"Casados... con hijos"

A la hora de irse a acostar. Dardo y María Elena se quedaron en el sillón del living de los Argento. Moni y Pepe se despidieron hasta a siguiente mañana y todos fueron a dormir. 
Unas horas después, Dardo tenía ganas de coger, pero María Elena estaba profundamente dormida. Dardo se acomodo como para cucharearla y sobarle las tetas, pero ella tan solo le dijo que no quería hacerlo, y que se dejara de joder. Dardo, resignado, terminó sus intentos por tener sexo. 
Unos minutos más tarde, Paola abrió la puerta de entrada. Eran la una y veinte de la mañana. Dardo, aún estaba despierto. 

-Hola Paola!- dijo en voz baja. 
-Uy, hola Dardin, que haces despierto a estas horitas? 
-Nada, no podía dormir. 
-Bueno, Dardin, tengo sueñucho así que me voy a la camucha, si? 
-Bueno, anda. 

Mientras Paola decía esto, giraba sensualmente dejando ver su cola adornada con una pollerita de colegiala. Dardo posó sus ojos en esos dos cachetes, y notó que la pollerita tenía una gran mancha blanca esparcida. “No solo es una pendeja calienta pava, sino también es una putita!” pensó. No dudo ni un momento, se levantó del sillón y alcanzó a Paola en el medio de la escalera. 

-Que haces Dardin? 
-Qué que hago? Mira Paolita, desde ya hace un tiempo que me traes re caliente. Y no dudo de que sos toda una putita! 
-Pero para!- ella intento sacárselo de encima. 
-No, no! La leche que traes en la pollera te delata. Sos toda una putita, y te encanta la verga!- llevándole la mano a su entrepierna. 
-Uy, el boludo de Joaquín!- dijo en voz baja. –Y que vas a hacer? Me queres coger? Me queres romper la colita, Dardin?- intentaba provocarlo. 
-Obvio mi amor! Te voy a romper toda!- mientras le ponía un dedo en la boca. 
-Mmm... y parece que tenes con que!- ella le acariciaba la pija por sobre el pantalón. -Veni, Dardin, veni a la pieza! 

Paola lo llevó hasta su cuarto. Una vez cerrada la puerta, él la besaba apasionadamente, mientras que ella le manoteaba el ganso. Con su mano, obligó a Paola a bajar, para que le chupase la verga. Al sacársela del pantalón, Paola se asombró de ver una verga de veintidós centímetros y bastante gruesa. Dardo estaba apoyado contra la puerta recibiendo una increíble mamada por parte de Paola. 

-Sabía que eras putita! 
-Ejem!- intentaba decir con la boca llena. 

Dardo volaba. Veía como Paolita se tragaba toda la pija, hasta el punto de ahogarse, y a su vez, lo miraba fijamente con cara de trola en celo. Tenía muchas ganas de explotar ahí, en la garganta de Paola, pero prefirió o hacerlo. Levantó a Paola y la llevó hasta la cama. Le bajó la bombachita, una tanga rosa transparente. Le saco la camisa y el corpiño, dejando al aire ese par de tetas duras. Solamente le dejó la pollera de colegiala manchada de leche de algún “amiguito” de ella. La ubicó boca arriba en la cama, y le abrió las piernas. Asomó su rostro hacia su concha, y empezó con tímidos lengüetazos. Primero, Paola gemía despacio; pero luego se dejó llevar y sus gemidos empezaron a crecer con cada lamida de Dardo. 


Los gemidos de Paola resonaban en la pieza de al lado. Moni se despertó tras oír lo que creyó ser a su hija llorar. 

-Ay Pepe! Escuchaste ese ruido?... Pepe? Pepe? 

Al darse cuenta de que su esposo dormía profundamente. Decidió ir a ver que le pasaba a su hija. Pero, a medida de que se acercaba, podía oír que Paola no lloraba, sino que gozaba.”Otra vez esta chica con sus amigotes!” pensaba Moni. Pero al intentar abrir la puerta muy ligeramente para ver de quien se trataba, notó que era Dardo el que estaba en bolas frente a su hija, haciéndola delirar de pasión. 

-Con que… cogiéndote a la nena, Dardo!- interrumpió Moni en la habitación. 
-Uy, Moni. Que haces? No es lo que parece!- intentaba disimular. 
-No? Pero si tenes tu pija gorda a punto de penetrar a Paola. 
-Uy, mamucha! Pero si vos también queres que te coja Dardo! Veni, y participa!- invitó Paola. 

Moni se quitaba el camisón, mientras Dardo, la tomaba de la cintura y le sobaba esas dos grandes tetas. 

-Ay, si, Dardo! Que pija grande que tenes! Con razón Paola quería que se la dieras. Queres cogerte a Paolita, eh Dardo? Veni, vamos a cogernos a Paolita! 
-Si, Moni, Si!!! 

Moni llevó de la mano a Dardo, hasta donde Paola estaba tirada en la cama. Le chupó un poco la pija y lo ayudo a colocársela. Paola se estremecía. Moni se fue colocando encima de la cara de Paola. 

-A ver mi hijita, chupale la concha a mami!- le ordenaba Moni a Paola. 

Así comenzó un fabuloso trío entre madre e hija con su vecino. Dardo estaba maravillado. De tal palo, tal astilla. Paola era una putita excepcional y sin dudas lo había sacado de Moni. No podía creer que Pepe no quisiera coger con ella todas las noches. 
Al llegar al orgasmo, Paola se levanto, e intercambio lugares con su madre. Ahora, Dardo, cogía bestialmente a Moni, mientras ella le chupaba la concha depilada a Paola. 

-Ay mamucha, que rica lengua! 
-Toma Moni, siempre me miraste el bulto, ahora bancatela!- rugía Dardo. 

Moni se estremecía de placer. No solo estaba siendo cogida por la pija de Dardo, sino que le estaba chupando la concha a su propia hija. El cuarto se inundaba de olor a sexo. 
En otra habitación, Coky se estaba despertando con el ruido a cama que venia del cuarto de su hermana. “Uh las partuzas de Paolita!” pensaba mientras hacia un juego de manos y abría bien grande los ojos. Coky, salió del cuarto a paso ligero. Se acercó hasta la habitación de su hermana y pegó la oreja contra la puerta. Se quedó pensativo. Eran tres voces. Se ilusionó más. En su cabeza maquinaba la idea de que Paola estuviera haciendo un trío con una amiga de las que tanto deseaba él, junto con algún afortunado. Se quedó quieto escuchando del otro lado de la puerta, esperando algún momento de ruido, para intentar mover el picaporte. Los gemidos que oía le iban provocando una erección más que notable al pobre Coky. Pero las ganas le pudieron, y muy lentamente bajo el picaporte y empujó suavemente la puerta hacia delante, lo suficiente como para poder ver quienes estaban ahí. 
Su asombro fue tal que casi se desmaya. Estaba viendo a su madre ser cogida por su vecino, y su hermana estaba recibiendo sexo oral por parte de su propia madre. Segundos después del shock. Coky tenía una erección terrible. Su pija de dieciocho centímetros quería salir de su pantalón pijama. Se asomó nuevamente a la puerta, y sin darse cuenta, estaba sobándose la pija. “Demasiado morboso lo mío”. Luego entró en sí. Dardo estaba cogiendo con su madre y hermana, por lo tanto, María Elena estaría sola, y ante cualquier problema tendría con que extorsionar a Dardo para que lo dejase moverse a su mujer. 
Coky se dirigió hacia abajo rápidamente. María Elena estaba placidamente dormida, acostada boca abajo, sacando cola para arriba y con la boca abierta. Coky quedó de pie frente a la cara de María Elena. 

-Mira María Elena, mírala bien. Esta pija es la que te va a coger. Jojo! 

Coky se acurrucó sobre ella. Con su pija punteaba la argolla de María Elena. Sus manos fueron directamente a las pequeñas tetas de ella. 

-Mmm Dardo, que rico! Mmmm- decía María Elena entre sueños. 

Coky aprovechó la confusión de María Elena para continuar su cometido. Cogérsela. 


Mientras tanto, Dardo le estaba untando vaselina en el culo a Moni, y era ayudado por los dedos de Paola quien masturbaba a su madre por en culo. 

-Si, Dardo! Métemela por el culo! Vas a ver Paola, mira bien a mamucha y aprende a tener sexo anal!!! 
-Ahí va, Moni!!! 

Dardo apuntó su pija directo al ano dilatado de Moni. La metía un poco, la sacaba y se la ponía en la boca a Paola. Varias veces. 

-Te gusta la pija con sabor a culo de mami, Paolita? 
-Mmm, me encanta! Rómpele el culo a mamucha! Pero guarda energías que me lo tenes que hacer a mi! 

Dardo fue hundiendo más y más su pija en el culo de Moni; hasta que se la metió entera. Moni pegó un grito de dolor. Jamás tuvo en el culo una verga de veintidós centímetros. Dardo comenzó a meterla con fuerza hasta el fondo. Moni lloraba de placer. Su rostro se transformaba. Pasó de ser una expresión de dolor, a una de gata en celo. Ya lo disfrutaba plenamente. 

-Si, Dardo, así!... Metela! Metela! 
-Uf! Si, Moni! Toma! 

Paola miraba atenta como del ojete de su madre entraba y salía aquella gran pija. Ese culo se dilató tanto que ya pasaba así nomás. Paolita no pudo resistir más y comenzó a colar un dedo en su conchita y otro en su colita. Su madre estaba a punto de tener un divino orgasmo anal. 


No solo estaban disfrutando ellos tres. En planta baja, Coky estaba garchando a María Elena; quien aún dormida, gozaba de la cogida que le estaba dando Coky, creyendo que él era su esposo. Coky estaba cumpliendo su fantasia. 

-Si, Dardo, así!... Metela, metela!!!- decía una María Elena media dormida. 

Coky solo asentaba y le besaba el cuello. Le sobaba las tetas, pero intentaba que no despertara y saliera gritando. 
Un grito retumbo en la casa. 

-Siii!!!!!- sonaba una voz femenina que iba agravándose. 

Moni acababa de tener un orgasmo anal; y no se privó de contenerlo. Este grito solo hizo acelerar las embestidas de Coky. Pero en otro rincón de la casa, Pepe despertaba tras aquel grito. 

-Que mierda pasa? Ahora, uno no puedo dormir en paz! De donde viene?... Y Moni? Donde se habrá metido esta yegua? 

Pepe se levantó de la cama. En la casa parecía reinar un clima de tranquilidad. Pero era una tranquilidad aparente. 
Cuando Pepe se dispuso a cruzar por delante del pasillo del cuarto de Paola, en este no había ningún ruido. Lo que hizo que Pepe siguiera rienda suelta hasta la planta baja. No había ningún ruido porque Moni se retorcía de placer, mientras que Paola le chupaba la pija a Dardo a modo de lubricarla para que le rompa el culo. 
Pepe llegó al living, y vio como su hijo se estaba cogiendo a María Elena. Se acerco hasta ellos, y le hizo un gesto de que se mantuviera callado a Coky. 

-María Elena!... María Elena!- la llamaba Pepe, para que despertara. 
-Eh? Que pasa?... Dardo, que pasa? 
-Eh no soy Dardo, María Elena!- respondía Coky con temor. 
-Que?!!?!?!?- preguntaba María Elena, mientras saltaba del sillón. 
-Opa, María Elena. Mira como te vengo a encontrar. En el sillón, garchando con mi hijo. 
-Eh, no! No pudo haber pasado! Pepe, esto esta mal! Nooo!!!- se negaba a sí misma. 
-No parece ningún error. Más bien un momento de calentura!- acotaba Pepe. 
-Dale María Elena, si te gusta!- tiraba Coky. 
-No, nene. Salí! 
-Creo que Coky, que es medio pelotudo, tiene razón! No solo te gusta una, capaz… necesitas dos! 

Habiendo dicho eso, Pepe tomó del pelo a María Elena y se sacó la pija de dentro del pijama. Ella se rehusó a chuparle la pija. Pero como Coky le tenía los brazos, Pepe le tapó la nariz y tuvo que abrir la boca. Apenas abrió la boca, Pepe le introdujo su pija media muerta en la boca. Así, padre e hijo comenzaron a cogerse a su vecina. 


En el cuarto de Paola, Dardo estaba listo para hacerle el culo a la joven. La puso en cuatro patas en la cama. Ella levantaba la cola. Moni le separaba los cachetes. Se podía ver un asterisco hermoso, algo dilatado, que pedía pija. Dardo no dudo. Fue introduciendo lentamente su pija. El culo de Paolita era mucho más estrecho que el de Moni, pero más suave. Cuando logró meterla hasta el fondo. Empezó con embestidas brutas. Estaba decidido a rompérselo, literalmente. Dardo se había convertido en una bestia. Penetraba muy fuerte a Paola, quien lloraba sobre las tetas de su madre, pues Moni se las pasaba por la cara. Paola gemía y lloraba, su madre se había colocado debajo de ella comiéndole la concha. Dardo no aguantaba más, se notaba en su rostro que quería eyacular. Las embestidas fueron tan fuertes que en la última, se la enterró hasta el fondo y eyaculó adentro del culo de Paola. Ella sentía como la inundaba por dentro. El gemido de Dardo se escuchó en toda la casa. Dardo retiró su pene del culo de Paola, y ella dejó salir toda la leche, la cual escurría por su cuerpo y caía sobre la boca de Moni. 

-Te gusta el sabor de la lechita con gusto a culo de tu hija, no?- preguntaba Dardo. 
-Mmmm si!!!- respondía Moni, llenándose la boca. 
-Ahora, dale un poquito a tu hija también. 

Moni se levantó y le compartió la leche en un beso profundo. Dardo no tenía más fuerzas, pero el espectáculo que veía era lo suficientemente fuerte como para intentar pararle la pija de nuevo. Pero no pudo ser. 

El gemido final de Dardo retumbo abajo. María Elena se quedo congelada. Pepe no entendía que pasaba. Coky comentó lo interpretado. 

-Uh, ese debe ser Dardin, que se estaba cogiendo a mamucha y a Paola. 
-Que?!?!?- se preguntaba María Elena aturdida. 
-Uy, me salieron re putas!- se resignaba Pepe. 
-Ah pero si este pajero se piensa que se puede curtir a madre e hija, yo me curto a padre e hijo!- dijo María Elena vengativamente. –Dale Coky, cogeme bien fuerte pendejo! Y vos Pepe, que se te pare rápido, que tengo otro agujero disponible! 

María Elena se puso en cuatro, Coky se la estaba cogiendo a lo perrito, mientras que le chupaba la ya erecta pija a Pepe. Pepe tenía una verga de dieciséis centímetros. Cada vez que María Elena para de petearlo para acomodarse en el sillón, Pepe le pegaba con la pija en la cara. 

-Bueno Pepe, dale, que esperas! Rompeme toda!- le exigió María Elena. 

Pepe acomodó a María Elena encima de Coky, sacando el culo de ella para afuera. Se ensalivo la pija, y sin titubear se la incrustó de una hasta el fondo. 

-Ahhh!!! Siiii!!! Pepe, partime toda!!! Siii, gozame!!! Metela hasta el fondo!!! 

María Elena había comenzado a transformarse en la yegua en celo que era todos los viernes por la noche, cuando su marido la cogía. Los movimientos de María Elena hacían que Pepe y Coky no aguantaran más. Pepe se la sacó, y se la puso a la altura de la cara a María Elena. Eyaculó tres fuertes lechazos: uno sobre el pelo, otro sobre la nariz, y el último sobre la boca de ella. Coky no duró más, e inundo la concha de María Elena. 

-Vos sos idiota! Me acabaste adentro! Me vas a dejar embarazada!- enloquecía María Elena. 
-Uh, me salió pelotudo!- dijo Pepe. 

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