Lolita

 Lolita no quiere ir con sus padres a la finca por el feriado largo, así que finge sentirse mal. Su mama, preocupada, llama al pediatra, para que la venga a ver por la tarde, para poder partir al campo sin remordimientos de dejar a la niña. Lolita, feliz, se queda en casa, con Lupe, su vieja nana. El Dr. Prado, su pediatra de siempre, también va a viajar, así que le encarga a su joven reemplazante, el Dr. Vera, a sus pacientes. Termina el día el Dr. Vera y ve, con fastidio en su agenda, que tiene que hacer una visita a domicilio- justo a la hora del trafico y cuando pensaba irse a descansar para salir a bailar mas tarde…! En todo caso mete en su maletín lo necesario y busca la dirección, en una zona muy exclusiva, encontrando la casa con facilidad. Toca el timbre y le abre Lupe, haciéndolo pasar, y lo guía hacia el dormitorio de la nena. Lolita no es una niñita, como el imaginó….es una preciosa rubita de unos 17 años. 
Debe ser una paciente muy antigua, pensó el. Lupe le acerca una silla a lado de la cama y le ofrece algo de beber. Un vaso con agua, por favor. Mientras tanto, saca de su maletín su linternita, una paleta y su estetoscopio. Entra Lupe con el agua mientras el Dr. revisa los ojos de la nena. Deja el vaso en la mesa de noche y con un “con permiso” se retira cerrando la puerta de la habitación. Lolita observa mientras el medico abre la papeleta de la paleta. Es muy guapo, piensa ella. No debe haber egresado hace tanto…y a ella le gustan así mayorcitos!! Claro, la picarona se esta quedando para salir a bolichear con sus amigas, donde van los chicos mas grandes….como el. Por eso se hace la enfermita, , pero el doctorcito en cuestión no ve nada mal en ella…sus ojos se ven bien, en sus oídos no hay infección, su garganta esta clara y sana, sus ganglios, al tacto están normales. Entonces se avienta a palpar por sus axilas, sintiendo la suave tibieza de los lados de sus pechitos. No hay hinchazón. Se coloca bien el estetoscopio para escuchar su respiración y sus latidos. Por encima de su blusita primero… y luego pide permiso para meter la mano por debajo. La piel de sus senos se siente suave y tibia. Siente los pezones suaves, tiernos al roce de su tacto…Al sentir que la tela no cede, Lolita, sin que le digan nada la sube, dejando al descubierto ese par de tetitas divinas, redonditas y paradas, con sus pezoncitos, rosados botoncitos como capullitos . Que ganas de mamarselas!!! Ella, muy putita ya se excita al ser tocada por este bomboncito, y sus pezones se van poniendo duritos…y el, casi se desmaya al tratar de disimular la erección que se le viene. Ella, dándose cuenta de la turbación de este pobre doctorcito, le dirige una mirada muy atrevida con sus ojitos celestes, tan inocentes y a la vez tan procaces, y una sonrisa angelical que oculta (o anuncia!) intenciones no tan angelicales. Entonces el Dr. Vera cierra los ojos y carraspea, tratando de recobrar la compostura, y volviéndose a su maletín anuncia con voz seria “No encuentro ningún síntoma. Falta tomar la temperatura para ver si hay alguna ligera fiebre.” Saca de su maletín una cremita y termómetro, de los rectales, un poco mas grandecito como para adultos. 
(El, en realidad, lo lleva para él mismo… le gusta jugar y estimularse con eso cuando se masturba) Lo limpia cuidadosamente con alcohol y mirándola sacude el termómetro y le dice “Acuéstate boca abajo y bájate tu pijama.” Ella lo mira como confundida “Acaso me va a tomar rectal?” y al tiempo nota el tamaño de la varita de vidrio, bastante mas larga que la que usaba su mami cuando ella era chica. “Si, este es el termómetro que tengo en este maletín para las visitas a domicilio- por lo general mis pacientes de visita son casos de emergencia y no están en capacidad de recibir un termómetro oral…… y lamentablemente para ti la lectura no es tan exacta si la tomo de otra manera… así que a darse la vuelta!” “P-pero ese termómetro es muuuy grande!!!” “es un termómetro para adultos, y tu ya estas crecidita… mira…”- pone el la varita de vidrio sobre la mano de ella- “No hay que tenerle miedo. Te aseguro que no es mas gruesa que ninguna de tus heces…” asevera, haciéndola ruborizar aun mas. “Te prometo que no duele, y que si te relajas es hasta placentero” Lolita, sintiendo arder sus mejillas obedece, y el doctor la ayuda a bajar su pijama, dejando su colita al aire. Mortificada , ella espera…. Pero le dura poco la vergüenza. La idea de tener su conchita totalmente expuesta a este bombon comienza a excitarla, y separa sus piernas para mostrar un poco mas.
El Dr. mira, no sin cierta culpa, ese delicioso manjar frente a el… unas nalguitas rosadas, firmes y redonditas, como para mordérselas…Que tentación!!! se sienta a su lado sobre la cama acomodándose para que no se le note otra erección ante la exquisita panochita desplegada frente a el…y fingiendo frío profesionalismo separa las nalgas de la nena. Que culito divino!!! firme, paradito y completamente depilado, parece una apetitosa fruta!! Que ganas de lamerla ya mismo!!! 
“Un poco de lubricante facilitara la inserción,” dice, y acto seguido, ella siente un dedo masajeando ligeramente su ano, produciéndole una sensación extraña, pero muuuuuy agradable… El nota como ese rosadito agujero se cierra y reacciona a su tacto, por lo cual aumenta la presión, ligeramente entrando a su agujerito. Con cuidado. No la quiere asustar. Ella no se asusta, por el contrario, se muere se curiosidad por sentir ese dedito un poco mas adentro. Ella siente que retira el dedo, un poco decepcionada, ya le estaba gustando el masajito! De repente se sobresalta cuando algo frío resbala con facilidad dentro de ella. Que sensación incomoda pero deliciosa a la vez. Siente su vulva pulsando, a punto de reventar de lo caliente que esta. Se ajusta un poco. Quédate quieta, le dice el Dr. con severidad, dándole una palmada, bastante fuerte por cierto, y metiendo mas adentro el termómetro. Apretando las nalguitas, lo saca un poco para volverlo a meter un poco mas adentro. Meneando. Mete y saca. Lolita siente que se vuelve loca de placer. Quiere que se la metan mas hondo!!! Tras un ratito, siente que separa sus nalgas y saca un poco la varita, ella piensa Nooooo!!! pero luego la vuelve a meter mas profundo. 
Ella suelta un ligero jadeo, y el doctor, viendo que eso aparentemente le gustaba comienza perversamente a torturarla… deja el termómetro quieto dentro de su culito por lo q ella siente que es una eternidad… ella quiere desesperadamente que se la muevan adentro, que se la muevan adentro… que se la claven y la meneen!!!! quiere moverse ella contra el colchon, friccionar su clítoris contra el y terminar de explotar…Al cabo de un rato el doctor vuelve a jugar con el termómetro, sacando y metiendo otra vez, un poquito, y luego meneándolo con disimulo. Sin poder ocultar más u calentura Lolita separa sus piernas involuntariamente, dejando a la vista para el afortunado Dr. la conchita rosada totalmente bañada en humedad. Quiere clavársela allí mismo y hasta el fondo!!!!. Saca el termómetro con urgencia y entra al baño, con la excusa de lavarlo y lavarse las manos. Aprovecha para bajarse su pantalón justo a tiempo para eyacular, limpiar y evitar lo q podía ser un vergonzoso momento. Lolita se queda con las ganas y se sacude rápidamente contra el colchón, haciendo que la fricción contra su hinchado clítoris le provoque un orgasmo de campeonato…y se queda allí echadita boca abajo, con su trasero aun expuesto, piernas abiertas y así la encuentra el doctorcito sorprendido, quien sale del baño ya muy compuesto. dirigiéndose a su maletín guarda su parafernalia medica y mirando se reojo a la sonrojada niña le dice, mintiendo,”Hay una ligera fiebre, aunque no se le vea el origen. Lo que vamos a hacer es darte un antipirético para bajarla y aliviar los síntomas, y mañana vendré a verte otra vez.“ Saca de su maletín un paquetito que parece de aluminio, lo abre y le dice, quédate en esa posición, que te pondré este supositorio de acción rápida”
“Te ayudara a dormir bien y a ver si para mañana estas mejor…” Ella casi se muere de la humillación, pero el, muy determinado se acerca de nuevo a su lado, con la consabida cremita lubricante y el temible supositorio, que ella lo nota mas grande de lo normal. Y es que en realidad no es un antipirético…si la nena no tiene nada!!! Es un súper vitamínico, que mal no le viene a ningún(a) adolescente en crecimiento, y no es la impresión de la niña… es bastante mas grandecito que un supositorio normal. El Dr. Vera casualmente lo traía en su maletín para su uso personal… a el le gusta estimularse analmente también y esto es parte de su juego. 
Además contiene jengibre entre sus ingredientes, que causa un ardorcito para algunos incomodo para otros tremendamente excitante. Dr. pícaro!!! “A ver”, dice el, de nuevo sentado a su lado y dándole palmaditas en el culo. “Súbete un poco sobre las rodillas y relájate” le dice, acariciando su nalguita, de nuevo dándole un par de palmaditas. “Esto es un poco mas grande y mas seco que el termómetro, así que vamos a lubricar bien el área y un poquito mas adentro.” “Pero doctor… realmente es necesario?” Pregunta Lolita, queriéndose morir ella se imagina como una de las figuritas de hentai que tanto le gustan…… “Soy medico y trabajo con el organismo humano a diario, no tienes q sentir vergüenza conmigo. Simplemente relájate, y respira hondo .” Ella hunde su cara en la almohada para no verlo, y trata de relajarse, pero al primer contacto del grueso dedo del doctor contra su rosita ésta se frunce. Pero el dedo sigue ejerciendo presión, moviéndose en círculos, hasta que ella va aflojando… y separando ligeramente las piernas de nuevo. Por suerte, ya descargadas sus guindas, nuestro doctorcito a pesar de estar de nuevo a mil se puede controlar. Cambia el dedo indice por el pulgar para relajar mejor la zona. 

Con la otra mano separa mas las nalga y al quedar el resto de los dedos sueltos, a ratos accidentalmente rozan su vulva, causando en ella involuntarios saltos y jadeos que le cuestan controlar. “Ahora quiero que respires muy profundo, y empuja contra mi dedo…voy a entrar para lubricar bien por dentro…” a lo que ella obedece pero por reacción cierra fuertemente el esfínter alrededor del dedo invasor apenas este logra entrar un poco. El no presiona mas hacia adentro, mas bien lo mueve en círculos pequeños hasta que ella relaja y apenas sucede esto el mete su dedo hasta el fondo. Lolita da un grito de sorpresa, y luego abre un poco mas las piernas y presiona su pubis contra el colchón., controlándose muchísimo para que no pase de allí su reacción. 
Sacando el dedo el Dr. Viera dice que ya esta lista para recibir el supositorio…. pero al sacar este se vuelve a fruncir… 
Con sus manos, abre el culito de nuevo y sin mas aspavientos enfonda el cilindro hasta desaparecerlo… 


y luego lo empuja bien con su dedo para que quede bien adentro. Hasta el fondo. “Arde un poco doctor!” “Es normal, aguanta un poco,” le dice, sin sacar el dedo del culito, mas bien moviéndolo un poco dentro de ella y de nuevo rozando sus húmedas partes femeninas. Ella contiene la explosión que se le viene… pero es inevitable. Por mas quieta que ella pueda quedarse, las fuertes contracciones de su vagina y de su ano delatan el tremendo orgasmo que acaba de tener, para perversa satisfacción de su pediatra. El como si nada. Se hace el desentendido, saca su dedo del delicioso y caliente culito y aunque ganas no le faltan de darle una lamidita se contiene y fríamente le sube el pijama y le dice “Mañana vuelvo a la misma hora.” Recoge sus cosas y se despide muy formalmente.

Mas tarde, mientras comparte un whiskey con un amigo, divisa a una preciosura bailando animadamente… con un grupo de amigas…Lolita!!! Se ve preciosa, mucho mayor de lo que parecía esta tarde, tan maquillada y arreglada. Que diferente se la ve ahora- meneándose sensualmente con un mini vestido ajustado y escotadísimo, y unos tacones de vértigo que hacen lucir sus piernas largas y divinas. Su cabello largo y suelto se mueve al ritmo de su cuerpo. Acaso es la misma nenita de pijama rosadito y colita de caballo de esta tarde? Ella, cimbreando la cintura y moviendo las caderas provocativamente al ritmo de la música se roba las miradas de todos. Su vestidito se le sube dejando parte de su culito al aire… y no lleva calzones!!! Preso de los celos, el Dr. Vera camina firme y decididamente hacia ella, la toma por su pequeña cinturita y la lleva hacia la puerta de salida, tan rápidamente que ella no puede reaccionar. Afuera, el la increpa severamente…“Se supone que estés en cama.” “Y además este no es lugar para niñas como tu. Vamos, te llevo a tu casa.” Y la metió en su auto antes de que ella tuviera tiempo a reaccionar, y arranco. En el camino Lolita al fin sale de su estupor y le grita “Quien te crees tu para sacarme así, no eres mi padre!” “ Pero tus padres me dejaron la responsabilidad de cuidarte” “Mi salud, será, mi vida es mía, estupido!“ A lo q el se va a un lado de la calle y frena. “Ya esta bien chiquilla malcriada, conmigo no vas a jugar.” Sale del auto, abre la puerta de ella y la saca de las muñecas. Se sienta sobre un tronco y ágilmente la pone boca abajo sobre sus rodillas “Pero que haces, cabrón!! Te voy a demandar!!” “No me vas a demandar nada, culicagada malcriada. Te voy a enseñar a respetar a los mayores y a obedecer a tus padres!” Subiendole lo que quedaba de la falda y al querer ella atajar, el le tomó las dos muñecas y las presiono con fuerza contra su espalda baja, haciendo que su colita quedara mas en pompa. Zas!, vino la primera nalgada. Con que te gusta andar mostrando el culo? Plaf!!! Te sientes muy putita? Que esperas? Que te azoten así, nenita? O algo mas buscas? Plaff, plaff. Lolita, en shock, dejo caer gruesas lagrimas, pero su orgullo no le permitió decir nada. Su cola ardia! La estaban pegando con rabia…Plaff! Plafff…. Culito Colorado, erección incipiente. Maldito pervertido, pensó ella, llorando humillada mientras sentía la presión del pene contra su abdomen. Pero ella también se iba excitando, muy a pesar de su rabia. Después de una larga azotaina, el culo ardiendo y los ánimos ya amansados, ella se incorpora y baja la breve faldita, pero Vera la sube de vuelta, y le dice “se supone que te gusta mostrar culito… ahora muestralo putita, tanto que quieres que te miren!! No te bajes la falda hasta llegar a tu casa!” y entre los gemidos lastimeros de ella la devuelve al auto. El, muy severo, no le dirige la palabra hasta llegar a la casa. Al dejarla en la puerta , ella finalmente balbucea “lo siento” en voz muy bajita. El le ordena sacarse el vestido, recogerse el cabello y pararse cara a la pared, por 15 minutos. La vergüenza y rabia de la niña no da mas. El doctor la observa, sentado en un sillon y fumándose un cigarrillo. Luego, se da la vuelta y se marcha, sin decir palabra. Lolita se va a su cama a llorar la humillación de esa noche. Que cuento les inventaría a sus amigas? Se echó sobre su cama culito al aire porque ardía demasiado para ponerse ropa… 

La tarde siguiente suena el timbre, y como ya había anunciado, estaba nuestro doctor en la puerta, muy puntual. Abre Lolita, ya que Lupe salio por feriado y ella quedo solita en casa. Viste un sostén deportivo y unas calzas ajustaditas, que marcan sus hermosas formas al detalle. Su cinturita al aire. Doctorcito casi se queda sin aliento, pero mantiene su postura fría, severa y profesional. ‘Como te sientes hoy?” “Mejor. Tenia usted razón, era mejor que me quedara a descansar.” Ella camina, señalando que la siga. Entran al escritorio, muy formal, de estilo ingles. Un ambiente acogedor y agradable. Grabados de escenas de cacería, muchos libros en libreros empotrados de caoba hasta el techo, y un juego barométrico muy elegante, en el cual había una especie de reloj que media la presión atmosférica, las fases de la luna y quien sabe que otras cosas. Lo que le llamo la atención fue que el termómetro de vidrio enganchado a su lado era perfectamente removible, parecía solo apoyado. Se pregunto si se caería fácilmente en caso de terremoto. Pero en fin. Se sientan ambos en el gran sofá negro Chesterfield, y el procede a sacar su estetoscopio, paletita, etc.… Casi como autómata y sin decir palabra le mira los ojos, los oídos, la garganta, le siente los ganglios. Al colocarle el estetoscopio ella, sin que se lo pidan saca su top. “Pero que haces?” pregunta el, sin poder evitar admirar las hermosas tetas desplegadas, con sus pezones paraditos, frente a el… “así es mas fácil, no?” El sin contestar simplemente se limita a auscultar, evitando todo otro contacto. Vístete de nuevo. Cerrando su maletín y levantándose le dice “Me parece que no tienes ninguna dolencia. Simplemente no hagas locuras”, y se propone a dirigirse hacia la salida. “Pero doctor… me siento un poco afiebrada… -Tremenda putita…le gusto la toma de temperatura!!- pensó. Acordándose del juego atmosférico el muy sinvergüenza dice, “Hoy no podré… no traje ningún termómetro…” “Yo busco uno!” dice ella, como con decepción, ya q sabe q el que hay (y donde estará??) debe de ser oral. “No tengo mucho tiempo… me esperan en otra parte” dice el. Ella mira el termómetro en la pared y pregunta- “Cualquier termómetro sirve?” El, al vuelo captando la intención de la niña responde, “Bueno, si. No se que tan exacto sea, pero si. “ Ella le muestra el de la pared- el le dice- “Sirve, pero no veo que pueda tomarse la temperatura oralmente con eso, es muy incomodo.” “Y rectalmente doctor?” “Si, pero puede resultar incomodo para ti. Evidentemente es muy grande” Dice, observando los 30 centímetros de longitud, el centímetro y medio de diámetro y la bolita que tiene en la punta. (de que se puede se puede… y va a ser una experiencia divertida!!) pensó el. Ella como adivinando se hace la tontita “Doctor, se que usted es muy cuidadoso y solo con usted me dejaría medir con semejante varota…” dice ella bajándola de su lugar. “Pero creo que es necesario estar seguros de que estoy bien del todo…sobre todo porque me porte tan mal anoche..” dice la perversilla abriendo los ojos como inocentona, y haciendo pucherito. Se sienta el doctorcito sobre el sofá, y abre su maletín para sacar la cremita que ella ya conocía. Con unas palmaditas sobre su regazo le señala a ella donde echarse, boca abajo, calcitas y calzones abajo. Mira la colita que tiene presentada frente a el y la acaricia con delicadeza…haciendo estremecer a Lolita. Abre las nalgas para descubrir el botoncito rosado, bien fruncidito. Al verlo así de apretado y observar el tamaño del termómetro que Lolita tiene en sus manos el duda un poco. “Esto te puede doler y mucho, nenita… tenemos que ser muy pacientes y tomarlo con calma.,” dice, untando una generosa cantidad de pomada sobre el rosetoncito untando y sintiendo como se aprieta mas al tacto. “Relajando, nena, soltate,” masajea el . pero ella parece mas tensa, y al tratar de introducir un poco el dedo ella se queja del dolor. ”Muñequita, no creo que podamos hacer esto… si no puedes con mi dedo, mucho menos podrás con esa bola!.” Cambia de dedo, utilizando el pulgar para friccionar con otro tipo de presión el anito de Lolita, y ella levanta la cola, haciendo que el resto de la mano de el quede en contacto con su vulva. El trata de retirar pero ella vuelve a levantar y sin disimulo frota sus labios contra los dedos de el. Notando el que Lolita ya ha perdido su sentido del pudor presiona un poco mas y el ano se suelta casi dejando entrar la punta del pulgar. El juega entonces el resto de la vulva con sus dedos. “Parece que al excitarte te es mas fácil relajar el ano” dice el, en tono formal. “Si doctor, creo que es la única forma. Usted es medico, así que le tengo confianza porque conoce las reacciones de cuerpo humano,” dice ella jadeando. “Haga lo que tenga que hacer para soltarme, doctor!!!” Abriendo las piernas y frotando el pubis contra la rodilla del Dr. viera. El masajea el clítoris por un lado con su dedo del medio y mantiene el pulgar completamente dentro del recto de la muchacha… “Ya estas lista para recibir el termómetro” dice el, de repente cortando toda acción y dejándola atónita y con las ganas. “Ya doctor, métamelo ya!!!” Sin disimular su calentura. “Calma nena, calma!!” Y coloca la bolita de la vara de vidrio contra el agujerito de Lola- que se frunce nuevamente ante el frío del vidrio. Moviéndolo en círculos y masajeando la mojada vulva afloja nuevamente . le pide a Lola que haga presión hacia afuera, como si fuera a cagar y con un poco de presión de el entran los primeros cinco centímetros de termómetro. Ella da un grito de dolor y el detiene la penetración, pero no el masaje entre los labios vaginales y el clítoris de la nena. Placer y dolor…piensa el- que mas bello éxtasis!! Ella reacciona nuevamente y comienza a moverse de nuevo, dándole luz verde al doctor de meter un poco mas la varilla. Enfondándola, y finalmente tirándosela por el culito con un termómetro atmosférico. Ya jugando con la tremenda excitación de ella y perdida totalmente su vergüenza, el mete y saca la vara y le magrea la conchita con ganas, mientras ella se mueve como salvaje, clavándose contra la pierna de el y magreándole el pene que ya hace una presión insoportable contra el vientre de ella. Lolita explota en un orgasmo épico, gritando como una poseída. Mas bien el terreno es grande y los vecinos están lejos, piensa el, al tiempo que no aguanta más u propia arrechera. Ella aprieta si pancita contra el y si poderse controlar mas estalla ante la presión del cuerpito caliente de una nenita de culito rico echadita sobre el con una varita metida en el culo. Ahora el que se quiere morir es el. “Doctor, entiendo,” dice ella sintiendo la humedad del semen en su vientre. “Usted es humano. Y además un hombre muy churro.” La cara del doctor cambio unas cien veces de color. Y luego recobra la compostura y retira el termómetro del culo de la nena. La temperatura esta normal. Dice el. Será doctor? No necesitare otro supositorio? Ufff... piensa el. Preciosa y caliente… con esta me casaría YA!!!! “No es necesario. Pero te sientes mejor te lo pongo”. “Por favor doctor!!” dice Lola. El se levanta y el saca el sobrecito de su maletín. Agáchate contra el sofá, le indica, y ella obediente se para contra el sofá y apoya su brazos en el dejando su trasero en pompa y sus piernas bien estiradas y abiertas para ponerlo a disposición. La bola del termómetro ha dejado dilatado el ano de Lola y este ya se encuentra muy lubricado, por lo que el supositorio entra sin ningún problema… 
… y así también se sale. Segundo intento. Esta vez dejando dedo adentro para que se quede. Un buen rato. Pero al intentar ella incorporarse vuelve y se sale. Ya comienza a suavizar pero sigue duro así que vuelve a introducirlo hasta el fondo. “Doctor… si estoy tan dilatada por que no taponamos mi culito con algo mas grueso…digamos hasta que desintegre?” Dice ella ya arrechita por el picorcito del jengibre que lleva el suppo. “Perdón?” “Doctor, seré mas directa, métame su pene para retener el remedio este, es su obligación de medico asegurar que reciba yo mi medicina completa, no?” Ni bien termino de decir esto la vara enhiesta del Dr. viera apuntaba hacia su bien grasosito agujero y tomándola de las caderas lo enfila y se la clava lenta pero firmemente hasta el fondo. ASÍ SIN PENA. Su pene, bastante desarrollado, es mucho mas grueso que la varita de vidrio, bola y todo… Lolita grita de dolor intenso pero poco le importa al cachilo doctor en ese momento, mientras se mueve despacito para entrar mas y mas hondo…. Que rico se sentía el ardorcito del supositorio!! Entre eso, el calorcito y lo apretadito del recto de Lolita, pensaba mientras arremetía ahora rápidamente y sin piedad. “Es usted un salvaje!!!” grita Lola. El la coge de las tetas y al estimular los pezones ella olvida el dolor y se mueve como yegua en celo. Terminan los dos apoteósicamente, quedando agotados. 
“Ven, que te lavo y seco el pantalón. Mientras tanto, dúchate conmigo, estamos hechos un desastre!!!“ Y así lo hicieron. Después de este día se siguieron encontrando en secreto después del colegio, o los fines de semana, cuando ella solita en su casa lo esperaba así… a ambos les gustaba el juego anal: Lolita muy obedientemente se hacia tomar la temperatura, y el buen doctor le enseño a su madre y a su padre y hasta a Lupe como se hace esto… lo mismo con los supositorios y unas buenas nalgadas, como la que le dio su papito cuando se tiñó el pelo oscuro… todo por el buen desarrollo de la nena… y si que Lolita recibió unas cuantas buenas!!!, como cuando le chismearon al director del colegio que ella ocultaba un examen robado en su culito.


Bien revisada quedó por la profesora, el director y hasta la muchacha de limpieza que la descubrió en el baño y la acusó. Ese día, fué muuuuy azotada por el encargado de seguridad, luego de ser obligada a desnudarse para una exhaustiva investigación de sus partes intimas!

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