua yo reaccionaba con lujuria, estaba muy caliente y ya no sabía que quería, mientras se bajaba el pantalón me ordenó –vas a sentarte en mi tranca y te vas a mover como desesperada porque quiero echarte mi leche-, eso fue el clímax, deje caer mi trasero en él y sentí como me la metía, era delicioso. De repente cambió de opinión y preguntó a uno de los sujetos que teníamos próximos ¿le doy así o mejor parado?, contestó rápidamente –parado-, me levantó y se colocó atrás de mi, tuve que flexionar mi cuerpo hacía adelante y sentí sus empujones que todavía más balanceaban mis tetas. Empezó a decirles a todos –este es el coño más rico que he conocido, esta putita sabe delicioso, tiene unas tetotas impresionantes, se las voy a mamar hasta que me canse, la voy a encular aquí, enfrente de todos y la voy a hacer gemir a la puta-, esto ya no me sorprendió y seguí recibiendo esas tremendas embestidas con sus huevos chocando contra mis nalgas y quise acariciarme los pezones pero no me dejo.
Un rato después eyaculó y sentí su viscosidad dentro de mí, fue formidable. Estaba exhausta, caliente, sudorosa y los demás aplaudían. Decía cosas como –que puta, tremenda cogida le han dado, imaginate como ha de ser de caliente, ese es un culo caliente, vaya con la gordita aguanta una cogida como esa y otras más, que bizcocho tan sabroso tienes perrita- y demás. Estaba todavía un poco excitada y le pedí que nos fuéramos, me contestó que faltaba el final. Preguntó ¿Quién le quiere agarrar sus tetotas a mi novia? Sólo uno podrá hacerlo, sentada observe como todos levantaban sus manos y como no se ponían de acuerdo les dijo que se acercaran, y sin más comentó: quiero que le den duro a esta puta porque tiene el culo caliente, cojansela pero con condón, pero uno por uno, quede sorprendida y quise correr pero la excitación no me dejo moverme.
Se me acercó un viejo gordo, me tomó de las manos y me recargó contra la pared, mi espalda sentía lo frío y podía oler a sucio, me miro a los ojos y paso un brazo por debajo de mi pierna derecha y por instinto lo abrace del cuello, me levanto en vilo y con sus dos brazos me sostenía y fue cuando introdujo su cosa dentro de mi, empezó su mete y saca de mi cosita, me miraba y me decía que era la más puta de todas, a cada metida que me daba sentía un escalofrío y sin decir nada disfrutaba esa cogida tan rica que me daba, sus testículos chocaban en mis nalgas y eso me prendía más, después de unos minutos me eyaculo.
Me bajo y me dejo sintiendo un orgasmo, después vino un bajito ya cuarentón, me inclinó sobre las butacas con mi culo al aire, me separo las piernas e introdujo su pene en mi rajita, se movía muy mal así que no tardo mucho en terminar y me dejo caliente.
El tercero era un señor como de cincuenta años, se paró frente a mí, me tomó por las caderas y me dijo: abre tus preciosas piernas hija, que te voy a coger, las separe mirándolo a los ojos, una vez adentro de mí me dijo que las cerrara, pude sentir su trozo de carne en mi vagina, empezó con su mete-saca, mirándome siempre a los ojos, siguió un rato así y comenzó a incrementar el movimiento, me bajo las manos a mis nalgas y yo le seguí el ritmo, después de un rato tuve un orgasmo y él también se vino un poco después, estaba agotada.
Me senté en la butaca y Rey se sentó a mi lado, me comenzó a besar en la boca tiernamente, el otro hombre se sentó a mí lado y mientras separaba mis piernas Rey le ayudaba y me comenzó a masturbar, era delicioso, riquísimo, mientras me besaba me metía mano en mi cosita y uno más se colocó detrás de nosotros y me empezó a sobar las tetas otra vez, era maravilloso sentir tantas sensaciones al mismo tiempo, los magreos siguieron durante un buen rato, yo ya gemía de tanto placer que me daban, me tiró al suelo Rey y se subió sobre mi, los demás se colocaron a nuestro alrededor y mientras me cogía les decía a los demás: vean como me jodo a esta puta, tan puta es que le gusta que la miren, logre otro orgasmo y ya sin tener fuerzas me puso en cuatro y ahí otra vez empezaron a pasar sobre mí unos tras otro, me daban una culeada impresionante, me daban nalgadas a cada metida que me daban, ya estaba descontrolada, hasta que se vinieron todos me dejaron, pero eso sí, todos me eyacularon porque no usaron condón.
Termino la función, me acomode la ropa, Rey les regaló mis calzones y brassiere, como recuerdo, antes de irnos les pidió que me dieran un último magreo, todos al mismo tiempo pero que fuera descarado, lujurioso y caliente, quería venirse viéndonos, éstos empezaron a meterme mano sobre la ropa, unos me tocaban el culo, otros la raja y otros el pecho, la manoseada era tremenda pues sentía tantas manos al mismo tiempo que era impresionante, no tardaron en empezar a subir la falda de mi vestido y desabrocharme los botones también, casi no sentí cuando mi vestido cayó al suelo y todas esas manos me sobaban frenéticamente todo mi cuerpo, les decía yo: ya no más por favor, ya no- pero eso les alentaba más creo que los excitaba, le estaban dando una fiera manoseada a mis tetas, esos tipos me las jalaban, me las apretaban, me las sobaban fuertemente, sacudiéndolas de un lado a otro, las jalaban hacia delante como queriéndose llevar mis senos, me dieron varios chupetones en mis tetas y ya no podía contener mi excitación, estaba a punto de venirme y de pedir verga por todos mis orificios, estaba super caliente y húmeda, yo de la excitación gemía y les decía- ya no más por favor- pero eso los arengaba más y seguían haciéndolo. Mientras los tipos esos me daban trato en mis senos se empezaron a masturbar delante de mi, yo con la vista hacia abajo podía ver en la oscuridad esas vergas que me apuntaban como rifles, y uno por uno empezaron a eyacular y a echarme su semen, cayendo en mis piernas, en mis brazos, en mis manos, en mi cuerpo semidesnudo. Termine batida de semen en mis piernas, mis tetas y el resto de mi cuerpo, me limpió Rey con un pañuelo y me ayudo a vestirme, se fueron uno por uno los tipos dándome las gracias y le dijeron a Rey que era una putisima, les prometió volver, me aplaudieron los tipos esos, me felicitaron y me comentaron que era una gran putita, que para tener grandes tetas como las mías eran más que un sueño. Me vestí y salimos de ahí entre gritos y saludos, pidiéndome que volviera otra vez. Mi excitación había desaparecido casi y después de caminar unas calles Rey me dijo –no eras puta, yo te hice- no le conteste nada porque era cierto. Me dijo que cada vez que quisiera me iban a coger varios hombres, sino lo hacía se lo diría a mi familia, asustada lo mire y sólo reía.

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